𝗙𝗘𝗘𝗟𝗜𝗡𝗚𝗦│ 𝖪𝖺𝗓

➤𝘋𝘖𝘚

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▶︎¿GUERREROS BIÓNICOS?◀︎

AL YA ESTAR DESPIERTA, LIV SE COLOCÓ sus jeans azul marino rasgados de las rodillas, una blusa color violeta, su chaqueta de cuero negra y sus botas con cordón delantero del mismo color que su chaqueta. Se dejó el cabello suelto y fue a mirar como Davenport y Chase presentarían su gran invento.

Saludó a Leo que estaba por grabar la presentación, había alumnos observando. Ambos genios usaban traje para verse más formal.

—Bien, chicos, millones de personas están en línea esperando que inicie la transmisión–les comentó Leo.

—¿Van a presentar una sábana amarilla?–les preguntó la latina señalándola, Davenport se acordó y la quitó para que se mostrara el cartel–. "TRANSMISOR DE ENERGÍA DAVENchase"–leyó Liv el letrero. Su entrecejo se frunció al ver cómo estaba escrito.

—¿Está burlándose?–Chase indignado caminó hacia el cartel.

—Ya se, tu nombre debió ir mucho más pequeño–agregó Donald.

—Bien. Volvió hacerlo, solo importa usted–le encaró.

—Chase, relájate. No tengo problema en compartir el reflector –quiso dejarle en claro el billonario.

—Chicos, listos en tres, dos...

—Me bloqueas la luz, la bloqueas–rápido Donald se puso frente a Chase para hablar hacia la cámara. Olivia solamente negó y mejor decidió buscar a Bree.

En verdad le encantaba esta academia biónica, pero se sentía excluida al ser la única humana a excepción de Davenport. En ese lugar, todos tenían habilidades biónicas. Nunca se imaginó que eso llegaría a suceder.

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—Hola, ¿te estas divirtiendo?–le preguntó Bree cuando Liv la encontró.

—Algo pero es mejor que estar en casa encerrada–mencionó y la Davenport la miró–. Bueno es mejor que el sótano–se encogió de hombros.

—No te preocupes, cuando termine con el entrenamiento al rato tú y yo nos tomaremos un día sin estrés pintándonos las uñas y hablando mal de las personas–dijo Bree.

—Me gusta eso–ambas rieron pero el quejido de Adam llegando con un carrito donde venía la ropa sucia hizo que le prestaran atención.

—¿Por qué siempre me toca la ropa sucia?–se quejó.

—Te ofreciste, ¿lo olvidaste?–le recordó su hermana y ambas caminaron hacia él–. Para jugar a "adivina la mancha".

—Así, uuh, me gusta este juego–Adam tomó una playera amarilla y la olió–. ¡Ah! Jalea de uva y atún. Que sano. Debe ser de Bob.

—Oye, vamos. Ya es hora del entrenamiento–le mencionó su hermana pero Adam las detuvo.

—Un momento. No he terminado–olió otra playera color rojo pero hizo una mueca de asco–. ¡Ugh! Esto huele horrible–su cara se relajó y sonrió–. Pero qué sabor.

—¡Adam!

—¡Que asco!–dijo asqueada Liv e igual Bree le arrebató la playera dejándola con las demás y lo tomó del brazo para que fueran a entrenar a sus estudiantes. Olivia igual los siguió–. Deberías comparte y no lamer las playeras de los otros, ya habíamos hablado de eso.

Cuando se alejaron una gran luz azul se mostró y al desvanecerse, dos chicos aparecieron igual. Kaz y Oliver habían llegado a la isla biónica.

—Ah, Kaz, ¿donde estamos?–le preguntó el del cabello castaño claro–. Me dijiste que iríamos a un festival de cómics en Amsterdam.

—¿Ya has visitado Amsterdam?–le preguntó su amigo de cabello azabache. Oliver negó–. Pues bienvenido a Amsterdam–alzó sus brazos a los lados–. Es que. Escuché de esta academia biónica y quise conocerla.

—¿Academia biónica?

—Si. La creó un tal Donald Davenport. Y cientos de chicos con diferentes habilidades entrenan aquí. Son guerreros biónicos–comentó impresionado.

—Bravo, es un gran lugar para entrar sin permiso–agregó su amigo no muy acuerdo.

—Cálmate. Éste es el sitio donde por fin conseguiré poderes. Solamente hay que tomar el aparato que los instala. Y nadie se dará cuenta–mencionó su plan.

—Si sigues así. Voy a dejar de viajar contigo–le señaló el castaño.

—Tranquilo. Yo me encargo.

Así que ambos se colocaron las playeras que se encontraban en la cesta de ropa sucia que había dejando Adam ahí. El castaño se colocó la que llevaba rojo y el peli-negro; la amarilla. Ambos no dejaban de oler sus camisetas.

—Oh, Jalea de uva y atún. Vaya–sonrió Kaz al tener la camiseta amarilla.

☢︎

Seguían buscando los dos adolescentes que llegaron hace unos minutos. Pero no sabían por dónde ir.

—Hay algo que no entiendo. Los guerreros biónicos deberían estar aquí–dijo el azabache cuando llagaron a un salón.

—¿Guerreros biónicos?–una voz femenina hizo que el par se asustara y gritara. Eso mismo hizo ella cuando la miraron–. Cielos, no vuelvan a gritar así porqué me asustó igual–negó Olivia manteniendo la palma de su mano derecha en su pecho.

Y al mirar a los dos, sus ojos conectaron con los del azabache. Y éste quedó embobado por su sus hermosos ojos que no eran para nada iguales. Su ojo derecho era color avellana/verde y el izquierdo color marrón/oscuro.

—Oh, vaya. Tus lindos ojos me han hipnotizado.