Capítulo 22: Jocker

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Alguna vez has tenido esa sensación de querer detener el tiempo por un instante o incluso saber que vas a extrañar cuando tengas este recuerdo? Así me sentía después de ese 21 de junio, mi mente estaba aquí y al mismo instante perdida en el espacio.

Cuando me despedí de Alex le dejé una nota en la mano antes de marcharme, tenía un resto de servilleta en el bolsillo de mi pantalón, así que la ocupé para escribirle lo único que no quería que olvidara incluso si algún día estuviésemos lejos: 𝒩𝒪 𝒬𝒰𝐼𝐸𝑅𝒪 𝒟𝐸𝒥𝒜𝑅 𝒟𝐸 𝒱𝐸𝑅𝒯𝐸.

Tenía planeado verla el 24 de ese mes a medio día y en el mismo parque, llevaba conmigo una caja pequeña con una fresa de chocolate enorme dentro se ésta, acompañada de una nota que decía: 𝒬𝒰É𝒟𝒜𝒯𝐸 𝒞𝒪𝒩𝑀𝐼𝒢𝒪

Quería que cuando abriese ese pequeño obsequio y leyera la nota pudiera decirle que quería estar con ella, que no quería que este fuera el final, quería que Alex fuese mi novia.

Fui con mis amigos al instituto por última vez a recoger los documentos que avalan que has estudiado tu preparatoria y otros más como recomendación a la universidad que quieras ingresar. Sabía en qué ciudad estudiarían mis amigos, cada uno en distintas ciudades lejos de aquí.

Yo había recibido hace algunas horas mis resultados de examen en las universidades que solicité ingresar, me había aceptado en ambas y ambas estaban fuera de este sitio, una de ellas cerca de la zona de sierra, un lugar bastante relajante y agradable para estar sin preocupaciones por el ruido de la ciudad o la contaminación y la otra ubicada en la zona central, donde las 24 horas hay sirenas de ambulancia retumbando de lado a lado. Pero aún no decidía en cuál de ellas quería ingresar.

Era muy temprano todavía ese día en el instituto, en el tiempo que estuve firmando y recopilando mis documentos pude ver a varios de los amigos de Alex, incluso a sus compañeros, pero ella no estaba ahí.

Pensé que quizás era bastante temprano y ella llegaría más tarde al sitio donde quedamos vernos así que fui a desayunar por última vez a la cafetería. Tomé un licuado de fresa con chocomilk y unos waffles de durazno mientras platicaba con Mike y Ulises.

Recuerdo que ambos decían a carcajadas que ninguno se casaría antes que yo, prometían que no volverían a estar con otra chica al ingresar a la universidad. Pero ahora son ellos quienes tienen esposa e hijos. Me da gusto saber que se encuentran bien, y sobre todo haciendo lo que siempre soñaron ser.

Cuando faltaba poco menos de media hora para las 12 del día me despedí de mis amigos y comencé a caminar hacia el parque, apreciando todos y cada uno de los detalles del paisaje que me rodeaba, los arbustos, el olor de las flores, la pequeña capa de niebla que se asomaba todas las mañanas, quería guardar todos estos recuerdos cuando me marchara.

Con cada paso que daba sabía que mi vida cambiaría en el momento que llegase a mi destino. Pero también dentro de mí me gritaba una voz, algo me decía que eligiera la universidad de la zona centro. Estaba decidido a estudiar ahí, quizás sería más complicado visitar a mi familia por la lejanía, pero anhelaba estudiar en esa universidad.

Eran las 12:03 pm cuando llegué al parque, era un día bastante solitario, era la única persona parada ahí, no había ruido por ningún lado, podías escuchar tu propio latir sin problemas, quizás lo ideal para una propuesta.

Esperé varios minutos, pero después de estar sentado decidí recorrer todo el parque buscando a Alex, esperé otra hora más mirando a todos lados, pero ella nunca llegó.

Así que decidí volver a casa y revisar mi celular. Cuando tomo mi celular y reviso mis mensajes de facebook encuentro el suyo que fue escrito hace 1 día donde decía que en su universidad le habían informado que tendría que adelantar su llegada, así que se había ido para irse estableciendo en su nueva ciudad, había en el mensaje cientos de disculpas por no poder asistir a la cita de hoy y diciendo que estaba encantada por la cita y la nota que le dejé en la graduación, estaba feliz de que pudiésemos ser buenos amigos.

Ella ya no estaba aquí y ni siquiera sabía donde decidiría ingresar. Así que decidí buscar mi propio destino, empezando por elegir mi universidad y por lo pronto olvidarme un poco de Alex. Esperando que si en algún momento volvíamos a vernos quizás las cosas serían distintas.

Era demasiado joven para dimensionar que la vida es mucho más que levantarse temprano para ir a trabajar o ir al instituto, la vida se basa en momentos, en las veces que bajas de la alcoba para servirte el licuado de fresa que te ha preparado tu madre, en las veces que mientras llegas de la escuela el mismo olor de la comida te guía hacia la cocina, que no importa si duermes con pijama o en bata sino qué tan satisfecho te sientes al terminar el día.

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BYLUR (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora