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Jungkook siguió mirando a Taehyung fijamente mientras el contrario le contaba aquella anécdota graciosa que le había ocurrido con Jimin.

Volvió a recorrer su cuerpo con la mirada y de nuevo se detuvo en sus labios.

—Así que a lo que quiero llegar es que no recuerdo cómo es una persona sin ropa —finaliza la anécdota esta vez girándose a mirarlo.

—¿No has visto a otros ángeles desnudos?

—Uuuu... ¿no?

—Venga ya, si es algo súper normal —niega con una sonrisa y se incorpora para quedar sentado al igual que el contrario —¿ni siquiera a ti mismo?

—¿Por qué debería tener interés en algo así?

—No es interés, es más bien curiosidad —aclara alzando una ceja.

—Muy bien, pues tengo curiosidad ahora, quiero ver a alguien sin ropa —dice con seguridad tras la insistencia y mira su cuerpo, haciéndole entender su petición.

Jungkook carraspeó mientras alzaba sus manos y negaba.

—No creo que sea buena idea, seguro que en el cielo consideran esto algo súper impuro —repite sorprendiéndose una vez mas porque la idea de cumplir una norma pasase por su cabeza.

Ya era inevitable porque cada cosa que pudiese perjudicar al ángel solo lo disgustaba.

—Te mostraré mi cuerpo a cambio, ¿es un trato justo?

Jungkook casi se atraganta y tuvo que toser un par de veces. Por supuesto que quería ver al contrario sin una prenda de ropa, pero temía no ser lo suficiente capaz como para resistirse a tocarlo y sabía que Taehyung, en su inocencia, no iba a apartarse.

Lo meditó unos segundos y tras un par de insistencias acabó accediendo.

—¿Estás seguro? ¿No es algo prohibido en el cielo?

—Ajá, Jimin dice que la desnudez no es pecado, es el sentido que le dan los humanos lo que lo vuelve algo malo —anuncia sin más y se pone en pie para así poder empezar sus acciones.

Poco a poco desabotonó su camisa y la dejó a un lado en el suelo de la azotea que habían convertido en su rincón seguro. Luego fueron los zapatos, calcetines y el pantalón.

Ni siquiera sabía por qué él mismo acabó soltando una risita antes de bajarse la ropa interior.

—Esto soy yo —asegura extendiendo un poco sus alas —te toca.

Jungkook estaba paralizado sin poder apartar sus ojos del cuerpo ajeno.

Tragó saliva tan fuerte que sonó y tambaleó un poco al ponerse en pie. Quería recorrer todo su cuerpo con sus manos desnudas, quería acariciar cada centímetro y pegarlo a su cuerpo hasta que no hubiese espacio ni para un átomo entre ellos.

Según él aquel sentimiento era normal, después de todo el infierno estaba plagado de lujuria y no es como si él no tuviese deseos esporádicos. Estaba seguro de no haber sentido tal tentación nunca antes.

Repitió las acciones sin apartar sus ojos de los ajenos y de vez en cuando no pudo evitar relamerse los labios.

Santo infierno, iba a lanzarse en cualquier momento hacia el ángel.

Por si fuera poco, la inocencia y la pureza que el contrario mostraba iban a volverlo loco. Lo único que quería era mostrarle todo aquello que jamás había conocido y experimentado.

Cuando al fin se desnudó, Taehyung lo rodeó para verlo al completo antes de pararse frente a él y señalar su estómago.

—¿Qué es eso? —miró su propio estómago antes de volver a centrarse en las leves hendiduras que marcaban los abdominales del contrario.

Por alguna razón le resultó muy atractivo.

—Son abdominales... salen cuando tienes poca grasa en el estómago y tu músculo se marca.

—Ou... —Taehyung volvió a quedarse serio mientras lo analizaba y soltó una risita encantadora cuando miró su propio estómago y vio que no había nada parecido a los abdominales que el contrario le había explicado.

Jungkook tuvo que cerrar los ojos y concentrarse en cualquier otra cosa que no fuese el chico desnudo e intocable que tenía delante.

Fracasó súbitamente cuando notó como su cuerpo comenzaba a reaccionar, así que volvió vestirse a toda prisa.

—¿Qué haces? —pregunta Taehyung alarmado repitiendo sus acciones al no entender por qué de repente tenía tanta prisa.

—Es suficiente por hoy.

—Pero tengo más preguntas... y quería ver más.

—He dicho que es suficiente por hoy. Nos vemos mañana —el tono serio con el que salieron sus palabras espantó un poco al ángel.

Sin darle ni un minuto más, Jungkook voló a toda velocidad para alejarse de allí.

Se sentía tan al límite en aquel momento que estaba seguro de que si tan solo por un segundo hubiese vuelto a mirar a Taehyung, no hubiese podido resistirse.

Sentía sus manos arder y ni siquiera lo había tocado, así que de nuevo el miedo a convertirse en polvo recorrió su cuerpo, dándole un azote de dura y cruel realidad.

Cuando volvió al infierno, su cuerpo se sentía algo más relajado, pero la culpabilidad estaba carcomiéndole por haber tenido un mísero pensamiento lascivo con aquel ser de luz que ni siquiera recordaba lo que era ver al completo a otra persona.

Vio como Yoongi se acercaba a él con no muy buenas intenciones, así que antes de tener que aguantarlo acabó encerrándose en lo que había convertido en su habitación, aunque no fuesen más que un puñado de rocas que formaban algo parecido a una cueva.

Se tumbó sobre la dura superficie y miró al techo fijamente, preguntándose una vez más qué era aquel sentimiento que estaba estrujando su pecho y haciendo que su respiración se alterase.

Quería llorar de rabia, de tristeza y de impotencia.

Porque recordaba lo bonito que era estar vivo y tener a alguien a su lado en lugar de estar en el infierno rodeado de capullos que solamente se aprovecharían o se burlarían de él.

De nuevo volvía a sentir que no pertenecía a aquel sitio, pero a quién iba a engañar si solamente con recordar lo que hizo entendía su situación.

Angel & Demon «KookTae» {AU}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora