12. Inalcanzable. pt. 12

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Aquél atardecer terminó rápido con los jóvenes descansando sobre el campo de flores, uno al lado del otro, en lo que los caballos también descansaban.

— La luna está hermosa, ¿no crees? – Mencionó la princesa, mirando a la luna, sonriendo para sí misma. Claramente decía algo con aquella frase, según la costumbre japonesa.

— Lo está... – Sonrió mirando a la luna, luego estirando sus brazos. Él no estaba consiente de su respuesta, pues simplemente creyó que era una pregunta más. — Princesa, ya es muy tarde y debe ir a dormir...

— No quiero, Shui... Quiero estar junto a ti. – Le respondió. Iba a intentar decirle que le gustaba de todas formas. En aquellos cuatro meses que habían pasado había decidido que estaba enamorada de él, y no pensaba esperar por una respuesta.

— Princesa... – La miró a los ojos, y a pesar de que él también quería quedarse así junto a ella por toda la vida, pero por el trabajo no podía. — Ah... – Se fijó en la hora. — Bien, sólo una hora más.

La chica sonrió ampliamente y tomó del brazo del chico, jalando de este para obligarlo a sentarse junto a ella. — Me gusta mucho estar a tu lado... – Y acostó su cabeza sobre el hombro de este, mirando el anochecer.

No era necesario aclarar que las mejillas del chico estaban que explotaban del calor y color. — Ah... ¿Sí?

— Sí... En el castillo necesitaba de alguien de mi edad y que fuera mi amigo, porque Cale ya no pasa tanto tiempo conmigo... Está muy ocupado... – Movía sus pies como si de una niña pequeña se tratase.

Él se quedó mirando esa actitud y sonrió con ternura. < Es demasiado tierna... > – Pensó. Lentamente se acercó un poco más a ella y colocó su cabeza sobre la de ella. — Es una pena por usted, su majestad... Pero fíjese... Ya tiene a alguien en quién puede confiar. – Y comenzó a acariciarle suavemente el pelo.

— Y alguien con quién me puedo sentir cómoda... – Sonrió ante el tacto en su cabeza y lentamente lo abrazó, cerrando los ojos.

— Me alegra que se sienta así, su majestad. – También cerró los ojos, mientras aún acariciaba suavemente el pelo. Tal silencio, tal ambiente, tanta comodidad con la chica lo hacían sentirse bien.

— Ah, Shui... Eres muy ingenuo a veces... – Soltó una risita adormilada y finalmente se durmió sobre el hombro del chico que amaba.

— ¿A qué se refiere...? – Y calló al notar el silencio por parte de la chica. Lentamente la acostó sobre el pasto, y para cuidar de ella, él se acostó a su lado.

Se mantuvo despierto por un buen tiempo, entretenido con las estrellas, pero claramente el sueño le ganó, durmiéndose a su lado.

(...)

La noche pasó rápidamente, y bien temprano en la mañana, Shui despertó primero que la princesa al escuchar a unas personas riendo y haciendo burla.

— ¿Quién se ríe...? – Se sentó y giró a ver a todos lados para encontrarse con sus amigos: Cale, Bonnie y Max, riéndose mientras miraban a través del celular una foto. — ¿De qué se ríen?

— ¡Shui! Te ves tan tierno dormido... – Mencionó Max secándose una lágrima de la risa.

Eso causó un sonrojo matutino en Shui. — ¿¡Qué dices!? – Rápidamente hizo el impulso de pararse, pero un brazo lo retuvo. — ¿Qué?

— ¡Oh, sí! Se ven tan tiernos juntos... ¿Para cuándo la boda? – Molestó Cale, volviendo a reír.

— ¡Hey! – Su rostro no era más que un tomate.

one shots largos/cortos ns de Naly y shuiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora