Olivia decide pasar unos días en la academia biónica, ya que los Davenport e incluso Dooley, la consideran parte de la familia.
Pero qué sucederá cuando dos chicos llegan ahí para buscar la manera de tener poderes. Más todo sale mal cuando un villa...
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▶︎¿LA TERCERA ES LA VENCIDA?◀︎
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—¿TÚ HERMANA?–VOLVIÓ A PREGUNTAR KAZ IMPRESIONADO—. La muchacha seguía ahí de pie dando un saludo de mano–. Creí que los Davenport eran tu única familia junto con tus abuelos.
—Pues también tengo una hermana mayor, sorpresa–le sonrió al azabache y volvió su vista a la muchacha de cabello negro–.¿Qué haces aquí?
—Vine a visitarte por unos días, así que sorpresa–imitó la referencia de su hermana–. ¿Quién es él?
—Kaz, ella es Andrea pero le gusta que le digan Andy. Andy él es Kazimeras pero prefiere que lo llamemos Kaz–presentó Olivia. Kaz saludó mostrando una sonrisa nerviosa cuando aquella chica parecía analizarlo con la mirada–.Creo que ya debemos entrar–se giró a ver al azabache–. Nos vemos después, yo te aviso–le sonrió y él asintió para irse de ahí junto con Oliver que igual se despidió–. No pensé que podías venir por lo de tu música.
—La banda se tomó unos días, así que decidí pasar tiempo contigo y con los abuelos–comentó–. Vamos adentro.
—Si... yo creo que no. Verás debo decirte algo... –Andrea arqueó su ceja derecha cruzándose de brazos, y Olivia le contó del porqué esta castigada.
—Yo puedo ayudar con eso, tranquila. Ahora entremos juntas–estiró su brazo para que ella la tomara.
La latina aceptó tomando su mano y se encaminaron hacia la entrada para abrir la puerta y ver al abuelo Tom sentado en su sillón tratando de completar un crucigrama y a la abuela Amelia que tejía otro suéter para su nieta.
Sin embargo cuando se cerró la puerta detrás de ellas, ambos levantaron la vista. Andy y Liv los miraban con una sonrisa más de la menor era inquieta.
—¡Andrea! Mi muchacha–Amelia se apartó los anteojos dejó su tejido a un lado y se levantó para abrazar a su nieta mayor. Cuando se separó Tom hizo lo mismo. Y ahora su vista pasó hacia Olivia–. ¿Tú qué haces aquí? Se supone que estás castigada...ay esos niños–negó la mujer molesta.
