Dos tontitos en fuga

Hace tres días

Hoseok llevaba su típico traje de segunda mano, saliendo del trabajo de oficina del periódico local. No había mucho que decir ante eso, se encargaba del papeleo y ya estaba. Se encontraba a la espalda del gran edificio, con dolor de cabeza y fumando un cigarrillo.

Quería tirarse a su cama apenas llegara y ver alguna novela que estuviera pasando por la televisión de muy noche mientras comía fideos fríos. Así era su vida después de dejar a su antigua novia hace un año.

Habían durado maso menos 6 meses viviendo en el piso que ahora ocupaba Hoseok y se llevaba la mitad de su desgraciado sueldo. Hasta que ella decidió dejarlo por otro, ya que, según su excusa: "No eres lo que busco. Eres un gran chico, pero necesito a un hombre, ¿si entiendes lo que dije?".

Claro que le dolió en lo más profundo de su alma, y por eso golpeo al amante y los echo del apartamento cuando los había encontrado jodiendo en su sillón preferido.

Ella le grito que jamás sería suficiente para las chicas, pero él había tenido suficiente. Cerró la puerta en la cara de ambos, abrió su vodka más caro de la alacena y se emborracho ese día sin preocuparse por comer algo en todo el día.

Había llorado como un bebe, hecho bolita en el sofá, y se odio por darle indirectamente la razón a su ex novia. Eso de que "no era suficientemente hombre" nunca lo había escuchado. Había oído mierda como: "Eres peculiar" de las chicas que lo encontraban "lindo" y no "apuesto" o "sexy" como los demás chicos de la secundaria en la que iba. Había oído de aquellos muchachos de antaño, cuando quería hacer deporte con ellos un: "¿Estás seguro de que podrás?" o un "Eres extraño".

Había tratado de ignorarlo por el resto de años de escuela. Aquellos comentarios pasivo-agresivos, sabia a donde iban, no querían decirlo explícitamente, pero lo implícito que sonaba, lo hacía peor: Marica. Eso era lo que pensaban.

Hasta su padre le decía que se parecía más a su madre conforme crecía y no tenía musculo alguno y tenía tendencia por ayudar más a su mamá en la cocina que estar reparando autos con su padre. Prefería ver telenovelas que ver carreras de autos con su padre porque le aburrían.

Hoseok creía que simplemente era porque no se parecía a los chicos convencionales y ya estaba, no significaba que sea gay.

Lo comprobó cuando conoció a Boyong. La chica era nueva en la escuela, era linda e inteligente y al instante le llamo la atención a Hoseok. Realmente le gusto su manera de ser y su cara, por lo que decidió ser su amiga. Ella le había hecho sentir bien la mayoría de veces y le ayudo a su autoestima diciéndole que no era como los otros chicos y que era más gentil al tratarla.

Entonces comenzó a gustarle y quiso invitarla a salir, pero prefirió ir lento, como amigos y luego algo más.

Terminaron juntos la escuela y postularon a la misma universidad y es cuando le pidió ser su novia. Ambos perdieron su virginidad juntos y Hoseok había estado seguro que ella era la indicada y que demostraría con eso que era todo un hombre.

Tres años de relación después y con un trabajo nuevo junto con un departamento nuevo, pensó que era momento de asentarse y ver como su relación seguía su curso natural, ver qué pasaba en el futuro porque se había sentido cómodo.

Entonces decidió engañarlo y ese era su futuro.

Allí es cuando salió la verdadera imagen de Boyong.

Vino a recoger sus cosas y le dijo todo lo que había mal. Seguía repitiéndose el: "No me hacías ver estrellas en la cama", "No eres lo suficientemente hombre para mi" y su favorita "Me gustaste y te amaba, pero era como salir conmigo misma. Incomodo e incorrecto".