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—Oh, ya está aquí— Se abrieron las puertas en su totalidad. —No me perdería el día que mis hijos tengan su berserk— Entré un tanto apresurada. —Aunque quizá empezaron sin mi— Sentí un fuerte energía, reconociendo el maná de Jihyo.

Sabiendo su ubicación, acorté el trayecto, viéndolos en una de las áreas abiertas.

—No me siento bien… — Aquél chico estaba en su proceso, pero en vez de desatar su fuerza, una línea se trazó en el piso a su alrededor, convirtiéndose en un circulo y finalmente tragando toda luz en un negro absoluto.

Antes de poder moverme y tener un tiempo de reacción, ese circulo se alzó, llegando hasta el cielo.

Si bien conocía de la presencia de la elfa, incluso ella empezaba a sentir temor visible por aquello.

Quizá dos segundos después de aparecer aquella masa negra, empezó a desaparecer, dejando paso a un circulo totalmente negro y amorfo.

— ¡¿Están bien?! — Me moví lo más rápido posible con los pequeños. — ¡¿Qué le pasó?! — Preguntó Minho. — ¡Yo solo exploté! — Intentó buscarle alguna explicación, pero aquello estaba tomando forma humanoide.

—Protejan a los niños— La elfa se puso delante de nosotros.

Finalmente se puso de pie, mirándonos figurativamente, en donde se supone deberían de estar sus ojos no había nada, era una sombra.

— ¡Sumni! — Gritó, pero antes de todos preveer algo, había desaparecido, junto con ella aquella figura, seguido de un estruendo, siendo una de las murallas.

— ¡Cuida a los niños! — Indiqué a la del personal presente, activando mi berserk instantáneamente.

En cuestión de milésimas estaba en la zona del impacto, habiendo resistido el impacto la elfa, volando ahora, mientras que la figura la veía desde debajo.

— ¡Frenalo! — Escuché decirle, poniendo mi vista en el. Le apunté con mis manos, reteniendo su movimiento con mi magia.

Cuando aquello se percató de mi, empezó a moverse, aunque resintiendo la magia, estaba caminando, con alguien normal eso lo pararía hasta para pestañear.

— ¡Ya! — Gritó la elfa, dejando caer un rayo de magia pura entendiendo el verdadero poder de un elfo.

Aquello impactó de lleno, dejándome espacio para esquivar la explosión.

—Prepárate para aguantar lo que viene— Me susurró la misma elfa ahora a mis espaldas, antes de siquiera poder notar su presencia, aquella figura había salido de la área aun llena de magia, golpeando a mi escudo mínimamente invocado.

Después del primer golpe y el retroceso del mismo, se preparó para dar el segundo, pero escuchando un sonido fuerte salió volando.

—Necesitamos a Jihyo aquí— La elfa estaba mirando al cielo, en dirección a donde mandó a volar con magia a la bestia.

— ¡Nosotras podemos solas! — Me negué. —Estás ya casi en tu limite— La miré, estando en lo cierto.

—La niña en su forma berserk es veinte veces más fuerte que tú ahora— Pasé a ver a la ahora en caída libre bestia, no teniendo más opción.

Si había aguantado aquella explosión mágica, ni la mejor de las maestrías elementales le iba a hacer daño.

Ambas pasamos a correr hacia donde estaban todos antes.

— ¡Jihyo! — Me acerqué lo más rápido que podía. —Pelea con la elfa— Me arrodillé, viéndola de frente y con mis manos en su cabeza. — ¿Quieres que pelee contra él? — Además del evidente miedo, no quería hacerlo, se notaba en su pronunciación.

—Él ya no es él— Intenté razonar más, finalmente cayendo, mirando ambas en su dirección.

—Solo deja que la elfa le haga el daño, inmovilizalo— Volví a verla, pero ella solo estaba viendo la zona del impacto, una vez la solté, empezó a caminar lentamente, activando su berserk a un metro de nosotros, desactivandose el mio por el desgaste de aquellas defensas.

Antes de Jihyo llegar, la elfa había estado preparando un ataque cargado, disparando en el mismo instante de un movimiento de la sombra.

Si bien, nuevamente había acertado, aquello salió del humo para ir directo por Jihyo, al menos esquivandolo y dándole una patada al mismo tiempo.

— ¡¿Qué es ese niño?! — Cuestioné a la encargada de su entrenamiento. —Estaba al mismo nivel que Jihyo en formas base, pero eso ya no es el niño— Igual que a todos, solo podía mirar con miedo a la escena.

—Nayeon lo está manteniendo a raya— Dijo después, siendo el nombre de la elfa.

Del mismo impacto de la patada, aquello salió volando un par de metros, siendo rematado por Nayeon en el aire, empujándolo cerca de nosotros.

Finalmente parecía tener un resquicio de daño, pero aún no había acabado en lo más mínimo.

Aquello se había recompuesto, estaba de pie, y ahora miraba en nuestra dirección.

— ¡Corran! — Escuchamos todos a Nayeon. Mientras que aun no teníamos a nuestros cuerpos reaccionando, aquello ya se había puesto a nuestra posición.

Jihyo y Nayeon aún no iban a llegar, estábamos todos muertos.

— ¿TN? — Minho le habló, parando en seco. Seguido de ello, aquella sombra alzó una mano, atravesandose después.

Minho se le acercó más, siendo el único que podía moverse, los demás estaban agotados o intimidados.

Finalmente lo tocó, empezando a retraerse desde las extremidades hasta revelar nuevamente a aquel niño, ahora inconsciente.

Kollision - Sana & Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora