i'm inlove but... [Kevin Álvarez]

6. memories

Los ojos de Cailin se mantuvieron fijos en los míos, su mirada era fría, su cara no tenía ninguna expresión, pasó sus ojos a Samantha, frunció el ceño y negó con la cabeza.

Se dio media vuelta y caminó hacia la zona donde estaban nuestros amigos, tomo su bolso y corrió a la salida, apenas pude alcanzarla en la salida del lugar ya que mis movimientos eran torpes y lentos, tomé su muñeca se giró a verme.

Tenía los ojos cristalizados y por fin pude leer su expresión, decepción, era todo lo que sus ojos transmitían hacía mí, solía ser estúpido en algunas ocasiones y esta no había sido la excepción.

—Cailin, oye, oye, lo siento.— tomé su hombros.— Eso.... ella... No es lo que parece.

—No, Kevin, no tienes que darme ninguna explicación, en serio.

—Quiero hacerlo, ¿Sabes por qué? —subí mis manos a su rostro y lo acaricie con mis pulgares.

Negó con la cabeza.

—Me gustas Cailin, me gustas en serio.— su mirada se hizo aún mas intensa.— Mucho.

—¿Estás hablando en serio? —su expresión se suavizo.

Asentí, ella y yo aún no éramos consientes de la extraña conexión que había entre nosotros y de la ternura que se estaba disipando y yo tenía que hacérselo sentir.

—Esa chica se llama Samantha, nos veíamos antes.... antes de que tu y yo nos conociéramos. Justamente le estaba diciendo que no volvería a llamarla y me besó.— aprete mis labios.

—Ella es muy guapa y tiene un cuerpazo. Mírame.—dijo riendo bajito.

—Exacto, mírate, eres preciosa Cai, de los pies a la cabeza.— la miré de arriba a abajo.— Y eres mas que una cara bonita, te puedo asegurar que vi mas allá de eso. No acabaría de describirlo en una sola noche.— la acerque a mi cuerpo y la envolví en mis brazos.

Sentí su cuerpo tenso, sus manos estaban en una linea aun tiesos, poco a poco su cuerpo se fue relajando y envolvió su brazos alrededor de mi espalda, soltó un suspiro, su cabeza estaba sobre mi pecho, la miré, tenía los ojos cerrados y su expresión era tranquila.

—Me quiero ir, Kevin.—besé su cabeza y nos separamos, metí un mechón de pelo detrás de su oreja, sonrió.

—Vamos, debes estar cansada.— tome su mano y camine con ella al auto.

El camino a mi departamento fue silencioso, se había quedado dormida, su cabeza descansaba en el vidrio y tenía sus brazos envueltos en su regazo, su pecho subía y bajaba con tranquilidad, su expresión era serena, sonreí.

Cuando llegamos, baje del auto y abrí la puerta para tomarla entre mis brazos y llevarla hasta el elevador.

Llegamos a la puerta y pase mis manos delicadamente por su rostro para despertarla y pudiera abrir.

—Preciosa.— susurre en su oído, se movió al sentir mi voz cerca de ella.—Necesito abrir la puerta.

—Mmmh, ¿en dónde estamos?.— musitó y volvió a acomodarse en mi pecho.

—En mi departamento.— abrió los ojos y la bajé delicadamente al suelo. —Puedes quedarte en mi recámara. Tranquila, me quedaré con alguno de mis hermanos, ¿vale? —miró sus manos pensativa.— No podía dejarte, prometí que te cuidaría.

Solo asintió, abrí la puerta y me hice a un lado para que entrará.

—¿Te gusta? —le pregunté emocionado.

—Es muy bonito Kevin, gracias.

—Ven, te llevaré a mi habitación para que te cambies.— tomé su mano y la llevé hasta ahí.