5. hyde

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En algún lugar de Estados Unidos

(...)

—¿Ya hay noticias? — Paso las manos por su pelo largo, frustrado.

—Nada aún , señor.— contestó el tipo alto y calvo apoyándose en el marco de la puerta.

—¿Estas seguro que esta viva?

—No tengo la menor duda.— el hombre asintió.— Hemos estado día y noche afuera de su casa, pero nadie entra ni sale.

—Bien, no se que es lo que van a hacer y como lo van a hacer, pero quiero que la traigan aquí, justo como la dejaron, bola de idiotas. La quiero viva.— miró la ventana admirando las enormes calles.

—No se puede enterrar el pasado, ¿cierto?

Una mujer rubia de pelo corto entró en la habitación, sus ojos se pasearon por todo su cuerpo envuelto en un vestido ceñido que resaltaba sus curvas.

—Quizás, yo se donde esta.

Una sonrisa cínica se dibujo en su rostro.

La encontraría, hasta el fin del mundo si era necesario.

(...)

Ciudad de México, México. 

Me levanté cerca de las 9:00 a.m. hoy era mi día de descanso y aprovecharía el tiempo para inscribirme en la universidad.

Abrí la puerta de mi habitación y caminé por el largo pasillo, vi a mi hermana sentada en la barra de la cocina, me miró y me regaló una sonrisa, hice lo mismo.

—Buenos días Caí, ¿Cómo dormiste?

—Bien, he dormido un poco mejor estos días.

Me senté frente a ella y tomé una rebanada de pan tostado y unte un poco de mantequilla de maní y comencé a comerla. Isa me miró sorprendida y con una sonrisa en los labios.

—¿Qué? — la miré confundida.

—Estas comiendo, con ganas, tenía semanas que no veía esta escena. ¿Quieres café?

—Sí, por favor.— asentí.— ¿Puedes hacerme un omellette? —sonrió sorprendida y se dirigió rápidamente a la estufa.

Sonreí con ternura al verla cocinar para mí, se que ella también la pasaba mal con todo esto, también sufría, darle un rayito de esperanza después de tantas semanas en un hoyo de oscuridad, era reconfortante para mí.
Me levante de la butaca y la abrace por detrás, fuerte y solté un suspiro.

—¿Y eso? —dijo con una voz suave.

—Te quiero Isa, gracias por todo.— tomó mis manos aún en la misma posición y las acaricio.

—Yo también te quiero Cai, mucho bebita.— giró su cuerpo y tomó mi rostro con ambas manos.—Me alegra verte así.—estampo sus labios en mi frente.—Ve a sentarte, quiero verte comer hasta la última migaja.

Asentí y me senté de nuevo en la butaca, Isa se sentó frente a mí y mientras yo desayunaba, ella arreglaba algunos documentos y su agenda en su iPad.

—Listo.— deje los cubiertos en el plato.

Sonrió al ver mi plato.

—Muy bien Cai, te ganaste un premio.

—¿Cuál?

—Un beso de Kevin.— sonrió pícara.

—¡Isabella!— le arroje una servilleta en la cara mientras reía burlona.

i'm inlove but... [Kevin Álvarez]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora