Familia errante -COMPLETO-

Capítulo 65: La reina aún permanece

Capítulo 65:

Alfrigg Gulliver sabía que su armadura era la única razón por la que estaba vivo. Todavía no podía ver nada, lo que significaba que las garras del dragón lo sostenían contra los adoquines. Incluso si su casco de primer nivel lo protegiera del daño directo y la pérdida de su rostro, aún podríamos sentir sus huesos traqueteando en su cuerpo. Por encima de él, no podía escuchar nada más que el ocasional aleteo de alas y los gritos de la multitud a su alrededor.

Después de lo que parecía una era de tortura, finalmente fue despegado del suelo. Luego, se sintió sin peso durante los tres segundos. Porque pronto se estrelló contra un muro de piedra. Luego a través de él y la pared detrás de él. El maldito dragón había usado su impulso reunido para lanzar a Alfrigg como una bala de cañón de pallum.

Cuando el ciruelo finalmente dejó de moverse, se paró sobre piernas temblorosas. Estaba en algún lugar cerca de las ruinas del Distrito del Placer. Recogió un arma del suelo, reconociendo que pertenecía a alguien en su Familia. No era suyo, pero tendría que hacerlo.

Antes de que pudiera pensar mucho más en ello, el dragón había vuelto a él. Con un poderoso rugido, Otohime se vino abajo. Sus garras apenas extrañaban el cuerpo más pequeño del pallum.

"Oye! ¡Es uno de los Gulliver!"

Desde los edificios circundantes, los miembros de su Familia saltaron. Entre su número estaba Van, el alto nivel cuatro. Alfrigg maldijo a los idiotas mientras todos cargaban contra la Princesa Dragón. Cualquier elemento de sorpresa se había ido ahora. El pallum solo esperaba que una ventaja de números la ayudara a derribarla.

Ese sueño murió en la garganta de Alfrigg cuando el monstruo frente a él escupió llamas candentes. Fue un torrente de poder imparable que se estrelló contra su Familia. La primera ola de ellos cayó, chillando por el dolor. Fue entonces cuando Alfrigg vio su error. Había elegido luchar personalmente contra la Princesa Dragón, viendo su relación con ese lamentable guardaespaldas como un insulto a Lady Freya. No importa su estado o capacidad para transformarse en un monstruo, él sabía que él y sus hermanos la aplastarían. Incluso cuando los gemelos amazónicos se unieron a la refriega, Alfrigg confiaba en la victoria de Bringar. Un asalto total aplastaría a esos aventureros de voluntad débil. Sin embargo, ese fue su error de cálculo. Una demostración de fuerza bruta podría funcionar contra un aventurero, pero esta bestia frente a él no era aventurera. Ella era un Monster Rex. En su forma actual,no se sorprendería si ella pudiera enfrentarse cara a cara con Udaeus.

"Debería ... joder ... sangrarte...."

Alfrigg se puso de pie. A su alrededor había miembros carbonizados y retorcidos de su Familia. El resto se había detenido, sin saber cómo proceder a continuación. El pallum vio el enfrentamiento, y al ver la oportunidad, saltó a la acción.

Alfrigg había agarrado una lanza del suelo, y mientras la bestia estaba distraída, la atravesaría el corazón. Se mantuvo en silencio, la sombra siempre leal de su Diosa, y estaba seguro de que su ataque furtivo funcionaría. Excepto que no lo hizo.

Justo cuando llegó al vértice de su salto, la cola del monstruo se volcó. Se acurrucó alrededor de su garganta y comenzó a aplastarlo. Luego, lo agitó en la tierra. Fue como cuando un perro mascota consiguió un nuevo juguete para masticar. La tela se agitaría y se azotaría de un lado a otro hasta que se derramara el interior suave. El dragón lo arrojó a sus camaradas cuando ella terminó con él.

"Todos regresen!" gritó Alfrigg. "Esta bestia es mía!"

Lanza robada en mano, Alfrigg saltó de nuevo a la refriega. Sí, quería reclamar la gloria de esta matanza para sí mismo, pero tampoco confiaba en que los demás pudieran hacer esto. Los dos se estrellaron por la ciudad, y Alfrigg no sabía cómo iba a ganar en una pelea regular. Entonces, trató de jugar sucio.