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— ¿Tengo que enséñarle todo desde el principio? — Le preguntó mi ahora maestra a Jihyo, asintiendo. —Lo único que sabemos es que tiene mucha afinidad con el viento aunque aún no lo sepa manejar— Indicó la encargada adulta de mí.

Suspiró, volteandome a ver. —Muestrame— Indicó, sin entenderle.

—Tu poder elemental— Señaló, levantando mi mano, copiando un poco lo que había estado haciendo Jihyo en sus combates con Minho, sintiendo como brotaba de mi mano aire, aunque uno muy caliente, al punto de quemarme a mi mismo, recurriendo a curarme después.

— ¿Qué pasó? — Cuestionó a las otras dos. —Se curó— Ambas indicaron a la vez, notandose que no sabía de aquella habilidad.

Negó, como todos al principio. —Creo que es obvio que esto no puede salir de aquí— Afirmó mi encargada. —Haz eso conmigo— Se acercó, pidiéndolo.

Acercándome otro poco y curandole, sintiendo como tenía una herida en el estómago reciente.

—Esto es extraño… — Se enderezó, mirando a mi encargada. —Puedo sentir las variaciones en el maná, cada uno suele tener algo especial, pero él pareciera tener un hueco— Luego de un escalofrío, se paró a pensar.

—Voy a empezar con lo más básico, en vista de tu afinidad, aunque sea el elemento más débil, algo de provecho podrás sacarle— Se apoyó en un pupitre de los que habían.

—Soy Sunmi y desde hoy en adelante seré tu maestra— Se presentó finalmente. Miró a Jihyo. —Tambien seré tu maestra, aunque no hay tanto que enseñarte— Se sentó encima del pupitre.

— ¿Sabes por qué solo la vez usando fuego y nada más? — Preguntó, refiriéndose a Jihyo. Negué. —Porque el manejo de los elementos es extremadamente fácil en comparación a la magia— Se puso de pie.

Alzó un poco ambas manos, cerrandolas, seguido a ello, abrió sus puños, en uno de ellos habiendo una pequeña llama, en la otra, una bola de agua.

Luego desapareció ambos. —Naces con un elemento innato casi siempre, en tu caso, el viento— Me señaló. —En el de Jihyo fué el fuego, Minho el agua, también existe la tierra, aunque es el más raro— Aclaró.

—El porqué de que el viento sea el menos provechoso, es el simple hecho de que solo vas a avivar las llamas de alguien del elemento fuego, y solo empujarás el agua de alguien del agua— Paró un momento a tomar aire. —El peso de las rocas es demasiado para el simple viento— Volvió a sentarse encima del pupitre.

—Y por encima de los elementos normales existe la maestría de estos, a la que tú puedes alcanzar por lo visto— Aún mirándome, con su mano señaló muy levemente a Jihyo. —Ella también puede alcanzarla— Añadió. —Es llevar el poder del elemento a un nuevo nivel, podrías llevar al poco útil viento a ser una buena arma— Suspiró. —Si Jihyo llega a alcanzar su maestría podría destrozar una montaña si usa todas sus fuerzas— Parecía darle miedo aquello.

—Cada maestría es distinta, por lo que tú tendrás que averiguarlo— Indicó que me levantara. Haciéndolo. —Vamos a practicar otros aspectos— Los otros tres la seguimos hasta el patio trasero.

—Intenta conjurar algo, lo que sea— Se acercó a mi. —Te ayudaré un poco— Se puso de cuclillas, a un lado de mi, levantando mi brazo.

Cerré los ojos, intentando visualizar algo, en todo el negro que pudiera.

A la lejanía podía ver algo como uno de los cuadros de la mansión, un monte con alguien en medio, de repente sintiendo un corrientazo por todo mi cuerpo.

—Ya está— Se separó de mi. —No siento nada nuevo— Miré mis brazos, luego mis piernas, estirando una hacia delante, saliendo disparado de donde estaba, atajandome la tierra sin más, probablemente rompiéndome algo y mi cuerpo llevando mis manos a mi cuello.

Un minuto después todas habían llegado donde había caído. —Habría esperado todo menos un hechizo de auto potenciación, sobretodo porque no tienes lados sanguíneos con Seohyun— Dijo Sunmi mientras yo aún me recuperaba de la conmoción cerebral más no física.

Antes de recuperarme mentalmente me montó en su espalda. —Creo que podemos parar por hoy— Dijo mientras me llevaba de vuelta a la mansión. — ¿Los hechizos de auto potenciación no son tan comunes? — Preguntó Jihyo, negando Sunmi con un sonido de aquello. —Son extremadamente raros, cuando estuve dentro de inteligencia descubrí que solo la próxima encarnación del reino del oeste es innata en ellos, además de sellar— Le respondió.

— ¿Qué edad tiene? — Cuestionó la pequeña. —La misma que tú, aunque a ella el espíritu de la vida la seleccionó incluso cuando la reina estaba tratando de pasar su bendición— Noté como Jihyo no entendió aquello.

— ¿Cómo sabes tanto? — Preguntó con genuina duda. —Todos los reinos saben estas cosas de los otros, por algo tú madre te protege tanto, saben de Soojin, pero no mucho de ti— Finalmente habíamos llegado, soltandome suavemente en el césped.

—De todos modos, como reino somos muy malos espías, así que hay poco que sabemos— Vi como se estiró.

—Es hora de probar tu velocidad y fuerza— Ambas empezaron a caminar hacia otro sitio, levantandome, aún con cansancio, pero siguiéndolas.

Luego de un pequeño trecho, habían llegado a una también pequeña armería, tomando Jihyo una espada ligera y Sunmi una lanza, tomando algo de distancia ambas.

Indicando el inicio Sunmi, ambas se lanzaron la una a la otra, haciendo destellar chizpas de ambos metales, además del fuerte crujido ferrosos por la fuerza.

Quizá era por mi actual debilidad, pero ellas se estaban moviendo unas cuantas veces más rápido que un cuerpo humano normal, al punto de seguirlas más por las chizpas que por sus pisadas, aunque más pronto que tarde Sunmi logró desarmar a Jihyo por la ventaja de distancias.

Kollision - Sana & Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora