8ª Flor: despedida

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Al día siguiente me levanté temprano. Preparé todo y desperté a Alek para que fuera al colegio

-Cinco minutos más- susurraba medio dormido mientras se tapaba los ojos con la almohada para que no le diera la luz.

Mi hijo siguió un rato más dormitando y mi padre haíia un buen rato que había puesto rumbo hacia un viaje de negocios.

Deje a mi hijo en el colegio y después pasé por los cerezos en flor, maravillándome por su belleza, hasta que una figura me llamó la atención. Más adelante del camino que yo estaba recorriendo había una figura masculina que se encontraba apoyada en uno de los árboles a pocos pasos de mí.

La figura me reconoció y se levantó de su respaldo rosado y se dirigió hacia mí.

Cuando estuvo cerca reconocí al dueño de esa figura: el joven japonés que yo había estado cuidando mientras estaba en coma, el hombre que me salvó de morir atropellada y, sobre todo, un soldado que pertenecía al bando contrario.

-Estoy aquí como me pediste.

-Dudaba que vinieras- me miró con sus ojos plagados de seriedad.

-Siempre acudo a mis citas- dije un poco molesta por albergar dudas sobre mí.

-Vamos- empezamos a andar por la alfombrada rosada. Durante el camino no dijo nada; solo mantenía las vista en el frente, lo que me molestaba bastante.

-¿Para qué querías verme?

-Sinceramente, no lo sé- me miró-. No sé qué siento con respecto a ti. No sé si me agradas- esto me inquietó- o simplemente me siento en deuda contigo. Lo único que sé es que necesitaba verte de nuevo- me miró con sus hermosos ojos ámbar.

-¿A qué estás jugando? ¿Es un nuevo pasatiempo entre los soldados: la caza de la enfermera?- dije molesta.

-No entiendo.

-Si esto es un jueguecito, conmigo no te va a funcionar. Primero me prestas atención solo a mí, al segundo me ignoras. Me salvas y luego me dejas sola. Escribes una carta despidiéndote para siempre y lineas abajo me citas. Ahora no sabes si estás en deuda conmigo o te gusto. Si pretendes volverme loca te advierto de que conmigo no va funcionar.

Él parecía impasible, se dio la vuelta y empezó a caminar solo. Yo no lo seguí como había hecho otras veces, en su lugar le di la espalda y puse rumbo hacia la dirección contraria.

En un momento me gire y vi a Toshio alejarse, ya apenas de distinguía. Game over

 -Sayonara, Toshio- susurré y puse rumbo hacia el hospital.

Las Flores del Sakura( Saga de las Flores I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora