Capítulo 35: Jocker

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Hasta ese día no me había sincerado con nadie para hablar de mi pasado, ya que de alguna forma además de tener vagos recuerdos, me dolía el hecho de tener que imaginar escenarios, con la incertidumbre de no saber si aquello era totalmente real.

—No sé si me siento preparado para lo que Alex pueda revelarnos, es que ¿quizás aquello pueda superar cualquier otra cosa...superar el amor?—Cuestiono a Abril cuando ambos salimos de casa para dirigirnos a nuestro encuentro con Alex.

Afuera ya empezaba a llover, la acera despedía ese peculiar aroma por el contacto de la tierra con el agua, al caminar era imposible no estallar los charcos que se albergaban en ésta. Y a pesar de cubrirnos a ambos con el paraguas, habían finas gotas que se filtraban a nuestros costados para escurrirse sobre nuestro atuendo.

—Me he estado haciendo la misma pregunta toda la noche, pero al terminarla siempre me recuerdo a mí misma que se trata de ella, de aquella chica que sin importar lo que pase nunca deja de luchar—Deja escapar un corto suspiro mientras nos detenemos en la parada de bus, en busca de un taxi.

—Si tan solo la realidad no fuese tan cruel...aunque creo que es por ello que se llama así—Dije apenas en un susurro.

—Tú...¿te alejarías de ella si aquello fuese tan malo?—Abril se coloca frente a mí para buscar alguna respuesta en mis facciones.

—Nada podría ser tan oscuro como para cuestionármelo—Dejo escapar una ligera sonrisa entrecerrando los ojos, y eso basta para dejar en calma a Abril.

El silencio nos invadió por un tiempo, un silencio bastante acogedor. Hacemos la parada al taxi amarillo que aparcaba frente a nosotros y enseguida subimos las bolsas repletas de comida en el maletero del auto. Informamos al chofer nuestro destino y deja de fondo la radio encendida para darnos privacidad.

—¿Ya terminaste de acostumbrarte a vivir solo en la ciudad?—Coloca su brazo sobre la ventana del auto y dirige su mirada nuevamente a mí.

—La verdad es que no, me gusta sentirme independiente, pero se extraña esa sensación de calidez al estar en casa—Me reclino en el asiento mirando discretamente a la carretera.

—Exacto...Yo hecho de menos los fines de semana de carnes asadas con mis padres, volver del colegio tarde por quedarme en la cafetería platicando con nuestros viejos amigos, y no de sentir la incertidumbre de vivir sola—Mira hacia la ventana como si intentase limpiarse algunas lágrimas.

—Explícame un poco más sobre eso, ¿quieres?—Le coloco mi mano sobre su pierna esbozando una gentil sonrisa, esperando que la confianza entre nosotros siguiera intacta.

—Tal vez tú no lo veas de la misma forma que yo, y es comprensible, pero el hecho de ser mujer cada día se vuelve más complicado. Desde el miedo de no saber si volverás a casa, la preocupación de que al tomar el transporte puedan acosarte de mil maneras, de saber que cada día asesinan a más de 150 mujeres y que de tantas, algún día puede ser cualquiera de las que conozcas, incluso yo...Puede que parezca exagerado, pero si he llegado a pensar en ello—Levanta la vista al cielo, para evitar que nuestras miradas se cruzasen.

—Sé que nada de lo que yo diga puede hacerte borrar esa idea de tus pensamientos, pero puedo prometerte que siempre que pueda estaré aquí, sin importar la hora o la situación, voy a estar ahí para protegerte—Le acaricio ligeramente la cabellera y ella se lanza a mis brazos emitiendo un chillido.

—Gracias—Dijo Abril apenas en un susurro, depositando un beso en mi mejilla.

—No agradezcas, eso haría cualquier amigo que sepa cómo es el mundo realmente—Le acaricio el cabello, esperando que eso le causara un poco de alivio.

BYLUR (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora