Familia errante -COMPLETO-

Capítulo 36: Señales de guerra

Capítulo 36:

En el pueblo de Xenos en el piso veinticuatro, Wiene estaba teniendo problemas para contener su emoción. Aparentemente, Fels había decidido recientemente que era demasiado peligroso para Lyd y su facción quedarse en el Dungeon. Todo lo relacionado con la expedición con Hestia Familia le había demostrado al Gremio que los buscadores de sol habían crecido demasiado peligrosos para ser ignorados. Entonces, Fels y Ouranos querían a los Xenos que estaban de su lado para dirigirse a un lugar seguro.

Lo cual era malo porque significaba que algo terrible estaba por suceder. ¡Pero también le dijo a Wiene que volvería a ver a Bell! Ella estaría escondida en algún lugar cerca de la superficie, para que él pudiera venir a visitarla todo el tiempo. Ella tarareó mientras esperaba que el resto de sus amigos prepararan sus cosas. Había cerca de tres docenas de Xenos con la facción de Lyd ahora. Y la tasa de natalidad de los nuevos Xenos también estaba en aumento. Las cosas iban bien, en opinión de Wiene. Todo lo que quedaba por tratar eran esos malvados y desagradables buscadores de sol.

"Ok, creo que todos estamos listos!" gritó Fia. Ella estaba de pie con su grupo.

Lett asintió desde su punto, gesticulando con el pulgar hacia arriba.

"Asombroso! Ok, amigos, a la superficie, vamos!"

Wiene tomó una posición en la vanguardia, liderando el camino. Le encantaba que la gente confiara en ella y le diera responsabilidad; la hacía sentir toda crecida y madura. Ante el gesto de Lyd, ella dirigió la marcha por el túnel. Utilizaron pasajes secretos e información de Fels para evitar a los aventureros. Y Lyd tenía una llave de Knossos sobre él. La esperanza era entrar en la estructura artificial en el piso dieciocho y encontrar el camino hacia la calle Daedalus. Fels los encontraría allí y los escondería en una casa segura cuando llegara la noche.

Ese era el plan de todos modos. Y desafortunadamente, las cosas rara vez salieron como se suponía que debían hacerlo. En el piso veintiséis, surgieron gritos desde atrás. Comenzaron como gritos de sorpresa, por lo que Wiene solo pensó que el Dungeon estaba en el ataque. Incluso si fuera su madre, la mazmorra siempre trataría de matarlos. Sin embargo, debido a ese proceso de pensamiento, Wiene no esperaba que salieran las órdenes.

"Adelante! ¡Todos, muévanse a la cita lo más rápido que puedan!" gritó Lyd desde atrás.

Wiene echó un vistazo hacia atrás y vio monstruos agitando espadas. Estos nuevos enemigos estaban presionando a sus amigos. Afortunadamente, los buscadores de sol no estaban de humor para matar a Xenos. Simplemente trabajaron metódicamente para noquear y contener a sus hermanos más pacíficos. Parte de Wiene quería quedarse y pelear. Pero luego recordó las órdenes de Lyd. Algunos de estos buscadores de sol eran verdaderamente poderosos, monstruosos en su fuerza. Un par de ellos podría rivalizar potencialmente con Asterius. Entonces, cuando vio que sus amigos estaban siendo hechos prisioneros, decidió correr. Para encontrar ayuda. Ella necesitaba encontrar a Bell.

Con la Diosa Virgen:

En la superficie, Bell, Ryuu y Hestia subían las escaleras de la Torre de Babel. Esa mañana, solo un poco después de su exitosa fiesta, habían recibido una citación del Gremio. Aparentemente, Ouranos había decidido que era hora de tratar con los buscadores de sol. El informe de Hestia Familia había sido el último clavo en el ataúd. La idea de que los Sun Seekers habían podido reunir un ejército de monstruos tan gigante, incluido un jefe de piso, sin que nadie lo notara, era inquietante, por decir lo menos. Solo habían estado esperando algunos datos finales, y ahora estaban en el contraataque.

Bell y Ryuu se pararon a cada lado de su Diosa, que caminó en una confusión culpable. Hestia había planeado hacer hoy el día que le contó a Bell sobre Liaris, pero ahora su mente se estaba volviendo loca de preocupación por los Xenos. Fels no había escrito muchos detalles, lo que significaba que había poca información para salir.