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—Esa cosa es muy letal— Dijo para deshacer su escudo. —Soy probablemente la usuaria de los escudos más débiles, pero que una simple arma de corte haya cortado casi la mitad es impresionante— Suspiró.

—Y nosotros que pensábamos que solo serias un soporte para los demás— Se echó para atrás, buscando en la armería cercana una lanza.

—Vamos a probar qué puedes hacer en un combate real— Pidió, tomando posición, recordando bien la fuerza y velocidad que ella tenía.

Además de la gran desventaja de nuestras armas, imaginándome una lanza, copiando lo que tenia mi mano a la suya.

— ¿No podías solo cambiarla a un hacha? — Preguntó Minho, siendo el responsable de conocer el cambio de forma.

—Creo que puedo hacer lo que yo quiera— Le respondí sin dejar de ver a Sumni.

—Ahora estamos parejos, intenta cubrirte, la regla es que no me mates— Indicó, notando como ahora iba de lleno en mi dirección.

Mi mente recordaba vivido el primer combate de ella contra Jihyo, mi cuerpo actuó por si mismo, contrarrestando su primer estocada, llevando su lanza al piso.

Sentí como empezaba a conjurar su magia, perdiendo algo de mi peso, empujándola con una ráfaga de viento.

—Bien visto, diez segundos más y habrás aguantado lo mismo que Minho— Indicó, imbuyendo su lanza en fuego.

De repente empuñó la lanza desde la punta, alargando mucho su rango de acción, obligándome a retroceder a la par que ella iba yendo hacia adelante.

— ¡Vuela! — Escuché gritar a Jihyo a la distancia, primeramente empujando a Sumni con otra ráfaga de viento, encendiendo más sus llamas y calentando el ambiente, haciendo aún más fácil controlar el aire caliente y volando más rápido y más estable.

Una vez a un rango mucho más grande que el de su lanza podía aprovechar.

Empecé a lanzar mi lanza una vez tras otra, haciéndola regresar al impactar, haciendo que Sumni no tuviera más opción que empezar a correr esquivando los impactos.

Poco a poco fué corriendo en dirección a la armería, aprovechando que no lanzaría nada al edificio para tomar un arco y fechas, poniendo la cosa un poco más justa.

Si bien conocía la fuerza velocidad de uno de esos arcos comunes, sus flechas venían con mucha más velocidad y sin caída alguna, al punto de solo rozarme una y hacerme girar en el aire de su fuerza.

Sólo con más viento en dirección contraria podía volver a estar estable, perdiendo altura en el proceso.

Ahora era solo ver quien acertaba primero, yo la hacia correr sin control, ella me hacía perder precisión y estabilidad.

Mas pronto qué tarde logró bajarme, además de perder la temperatura de sus anteriores llamas, cayendo otra vez al suelo, cambiando a su lanza imbuida otra vez.

—A esto me refería con que importa más el control que la simple capacidad— Miró a Jihyo, quien no le había dado tanta pelea como yo.

—Imbuye tu lanza también— Pidió Jihyo, probablemente sintiéndose mal por su comentario y señalamiento.

Noté como ahora Sumni si que me veía como una amenaza, sin quitarme su vista.

Si bien Jihyo me pidió que hiciera aquello, ya estaba en desventaja.

— ¡Confía en mi! — Gritó, siendo de las pocas veces que me decía aquello, desatando todo el viento que podía mover alrededor de mi lanza.

Mi control había mejorado tanto que los lejanos árboles estaban empezando a sentir las ráfagas residuales de todo lo que estaba haciendo en mi lanza.

Ambos nos pusimos en posición, yendo recto por el otro, chocando ambas lanzas, notando su presión y fuerza, pero de repente desviandose violentamente y quedándose en el piso.

Intenté aprovechar el poco espacio que me dejó aquello, pero sentí su mano golpeando la mía, desarmandome y viéndola llena de llamas cubriéndola.

—Intenta aguantar todo lo que puedas desde ahora— Indicó, sintiendo un golpe en el estómago, levantándome antes de darme cuenta, volando ahora por aprovechar nuevamente la temperatura y posición.

Empecé a copiar lo que ella estaba haciendo, esquivando las llamaradas que estaba lanzando desde debajo mientras me cubría en el viento.

Una vez que sentía todo mi cuerpo cubierto, me dejé caer con el control del viento lejos, dándome algo de ventaja para esquivar su próximo golpe.

Aquella sensación de nuestras lanzas era la misma estando cuerpo a cuerpo, empujando sus golpes antes de que alcanzaran su trayectoria contra mía, encendiendo sus llamas pero errando por mucho cada golpe.

Habría servido de más si la diferencia entre nuestros poderes no fuera tanta qué al darle un golpe por pensar que tenía la oportunidad pareció no tener efecto en ella, tomando mi mano y luego mi pecho, para clavarme en el piso.

—Me das más miedo que Jihyo— Noté como empezó a respirar mal.

Yo solo podía irme curando de aquel golpe. —Creo que me rompiste una costilla— Dijo tocandose donde le había dado mi golpe. — ¿Podrías curarme? — Pidió, notándose su cara de dolor.

Una vez había terminado de curarle, se sentó a descansar mientras los otros se acercaban.

— ¿Cuándo llegó Jeongyeon? — Preguntó nuestra maestra cansada. —Estaba viendo desde la ventana, salió cuando él seguía en el aire lanzando lanzas— Indicó una sirvienta.

— ¿Por qué le gritaste qué se imbuyera de viento si era débil contra el fuego? — Cuestionó a Jihyo.

—Cuando practicamos la bola de fuego gigante entre los dos noté como su viento es tan poderoso que tengo que usar todas mis fuerzas para que no la mande a volar a otro lado— Respondió.  —Siguiendo esa lógica, si era capaz de empujar mis bolas de fuego, sería capaz de empujar con su viento otras cosas— Terminó con su explicación.

—Ahora en este pueblo me dan miedo tres niños, tú— Se refirió a mi. —Jihyo y Soojin— Se levantó, dándome la espalda y viendo como del otro lado donde le había dado le desgarré gran parte de su ropa.

Kollision - Sana & Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora