Angel & Demon «KookTae» {AU}

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Taehyung volvió a mirarse al espejo con una gran sonrisa mientras volvía a retocar su pelo.

Era su primer día haciendo de ángel de la guarda y estaba impaciente por conocer al humano al que le asignarían.

Ansiaba con ganas que fuese un infante, pues le encantaba jugar y ver crecer a los pequeños y sabía que sería aún más emotivo si acompañaba a un humano en su desarrollo en lugar de simplemente cuidar a una persona en edad avanzada.

Pasase lo que pasase estaría encantado de ayudar a cualquier ser vivo.

Salió del baño comunitario, comprobó que llevase todo lo necesario y fichó con la tarjeta que le otorgaron días atrás antes de aproximarse a la gran puerta dorada que daba paso a las puertas del cielo.

Saludó a algunas caras conocidas antes de salir, encontrándose al poco tiempo con quien calificaría como su mejor amigo.

—¡Taehyungie!

—Hola Jimin.

Ambos se saludaron con una sonrisa ya que si se abrazaban tal vez su vuelo se desequilibraría, aunque poco les importaría acabar cayendo al suelo, después de todo no podían volver a morir.

—¿Estás nervioso por tu primer día?

—Un poco tal vez, aunque estoy más emocionado.

—Pronto te acostumbrarás, ya verás.

Taehyung asintió y se dispuso a volar hacia la casa de su humano asignado hasta que cayó en cuenta en que no tenía ni idea de cómo llegar.

Tal vez aquel aparatito que le dejaron junto a su tarjeta y que Jimin le recomendó llevar colgado al cuello debía servir para aquello.

En cuanto vio la pantallita se dio cuenta de que así era y comenzó a ir en la dirección de aquel punto que parpadeaba en la pantalla en color blanco.

Sin duda tenía muchas preguntas que hacerle a Jimin ya que apenas lo habían elegido para el trabajo cuando al entrevistarlo al llegar al cielo notaron la exclusiva inocencia poco vista que tenía Taehyung.

Incluso los ángeles habían cometido algunos pecados en sus vidas y actos considerados impuros como el sexo por simple placer, pero lo importante era que realmente fuesen buenas personas y que se arrepintieran de sus blasfemias.

Voló durante 15 minutos hasta que el punto se volvió fijo y comenzó a brillar poco a poco con más intensidad conforme se acercaba a la casa.

Era de noche en la tierra, lo cual hizo un poco más difícil encontrar el edificio exacto y la ventana correcta.

Apenas se acercó al edificio supo quién era aquel que estaría a su cargo y su yo aventurero solo quiso saber más y más de aquel joven que estaba junto a la ventana que daba a la escalera de emergencia externa.

Lo observó curioso abrir la ventana y como por arte de magia pronto entendió lo que planeaba hacer aquel joven. Era como si hubiese leído sus pensamientos.

Estaba tratando de escapar de casa para ir a una fiesta a la cual sus padres le habían prohibido ir por no alcanzar sus expectativas en el instituto.

El joven probablemente no tendría más de 16 años y aquello parecía ser su primer acto de rebeldía puesto que se veía muy nervioso y estaba limpiado el sudor de su frente.

Taehyung no entendió muy bien aquel discurso que le dio Jimin sobre «introducirse en la consciencia del humano asignado para hacer que tome una buena decisión y que no acumule errores que lo hagan acabar en el sitio rojo», pero de alguna manera supo qué hacer.