Extra

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--¡Mas profundo, Tae! —Hoseok gemía más profundo mientras las embestidas no paraban. --¡Mas, mas, más!

Taehyung estaba a punto de correrse, pero no quería hacerlo sin que Hoseok lo hiciera.

--Córrete para mí, amor. —jadeo mientras daba otra estocada, dando en ese punto que tanto que le gustaba al otro. —Vamos, bebe...

Entonces Hoseok ya se estaba corriendo fuertemente, seguido de Taehyung, que todo su peso fue encima del contrario. Ambos estaban jadeando y como lo conocía, sabía que Hoseok dormiría un poco, siempre pasaba después de cada actividad, pero se encontró preguntando:

--¿A qué hora vendría Hanyu?

Eso fue como un balde de agua fría, dando a entender que era un irresponsable por no haberle aclarado eso antes de iniciar. Solo se puso modo bestia a besarlo alegando que el niño no volvería hasta después de unas horas.

--Debe estar llegando dentro de 5 minutos.

--Oh, Taehyung, te matare.

Y con eso, Hoseok paso los brazos alrededor de sus hombros. A veces lo hacía con cariño después de una sesión de sexo, pero sabía que ahora quería ahorcarlo si no se salía, así que, por su bienestar, salió de encima para cambiarse y recibir a Hanyu.

Taehyung se dispuso a cambiar frente a la mirada asesina de su esposo.

--No me mires así, tu también participaste en esto.

Hoseok bufo.

--Difícilmente puedo concentrarme si me besas y lo sabes.

Taehyung soltó un sonidito cuando termino de cambiarse.

--Enserio me amas. —se acercó a apretujarle las mejillas.

Lo aparto suavemente con una sonrisa de molestia, pero en sus ojos podía verse la diversión.

--Para mi mala suerte lo hago.

--Yo también te amo, Hobi—respondió, robándole un beso rápido.

El otro se quejó, pero Tae ya había salido del cuarto directo a su oficina. Quería arreglar algo antes de darle la bienvenida a Hanyu y a los demás invitados que vendrían después del niño.

Hoseok vio como su esposo se escapaba y aunque quisiera estar molesto, sabía que no podía, no con este hombre. Aun con 5 años juntos, no podía ponerse firme ante él, porque con solo una mirada burlona de él bastaba para ponerlo de rodillas.

Y era feliz, Hoseok no entendía como podía ser feliz después de tantos años, pero lo era. Claro que no había sido fácil, pero la mayoría del tiempo (que ganaba a esas pequeñas discusiones que no tenían sentido a la mañana siguiente con Tae) había sido tan bueno, que temía que parara de repente.

Se lo había comunicado a Tae, y como siempre, él dijo: "Mientras estemos juntos, todo estará bien. Si te preocupas demasiado, no disfrutaras de este bombón". Sabía que bromeaba, pero también, gracias a que lo comprendía muy bien, sabía que lo que quiso decir es: "No se va a acabar, te lo juro, porque te amo, y no importa lo que pase, mientras estemos juntos, vamos a ser felices a nuestro modo. Mereces ser feliz, así que no temas en disfrutar plenamente los momentos buenos que te da la vida".

Había sido complicado sentirse tan jovial o que merecía más que una vida monótona y sin sentido, pero conforme pasaron los años, ya poco a poco estaba creyéndoselo y sentía que, si seguía con Taehyung, podía ser aún más bueno de lo que ya era.

Él lo hacía feliz, no había más. Él lo hacía sentirse vivo, no podía competir con eso.

Le dolía a veces sonreír, por lo muy alegre que era todo el tiempo, pero era un dolor que podía soportar si venia de la persona que amaba.

Dos tontitos en fugaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora