Dos tontitos en fuga

Hace tres días

Hace tres días: Hoseok, ¿estás bien?

--¡Otra! —grito Hoseok, dejando caer el vaso de cerveza en el piso del escenario.

Taehyung suspiro con rendición.

--Ponlo también a mi cuenta, Mike. —dijo Taehyung con lamentación.

El susodicho, que era trabajador, lo miro mal, pero no dijo nada y acato lo que se le dijo.

Taehyung, desde su posición, miraba a Hoseok con lamentación.

Estaba bien. Es decir, el hombre podía emborracharse, pero... ¿tratar de parecer como rey del olimpo tratando de romper vasos por doquier? Era simplemente... lamentable.

Taehyung yacía parado a un metro del escenario donde Hoseok no paraba de cantar una canción japonesa, con un japones lamentable como su aspecto mismo.

Cuando lo había invitado a cantar, pensó que, por la cara inocente del tipo, sabia cantar o por lo menos tendría una voz melodiosa, sin embargo, se encontró con un Hoseok arrastrando las palabras y miles de gallos salidos de su garganta, que temía que estuviera muriendo lentamente.

Aun así, Taehyung lo veía con diversión.

Sabía que era la primera vez que este hombre se estaba divirtiendo. Posiblemente estuviera exagerando, pero a comparación con lo que veía de este hombre hace rato, se le veía más relajado y siendo él mismo: ridículo y que no sabía cantar, pero libre, al fin y al cabo.

Algo le decía que este hombre no tenía mucha diversión en su vida, lo cual era triste, si es que Taehyung tuviera razón, porque el hombre no se veía como alguien malo. Para ser un año mayor que él, Taehyung veía a este chico como alguien en sus plenos 18 y que tuvo que crecer a la fuerza. Literalmente un algodón de azúcar en un envoltorio con llamas.

Y eso era lo que quería saber: ¿Algo hacía que este hombre se restringiera así mismo?

Era bueno leyendo a la gente. Había sido entrenado para leer a sus enemigos, aunque ahora lo estaba haciendo para leer a este ser extraño que cantaba muy mal. Había leído en su mirada cansada y aburrida que estas cosas jamás le pasaban y que probablemente, en el fondo, lo estaba disfrutando a mas no poder.

No podía culpar a la gente que no tenía una buena vida, sucediera repentinamente todo esto y estuviera feliz, aunque supiera que era malo.

Algo le decía que este chico ocultaba cosas y la personalidad que le mostro hace rato, no mentía.

Si Taehyung no se equivocaba, suponía que, aunque no era feliz en su vida, trataba de verle el lado positivo a todo. Que probablemente sucedió algo para que sea tan... soso. No quería sonar como un idiota al llamarlo aburrido, pero este chico era tan limitado, que le daba jaqueca el verlo siendo toda una triste lechuga.

Si es que eso tuviera sentido.

La cosa es que se le podía ver a kilómetros que este tipo necesitaba esto más que él, y esperaba descubrir que le sucedía.

No es que hubiera sido calculado antes, es más, parecía que con Taehyung hubiera salido un poco más su lado, el cual no quería mostrar, pero había notado que trataba de hacerse el correcto. Como cuando seguía diciéndole que quería volver y que su auto, y que era mafioso...

Por dios, alguien que fuera realmente serio, no diría cosas sacadas de la televisión o se asustaría como él lo hizo, o actuaria tan lamentable en el escenario.

No es que le importara, pero no le molestaría saber un poco más de este... curioso ser.

--¡¿Por qué este lugar es tan aburrido?!—Hoseok puchereo mientras caminaba alrededor del escenario con el micrófono a punto de caerse. --¡Quiero que griten!