Dos tontitos en fuga

Se fue

La primera mirada que le dio sus padres a Hoseok fue de: "Oh, no, otra vez".

No era inusual que su hijo único fuera peculiar y que siempre trajera problemas en su casa. Cuando era más pequeño, recuerdan haber visto entrar a su hijo con las piernas raspadas, su madre lo regaño por eso y después de darle palmadas en los brazos, Hoseok procedió a mostrar un pajarito que tenía en la palma de su mano: "Estaba herido, así que trepe un árbol para sacarlo de donde estaba atrapado". El maldito pájaro se quedó todo un mes hasta que pudiera volver a volar. Para pagar los malditos gastos, Hoseok puso un puesto de pulseras hechas con lana y lo vendió por todo el vecindario y hasta sus compañeros de la escuela. Luego se preguntaba porque lo molestaban. Lo bueno es que el pájaro fue libre después de eso.

Otro recuerdo de su hijo siendo un total busca problemas con complejo de héroe sin capa, fue cuando decidió lanzarse de su bicicleta para rescatar a una ardilla a punto de ser atropellada en medio de la calle. Menos mal el auto no lo atropello, pero de nuevo, obtuvo golpes en sus pequeñas piernas. Cuando llego a casa y se lo conto, su madre se quedó corta con las millones cosas que le dijo y su papá no se quedó atrás con el regaño. El niño simplemente se encogió de hombros y procedió a encerrarse a su habitación a hacer la tarea como si nada.

Ojalá fuera solo con animales, pero su madre recibió una llamada sobre que su hijo había sido golpeado. Ella fue corriendo, solo para encontrar a su hijo con muchos moretones y el labio partido. Pregunto qué había sucedido, y resulta que su querido hijo había entrado en una pelea porque sus compañeros no querían darle a su compañera su juguete de vuelta, entonces decidió "defenderla". La niña en cuestión no recibió el juguete de vuelta, más encima su hijo salió herido. Esa vez solo suspiro y llevo a casa a curarlo.

Bien, era cierto que sus padres aceptan la culpa de no haberlo hecho valer lo suficiente para saber defenderse, siempre regañándolo y diciéndolo que viva una vida tranquila sin meterse en problemas. Sumando el hecho de que su padre creía que era un amanerado, pero su madre jamás se lo dijo por su propio bien. Ellos creían que su hijo si bien tenía defectos, era porque aún había sido joven para entender la gravedad de las decisiones que tomaba. Estaba bien ser bueno, pero no arriesgar su propia vida por cosas así.

Ellos aceptaban que lo habían criticado por ser un héroe tonto, todo el tiempo y tal vez eso fue el inicio de que él se cohibiera demasiado y comenzara a ser tímido, haciendo que la suposición de su padre fuera cierta en que era gay y no como los otros chicos. Pero su mamá, un poco más consiente, siempre supo que fue por el hecho de que nadie lo había apoyado en cómo era realmente, regañándolo siempre que podían y cuestionando lo que hacía. Su mamá decidió hacerlo bien cuando le presento a su novia, pero cómo podía si le daba mala espina dicha chica. Aun con todo eso (y que su padre aceptara dicha relación porque así a su hijo dejarían de encasillarlo en que era un gay del closet, para su consternación) decidió darle la bienvenida a dicha relación.

Cuando le rompieron el corazón, noto lo deprimido que se había puesto, no mucho por el término de la relación a pesar de que la quería, sino por todo lo que le dijo (según lo que le conto cuando fue a visitarlo a su departamento de sorpresa, trayendo comida). Eso hizo que se le rompiera su corazón y quiso decirle que era más que lo que le dijo la primera persona con la que había estado y con la que había experimentado muchas cosas buenas, pero en vez de eso, simplemente lo consoló con comidas, no siendo buena con el sentimentalismo.

Ella podía aceptar su error de no ser cariñosa, de no brindarle demasiados consejos y no decirle que a veces tenía que ser más autodidacto...

Pero, por dios, nadie podía culparla ahora por regañarlo y cuestionarlo del porqué había traído a un muchacho sangrando y que se dice que es peligroso a su casa.