8. Inalcanzable. pt. 8

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Ah, no te preocupes... Mucho no tienes que hacer. – Le sonrió Cale a Shui, guiándolo hasta su lugar de trabajo.

Luego de seguirlo por más o menos cinco minutos, ambos guardias llegaron hasta la entrada del palacio y se detuvieron.

— Tú trabajas aquí. – Y señaló un lugar vacío al lado de la entrada. — Como dijimos, tendrás un trabajo en el cual se requiera de atención, pero no tiene que ser suficientemente de una sola persona. Además, la reina te prometió tiempo con tu hermano, cosa en la que estamos todos de acuerdo, debido a que es pequeño y necesita de su familia.

Shui ante aquella revelación le sonrió con amabilidad a Cale y asintió.

— Entonces, estarás aquí recibiendo a las personas que entren, y acompañarás a los que salen hasta las rejas. – Le sonrió, mirando la hora en un reloj. — Bien, comenzamos. Si necesitas ayuda, yo estaré con la reina... Oh, sí. Hoy hay una importante reunión, por lo tanto, necesitaré que guíes a los invitados hasta la sala común, por favor.

El chico quedó recalculando unos segundos ante aquello, pero no tardó en asentir con la cabeza y posicionarse. — Bien, tenelo por seguro. Gracias, Cale. – Le dedicó una sonrisa.

El chico le sonrió posicionando una mano sobre el hombro y haciendo algo de fuerza, mostrando confianza. — Mucha suerte en tu primer día. Verás que no es la gran cosa. – Y luego, sin esperar que responda, se retiró caminando dentro del castillo.

Shui, nervioso y con algo de miedo de hacer algo más, se posicionó al lado de la entrada del lugar y se mantuvo firme. Desde ahí podía observar a toda la gente. Gente con la que él creció.

Luego, a lo lejos, pudo divisar una cabellera de color morada, que reconoció al instante. Su sonrisa aumentó.

Esta cabellera se acercaba más y más al castillo, hasta que finalmente quedó frente a Shui con una gran sonrisa.

— ¡Bonnie!

— ¡Shui! – Y ambos mejores amigos se abrazaron por un par de segundos.

— Hasta que llegas. Te estabas tardando.

— Sabes que lo bueno siempre llega a lo último. – Y soltó una risa. Dos días habían pasado desde que Shui fue contratado por la reina, pero para el par de mejores amigo había sido extraño no tenerse por primera vez en la vida, pues siempre se la pasaban juntos.

— Tenés razón, tenés razón... Bueno, me alegra verte otra vez. – Le sonrió el más pequeño de estatura a Bonnie.

— Sí, se te extrañó por casa. Papá me preguntaba siempre por vos. – Le devolvió la sonrisa.

— Aw..., tan atento tu papá, como siempre. En cuanto pueda lo voy a ir a visitar... – Se tocó el pecho, del lado del corazón, con ternura. Adoraba a ese hombre. Había sido su segundo padre básicamente.

— Bueno, espero verte en el castillo. Me dijeron que la reina necesitaba hablar conmigo apenas llegase, y ya voy tarde. Nos vemos. – Y le dió un último abrazo a su mejor amigo antes de entrar al castillo y seguir a un guardia que lo estaba guiando.

Shui saludó con la mano y volvió a posicionarse en su lugar, teniendo una gran sonrisa. Había extrañado a su mejor amigo.

Y ahí se quedó por un buen tiempo, en silencio, entretenido de lo que la gente hacía, pues la verdad no había ingresado mucha gente en el castillo y las personas importantes que mencionó Cale más temprano todavía no llegaban.

Unas dos horas después del reencuentro con Bonnie, unas personas que venían acompañadas de unos guardias ajenos al Reino, llegaron.

— Oh, bienvenidos, Jóvenes Aqua. – Habló el otro guardia que se encontraba junto a Shui, haciendo una reverencia ante las tres personas. — Espero que hayan tenido un lindo viaje. Por favor, pasen por aquí.

El chico les indicó a los jóvenes que siguieran caminando recto y le indicó con la cabeza a Shui que lo siguiera.

— Oh, sí. De hecho tuvimos un hermoso viaje. El camino de nuestro reino al de aquí es precioso. – Habló quién parecía ser el mayor de los tres.

— Me alegro mucho, su majestad. ¿Quieren algo de tomar en el camino a la sala común? – Mencionó nuevamente el guardia.

— Si no es mucho pedir, a mi me gustaría un vaso de agua, por favor. – Mencionó la chica con una sonrisa ante una de las sirvientes que estaba ahí.

— Oye, eres nuevo, ¿verdad? – Habló esta vez el segundo hermano mirando a Shui, este se tensó y le dedicó una sonrisa.

— S-Sí, su majestad. Soy nuevo. Un gusto conocerlos. Soy Shui. – Hizo una pequeña reverencia ante la realeza extranjera.

— Un gusto, Shui. Mi nombre es Luka, él es Marino y ella es Marilis. – Le sonrió a Shui con amabilidad presentando a sus hermanos menores.

— O-Oh... Es un gusto conocerlos, sus majestades. – Hizo nuevamente una reverencia a ambos hermanos. 

El trío de hermanos le dedicó una sonrisa al nuevo guardia y luego de que la sirvienta llegó con el vaso de agua que la chica había pedido, prosiguieron su camino, pero grata fue la sorpresa de encontrarse con la princesa a mitad de este.

— ¡Naly! – Habló el mayor de los hermanos acercándose a la princesa, abrazándola.

— Hola, Luka. Tanto tiempo. – Sonrió levemente ante el abrazo. Pero mucho no duró pues lo disolvió al instante. Shui notó algo en aquellas acciones. — Mi mamá está adentro, por favor pasen. – Le sonrió al resto de la familia, indicándoles que podían pasar a la sala.

La familia de hermanos hizo caso y se adentró a la sala, dejando al último a Naly. Ella miró a Shui con una sonrisa y se acercó a abrazarlo. — Buenos días, Shui. – Le sonrió con el rostro iluminado. Era uno distinto al que el chico había visto recién.

— Buenos días, princesa. ¿Amaneció bien? – Le sonrió con nerviosismo a la heredera al trono, pues todavía no se acostumbraba a la cercanía de ella.

— Algo así, ¿tú pudiste descansar? – Se separó un poco, acercándose a la puerta de la sala, pero sin dejar de mirar a Shui.

— Y... Más o menos. Me consumieron mucho los nervios, pero aquí estamos. – Soltó una pequeña risa, que también hizo reír a la princesa.

— Intenta la próxima no estarlo tanto, necesitas descansar... Bueno, nos vemos más tarde. – Saludó con la mano y se adentró a la sala, con una expresión que demostraba tristeza e incomodidad.

El chico se quedó mirando a la puerta por un par de segundos. Solía ser muy observador en cuanto a las expresiones faciales de las personas, y al ver a la chica supo que había algo que no le gustaba.

one shots largos/cortos ns de Naly y shuiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora