¡HUYE!
¡SAL DE AHI!
¡CORRE MILES!
Corrió hacia los baños, empujando a todo aquel que se le atraviese, a todo curioso que sonreía al ver su angustia y vació su estómago exprimiendo todo con dolor en su garganta frente al inodoro. El desagradable sabor en su lengua que no desaparecía aún si el vomito había inundado sus papilas gustativas. Las lágrimas saltando como manzanas al caer en línea recta manchando el piso, la sangre que se provoca a sí mismo al momento de pellizcarse las manos.
Los rizos que se jalan y que duelen, pero no lo suficiente para olvidar esa sensación de suciedad y de odio a su cuerpo.
—¡Te odio, maldito, te odio!— alza la voz y ya no le importa si lo escuchan y se burlan, ya no importa mucho cuando un adulto acaba de meter la lengua por sus dientes.
—Te odio, te odio. ¡ Ojalá te mueras!—, aprieta su abdomen y por un instante tiene ese pensamiento horrible de apretar con mucho más fuerza para ver lo que ocurre. Las lágrimas se hacen demasiadas para nublar su vista cuando se da cuenta de la horrible persona que es por pensar en tal atrocidad.
"Se que no lo harías, te conozco, por eso te escogí"
"Eras el único omega que se presentó"
"Lo intentaremos una y otra vez hasta tener al hijo que quiero..."
—¡No, no, no, no, no puedes!, ¡no voy hacerlo, no voy hacerlo!—, arremete mientras mira al piso aun si levantar su mirada, aun cuando la sucia voz de Miguel se queda atrapada. —¡No me obligues, no me obligues!— , los sollozos son fuertes que no escuchó cuando alguien entro y abrió la puerta del cubículo en donde estaba, no podía verlo ya que apretaba sus párpados fuertemente y sobre sus ojos sus manos se posaban obstruyendo la luz.
—¡Miles, tranquilo!
Las manos se posicionan sobre sus hombros temblorosos y los sollozos se cortan estrepitosamente, hipando como un niño pequeño, con los ojos rojos y la respiración faltante.
—Esta bien, esta bien. Soy yo Miles, Peter—, la sonrisa forzada aparece en su rostro mientras lo analiza, una sonrisa que no llega a sus ojos que lo miran con preocupación.
–¿Peter?—,e inhala fuertemente tratando de nivelar las lágrimas traicioneras que se escapan de sus ojos. —Peter, Miguel está aqui—, dice con la voz temblorosa, apunto de romperse nuevamnete con el ardor que tiene en la garganta.
—¡Miguel, esta aquí Peter! ¡Esta aquí!—, solloza desgarradoramente apretando su ropas como un ancla de que todavía tiene esa protección sobre él, de que los dedos fríos de Miguel, ni los temblorosos de Peter se posen sobre su piel. No quiere ser tocado por nadie.
—Yo... lo sé Miles. Lo siento—, dice apretando los hombros, sabe que intenta hacer, trata de consolar, de quizás... abrazarlo. De tratar de mejorar aquello que se salio de control mucho tiempo antes y que no puede pegar con solo una simple curita.
—Esta aquí Peter, me encontró. Sabía que no podía escapar de él, ¡no puedo deshacerme de él!—, llora nuevamnete apesar de que Peter trata de evitarlo.
—Miles yo no...—, intenta hablar Peter con la voz entrecortada y que no sabe que más decir. —Yo no...
—Esta aquí para obligarme, Peter, ¡él me va a obligar!—, se encorva tratando de escapar de las manos que se presionan en su espalda, siente los temblores del hombre mayor y se siente sucio por eso. Detesta esa sensación.
—¡No quiero hacerlo, no quiero hacerlo!—, gritaba apretando fuertemente las uñas en la piel delicada y sudada, mojada también por las lágrimas y la saliva que olvido limpiar.
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Si le gusto, me llevará a casa. [Miguel O'Hara x Miles Morales]
FanficBaja del rincón mirándolo y se le acerca con el brazo en alto con la clara intención de golpearlo. El golpe iba a estar dirigido directamente a su estómago, Miles no le había dado el tiempo suficiente para desatar sus cadenas como Peter le había en...