i'm inlove but... [Kevin Álvarez]

15. i love you

Sentí mi cuerpo estrellarse en el suelo, Brian me había soltado, gire a ver que había pasado, pero empecé a ver borroso, apreté los ojos y los abrí intentando ver que era lo que sucedía.

Brian estaba en el suelo, Kevin estaba sobre su cuerpo, golpeando su rostro una y otra vez,  este le gritaba algo pero no lograba entender bien sus palabras, traté de levantarme, pero estaba débil, quería gritar, las palabras no salían de mi boca, me sentía completamente inútil.

Cada vez me sentía mas débil, cuando logré ponerme de pie iba a dar un paso pero mi cuerpo ya no podía sostenerse, unos brazos sostuvieron los míos para evitar que estrellara mi rostro en el piso, era Elsa quien me miraba con preocupación.

—Cailin, Cailin no cierres tus ojos.—dejo caer su cuerpo junto con el mío al piso.—Vamos Cai, no me hagas esto.

Gire un poco el rostro, mis compañeros sujetaban a Kevin, mientras mi jefe verificaba que Brian estuviera vivo, otros llamaban al 911, Kevin giró a mirarme, se volvió loco, gritaba que lo soltaran para verme mientras se movía con una fuerza descomunal y lloraba como un niño pidiendo que lo dejaran ir conmigo.

—Hey, suéltenlo, déjenlo que venga, rápido.— soltó Elsa molesta.

Kevin llegó a mi rápidamente y tomó mi cuerpo entre sus brazos.

—Kevin... me siento mal, no puedo respirar.— dije con un hilo de voz.

—Tranquila Cai, aquí estoy,  no te voy a dejar.—beso mi frente.— Te amo Cailin.

Oscuridad, no sentí más, ni vi, ni escuché más.

(....)

Estaba sentada en el pequeño sofá que daba al ventanal en mi habitación, desde hace semanas me sentía muerta en vida, el color en mis mejillas se había esfumado, también el brillo de mis ojos, no tenía sentido nada para mi desde aquel maldito día, no sabía que más hacer para poder salir adelante, el apoyo de mi familia lo tenía, pero era todo, para mis amigos, mis conocidos yo estaba muerta y así estaba, muerta, no quería vivir, no tenía sentido para mi hacerlo.

No me di cuenta, una lagrima resbalaba por mi rostro y mi mamá tenía no se cuanto tiempo mirándome preocupada.

—Yo también me morí aquel día Cailin.— parecía que sabía lo que pensaba.— Pero no sabes cuanto le agradezco a Dios que estes aquí, que tu corazón esté latiendo.

—Mamá... yo preferiría estar muerta, me jodieron la vida, ahora tengo que fingir estar muerta y huir como si yo hubiera tenido la culpa.— escupí con rabia.— Solo porque la estúpida policía no puede hacer nada por mí.

—Lo sé mi niña, lo sé, es difícil, pero cualquier lugar es mejor que este para ti ahora.

—Tengo que esconderme como si yo fuera la delincuente, mamá, irme del lugar donde nací, crecí y tanto amo, por culpa de unos cerdos asquerosos que decidieron que yo sería su diversión esa noche.— mi rostro se llenó de lágrimas.— Es injusto.

—Te daremos la justicia que tanto buscas, de eso nos vamos a encargar nosotros, tú tienes que irte y empezar desde cero, deja que de eso nos encarguemos nosotros.— mi mamá beso mi frente y acaricio mi pelo para intentar tranquilizarme un poco.

—Cai, es hora.— Bruno habló detrás de nosotras, sostenía en sus manos una mochila y una maleta pequeña.

—¿Algún día volveré a tener una vida normal?