10. Inalcanzable. pt. 10

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El trío de hermanos se fue del lugar saludando a todos, pero dejando a uno confundido.

— ¿Acaso tú tienes idea de lo que se refería con "Buena suerte"? – Shui miró a su compañero y esté negó con la cabeza.

— No creo que sea nada. Supongamos que te deseaba suerte en tu trabajo. – Respondió restándole importancia, creyendo que aquello era lo más posible.

Shui pensó unos segundos. — Puede que tengas razón.

Y luego los dos se quedaron en su lugar, saludando a cada persona que entraba y salía del castillo, pero no pasó nada más aquél día que la visita de los reyes del reino vecino.

— ¡Tui! – Escuchó Shui a lo lejos aquella voz que tanto adoraba, para luego sentir un fuerte golpe en sis piernas y unos brazos rodeándolo allí.

— ¡Te 'tañé! – El niño levantó la cabeza a su cabeza y le dió una sonrisa a su hermano.

—¡Stan! Hola, mi amor... – Alzó a su hermano cuando vió que no había nadie para saludar, y lo miró a la ojos. — ¿Cómo te sentís?

— ¡Bien! La enfemeda e' muy buena. – Sonrió ampliamente y comenzó a jugar con el pelo desordenado de su hermano.

— Me alegro mucho, ¿qué haces aquí? ¿La enfermera te dejó salir? – Acarició el pelo del menor aún con una sonrisa.

— ¡Tí! La enfemeda dijo que ya estaba mejod y podia salid.

Shui sonrió con amor y lo abrazó con cierta fuerza. Estaba tan feliz de que su hermano finalmente mejorara.

— Estoy tan feliz de escucharte así... – Le dió un beso largo en el cachete a su hermano, haciéndolo reír.

— ¡Tuí! ¡Basta! – Reía el menor.

— ¡Stan! ¡Vamos a comer manzanita! – La enfermera llamó al menor y este se giró, sonrió ampliamente al escuchar aquello.

— ¡Ya voy!

Shui bajó a su hermano y antes de que este se fuera corriendo le depositó un beso en la frente y se quedó mirando hasta verlo agarrarse de la mano con la enfermera.

— Tienes una hermosa relación con tu hermano. – Mencionó una voz en estado muy tranquilo detrás de Shui, causándole un susto.

— Princesa.. Disculpe, no la ví. – Se relajó al ver quién era soltando un suspiro mientras. La chica soltó una risa.

— Pedí permiso para sacarte de aquí, acompáñame. – Y sin esperar respuesta lo tomó de la mano, y comenzó a correr hasta llegar detrás del castillo.

La Princesa se detuvo y miró a Shui, quién recuperaba aire, soltanto pequeñas risas de nervios, costumbre que había agarrado hace un tiempo.

— Es buena corriendo, su majestad...

— Ah, Shui, por favor... No me trates de "usted", nos conocemos bastante, soy tu amiga. – Le dió una sonrisa.

— Pero yo no podría... Es demasiado, además, ustedes están haciendo mucho por mi al cuidar de mi hermano, darme hogar y trabajo...

La chica lo miró con una sonrisa y levemente mordió su labio inferior, el chico le causaba ternura.

— Shui, lo hacemos porque lo mereces. Mamá y yo hemos visto tu voluntad al hacer las cosas. Además tienes un gran espíritu, nunca te rendiste por más difícil que fuese tu vida. Seguiste luchando por tu hermano, y eso es admirable...

El chico la miró atentamente mientras hablaba, sintiendo su corazón llenarse y sentirse cálido ante tales palabras.

— Pero, yo convencí a mamá de contratarte en el primer día. Me emocioné mucho al saber de ti y tu historia, ¿cómo es posible que nunca se supo sobre ti? Deberías ser famoso.

El chico soltó una risa y rascó su cuello mirando a otro lado. — De hecho, en el pueblo muchos me conocen, más por mi historia. Muchos vecinos me ayudaron con la comida cuando sucedió todo, y yo pedí que la historia no llegara a más. No me gusta ser el centro de atención... Les debo mucho a esos vecinos.

La chica se quedó callada escuchando atenta. Amaba el tono de voz con el que Shui solía hablar. Tan sereno, tan tranquilo.

— No les debes nada. No todo en esta vida tiene que ser pagado o de vuelto. Ayudar a quién lo necesita es un gesto muy lindo. Mientras ellos no hayan sido obligados a ayudarte, no les debes nada.

Ella se le acercó hasta quedar a un par de centímetros.

— Tú mereces más, y mientras vivamos bajo el mismo techo, yo me encargaré de eso.

Sonrió mirándolo a los ojos, admirando estos. Shui bien no sabía que decir, por lo que optó por tomarla de los hombros, acercarla a él y abrazarla con mucha fuerza.

— Es una gran persona, su majestad... Le agradezco mucho por todo lo que ha hecho por mi...

La voz tranquila, suave y baja de Shui resonaba en los oídos de Naly, causando un color carmesí en sus mejillas.

— No me cuesta nada hacerlo. Al menos tengo un propósito para el cuál estar en el castillo sin aburrirme. Tengo un compañero ahora.

Le sonrió a Shui separándolo del abrazo. Luego se giró y miró el pastizal.

— ¿Alguna vez has montado un caballo?

— Sí, pero no en las mejores circunstancias... Pero recuerdo a papá haberme enseñado a andar. ¿Por qué lo pregunta? – La miró con curiosidad.

— Perfecto. Sigamos caminando. Espero te gusten los caballos. – Le sonrió de lado en lo que caminaba hacia un establo allí a lo lejos.

Los ojos de Shui se iluminaron y sonrió para poco después caminar rápido y colocarse al lado de la chica.

Caminaron por varios metros de un pastizal de un verde vivo, con hermosas flores azules y rosadas. Luego se posicionaron frente a la puerta del establo y la princesa abrió la puerta.

— Te presento a nuestros caballos. Tenemos a un encargado de limpiarlos, pero no todos tienen dueño. De hecho, de aquí, sólo hay tres que tienen.

La chica entró al establo y detrás lo siguió el chico, fascinado por estar en aquél precioso lugar lleno de animales que adoraba.

— Aquél caballo todo lindo de negro y blanco es mio. Se llama Shimmer. Aquél blanco majestuoso es de mamá, pero nunca lo usa, y le otro marrón con blanco es del jefe de guardia.

En lo que ella explicaba, Shui se adelantó y acarició a los caballos con un gran cariño. Toda su vida había adorado a los caballos, pero nunca había tenido la oportunidad de volver a tocar o tener uno cerca desde que sus padres fallecieron.

Divagando su mirada por el establo, se encontró con uno que le parecía conocido. Rápidamente se acercó a él y estiró su mano para que lo oliese. El caballo pareció agradarle el chico y puso su frente en la mano.

— Parece que le agradas... Es extraño, él es muy arisco... – Se le acercó a Shui y miró al caballo, este sólo se alejó.

— Vaya... ¿Cómo se llama? – Siguió acariciando al caballo.

— Spirit. Está inspirado en la película, y además es muy parecido al caballo de ahí. Además de físicamente, es muy terco. Parece agradarle una sóla persona además.

El chico miró al caballo y sonrió.

— Entonces vamos. Iré a buscar a Shimmer. Ponle esta cuerda en el cuello a Spirit y acompáñame.

Shui tomó la cuerda que ya tenía un nudo y pasó el agujero por la cabeza del caballo para después abrir la puerta y tomar de la cuerda, para seguir a Naly.

one shots largos/cortos ns de Naly y shuiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora