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La tensión en el aire era muy densa, pues una batalla se aproximaba. El equipo Taka y Sakura no quitaban la mirada de su objetivo, el clan Akira.

El viajero de mayor edad hizo una serie de jutsus de tierra, a lo cual Suigetsu respondió el ataque con su enorme espada. Mientras que Jugo atacaba al otro viajero usando su singular sello maldito. Sasuke, Sakura y Karin se metieron a la cabaña y observaron a 2 mujeres y 2 niños, una niña como de 6 años y el niño de aproximadamente unos 10 años. Sakura no sabía qué planeaba Sasuke... bueno, ya se daba la idea, pero una parte de ella no quería admitirlo. Por su lado Karin ya estaba acostumbrada a presenciar los asesinatos de Sasuke. Le gustaba hacer sufrir a sus víctimas, ya que no les daba una muerte instantánea, sólo los abandonaba ahí a su suerte pero se aseguraba que los golpes que diera fuesen fatales.

-Para completar la misión, hay que matar a los viajeros y sus familias. Murmuro Karin pero fue audible para sus compañeros.
-Sakura, hazlo tú. Supongo que conoces una forma efectiva de hacerlo. Sin hacerlos sufrir tanto ni causar mucho escándalo.

La petición de Sasuke era muy exagerada, demasiado, no cabía duda que había perdido la poca cordura que le quedaba. Sakura tragó en seco, pues para que no sospechara de su traición debía obedecer... pero... era difícil para ella si únicamente en toda su vida había hecho el bien, había actuado rectamente, ejerciendo con toda moralidad su carrera de médico. No podía hacerlo, no podía... Le temblaban las manos, empezó a sudar... se volteo a ver a Sasuke mirándolo fijamente con esos hermosos ojos jade apunto de soltar una cascada de lágrimas.

Sasuke soltó un enorme suspiro, y él terminó haciendo el trabajo sucio. Cortó el cuello de ambas mujeres con su espada. A los niños no les hizo daño grave, pues sólo les dio un par de golpes para dejarlos inconscientes. Sakura de lo sorprendida que estaba cayó de rodillas y empezó a sollozar fuertemente. No creía lo que veía. El que alguna vez fue su compañero de equipo era un despiadado asesino.

-Sakura, Karin, cada una cargue a un niño. Se los llevaremos al Tsuchikage. Karin, ya puedes decirle la verdad. Después de todo, Sakura no tienes estómago para esto. Sonrió de medio lado y dio la vuelta, para encontrarse con Suigetsu y Jugo que habían matado con éxito a los viajeros.

Sakura estaba perdida en sus pensamientos, observando a las inocentes mujeres, ya no tenían salvación. En cambio, ¿qué haría Sasuke con los niños? Quizá algo igual de terrible...

-Oye Sakura-chan, no te di detalles extra de la misión porque Sasuke me lo ordenó. Aunque no quería hacerle caso por supuesto, pero nunca nos dio la oportunidad de estar a solas tú y yo. Si se enteraba seguro también cortaría mi cuello. Ese par de viajeros y sus mujeres son ladrones internacionales de menores. Se los roban a madres solteras o familiar indefensas para venderlos en el mercado negro. Llegan a tener posibles fines: tráfico de órganos o explotación sexual. Al menos pudimos salvar a ese par de niños de ese cruel destino.

Sakura dejó de llorar, cambió su rostro a uno impactado, le era difícil procesar tanta información, -entonces...

-Sí, la idea de que era para conseguir dinero es una fachada, Sasuke jamás ha matado a inocentes, era algo que Orochimaru-sama detestaba de él. En cambio, siempre está dispuesto a matar a los que se lo merecen como a esos asquerosos traficantes.

-Entonces Sasuke-kun... lo hizo para ponerme a prueba. Aún no ha perdido su humanidad...
-Espero que el Uchiha jamás la pierda, no le conviene, pues cuando lo haga tú estás dispuesta a acabar con su vida, ¿no es así Sakura? Y yo te ayudare.
-Espero que Sasuke-kun nunca se convierta en el enemigo, aún confío en él... en qué puede cambiar.

-Vamos Karin! Hay que reunirnos con el resto. Después de todo nos espera regresar a estos niños con sus familiares.

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La reunión de los infantes con sus padres se llevó a cabo exitosamente. Sakura veía desde lo alto, pues ella estaba en el balcón del edificio del Tsuchikage mientras observaba el tan emotivo encuentro.

-Mamá! Ese hombre de allá es quien nos salvó... dijo la niña señalando al Uchiha que estaba conversando con un fastidioso Suigetsu que le exigía que debía tomarse unas vacaciones.

La niña corrió hacia Sasuke, estaba dispuesta a darle las gracias, unos pasos atrás la seguía su madre con el mismo fin. Ambas hicieron una reverencia agradeciéndole al Uchiha, por lo que él sólo contestó: -Es mi trabajo.

Ambas se fueron del lugar.

-Oye Sasuke, deberías mejorar el trato con las mujeres...así nunca vas a conseguir una!
-No me interesa. Dio media vuelta y se fue.

A lo alto observaba una consternada pelirrosa, hizo una sonrisa sutil y bajó para encontrarse con Sasuke.

-Eey! Sasuke-kun!! Vamos a comer algo!
-Hmp
-¿Eso es un Sí?

Sin más Sasuke siguió a Sakura hasta un restaurante de comida típica de la región. Les atendió una mesera que vestía demasiado provocativa, pues estaban a punto de salirle un par de pechos enormes que solo los hacía mover para coquetearle a Sasuke. No podía negar que el Uchiha era un imán de mujeres, pues era demasiado atractivo y si él se lo propusiera tendría a cualquier mujer y no sólo una sino varias... La Haruno se mordió la lengua con tal de callar sus pensamientos.

-Deja de rebotar tus sandías y ve a traernos la comida por el amor de Dios. Dijo Sakura ya fastidiada, pues esa escena le resultaba ridícula.

Sasuke ni siquiera volteó a ver a esa mujer, lo que le resultaba extraño a Sakura...pues pensaba que todos los hombres eran unos pervertidos, bueno, al menos los que ella conocía. Quizá realmente Sasuke no sentía afecto de ningún tipo con nadie. Quería comprobar esa teoría y una idea algo estúpida invadió su mente, pero no estaba del todo segura de llevarla a cabo, pues temía por la reacción de pelinegro, así que lo vio más que como una broma.

Por fin comieron y se retiraron del lugar, reuniéndose con el resto del equipo y partiendo a una posada a descansar.

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Al día siguiente, temprano iban de camino al país del viento, pues debían llevar a cabo su siguiente misión en lo vasto del desierto. Un molesto Suigetsu interrumpió el silencio que mantenían.
-Oí Sasuke, ya te había comentado de un posible descanso, necesito recuperar energía, necesito agua!!!!! Suigetsu parecía deshidratado cual perro en la azotea. El azabache dejó salir todo el aire que contenia...

-Bien, busquemos una posada o unas aguas termales, dudo que haya un cuerpo de agua cerca pues ya entramos al desierto.

-Yeahh!!! Dijo un entusiasta tiburón.
-Sasuke, no deberías consentirlo mucho, decía Jugo.
-Era eso o nunca iba a callarse.
Sakura dejó caer una enorme gota de sudor
-Idiota Suigetsu no puedes esperar hasta que lleguemos a la pequeña aldea del tornado, dijo Karin perdiendo su paciencia.
-Me lo vas a agradecer zanahoria, todos necesitamos remojar nuestros cuerpos, apestamos.

Sakura quiso reír pero se contuvo, pues después de todo el niño tiburón tenía razón, ella también deseaba, anhelada hundirse en el agua pues hacia un calor infernal.
-Pero unos baños termales no serían contraproducentes, pues es agua caliente. Dijo Sakura queriendo unirse a la conversación.
-Pues busquemos agua fría entonces! Debe haber algo cerca, estoy seguro... no creo que la gente de aquí no se bañe, dijo Suigetsu.

Empezaron a separarse para buscar, todos menos Sasuke, pues el seguía contando los segundos en su mente para no perder la paciencia con el cuarteto de idiotas.

Determinación Color Jade (Colega)🌸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora