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—¡Taehyung! —grita Jungkook agarrando la sábana apresurado al ver al contrario acercarse y la coloca torpemente sobre sí mismo en el tiempo justo para que el ángel lo abrazase.

El problema fue que no calcularon bien y casi acaban rozando sus mejillas, cosa que los hizo apartarse de repente al notar ambos la zona arder intensamente.

Cuando se miraron, ambos estaban tocando sus mejillas con una expresión de dolor que fue poco a poco opacada por la tristeza de ser conscientes de la realidad en la que se encontraban.

El ángel pronto negó sin querer arruinar el momento y acabó alzando un papel frente al pelinegro.

—¡Me han concedido el permiso! —alza la voz emocionado y esbozando una gran sonrisa —puedo estar tres días completamente fuera del cielo y sin tener que vigilar a Seunggyo.

—Eso es genial —asegura aún con la mano en su mejilla —¿cuándo será?

—Tan pronto encuentren a alguien que pueda sustituirme para vigilar a mi humano los días que yo no esté.

—Espero que tarden poco.

—Seguro que sí, hay ángeles de sobra —asegura canturreando con el papel en sus manos. Finalmente lo guarda en su bolsillo, temiendo perderlo —hyung no estés triste, ¿si? Vamos a poder ver a tu familia.

—Es solo que me sigue fastidiando tener que reducir nuestro contacto a una sábana que debemos cambiar con frecuencia para que no se impregne de la esencia de ninguno de los dos y no nos arda.

—Pero al menos tenemos eso —intenta traer el lado positivo como siempre, pero los pensamientos de Jungkook parecían querer seguir en una mala onda —al menos nos tenemos el uno al otro.

•          •          •

En los días que esperaban para poder emprender su viaje, Taehyung estuvo trabajando como normalmente y Jungkook preparó algunas cosas como un trapo de un tamaño mucho menor a la sábana que cupiese en su bolsillo y le permitirse agarrar la mano del ángel en cualquier momento.

Probablemente iba a pasar por momentos difíciles y necesitaba su apoyo y consuelo.

También se preparó una lista de posibles lugares que podría enseñarle a Taehyung en su ciudad natal.

Hacía dos días que encontraron un sustituto, pero no fue hasta ese mismo día que permitieron al ángel tomarse su descanso.

Jungkook se sintió orgulloso porque su angelito hubiese tenido el valor de mentirle a uno de los suyos, pero también sintió algo de pánico por estar influenciándolo tanto.

Solo quería que fuese más libre y aprendiese cosas nuevas, pero no quería hacerlo perder su bonita inocencia.

Estuvo sentado en el borde de la azotea hasta que el ángel estuvo listo para partir después de visitar a Seunggyo una vez más.

—Por fin, has tardado mucho en venir.

—Es que voy a extrañar a mi Seunggyo —lleva ambas manos a su pecho y pone una expresión de pena.

—Solo serán tres días, en nada volverás a protegerlo —asegura rodando sus ojos y alzando el vuelo.

Tuvo que obligarse a ignorar los pequeños celos que sintió porque Taehyung apenas había dicho una vez que era suyo a pesar de que él lo llamaba constantemente "mi angelito".

—¿Y bien? Vámonos —Taehyung hizo un leve movimiento de cabeza y posteriormente buscó en sus bolsillos —ou... dame un momento.

—Tengo lo que buscas —Jungkook sacó el trapo blanco de su bolsillo y lo puso abierto sobre la palma de su mano.

Angel & Demon «KookTae» {AU}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora