La cabeza le daba vueltas, su estómago estaba revuelto y la combustión desde el centro se desenfrena en una fiebre que le hacia perder el conocimiento.
—¿Qué demonios...?—, dice para si mismo, se pasa la lengua por los labios sintiéndolos agrietados y secos, al momento de tragar es doloroso ya que el ardor en la garganta le hacia sentir desagradable.
Los dedos entumecidos y el hormigueo en sus piernas que le obligaba a estar en la cama
¿Cómo llegó ahí?
Llevo su mano lentamente y con temblor tocando ese pequeña quemadura que comenzaba en su cuello, al tocar sintió un dolor extremo justo con la sensación líquida y pegajosa que se pegaba a los dedos. Al volver los dedos frente a su rostro su corazón se aceleró mucho más de lo que estaba en un principio.
—Sangre...—, dice credulamente pero cuando se establece en su cabeza, se queda horrorizado —¡es mi propia sangre!—, grita con la voz temblorosa. El terror se intensifica y sus ganas de obtener respuestas junto con las de levantarse era mucho mayores. El brazo contrario se sentía extraño y entumecido para no moverlo, el dolor de una fractura mal acomodada. Y que esta misma sangre manchaba las sabanas que con anterioridad olían al suavizante de su mami.
Ahora era un desastre desagradable.
—Es mía, es mi sangre—, balbuceando, el rastro horrible de una mordedura mal tratada, con los colmillos resaltando por las protuberancias que puede sentir como dos pequeños agujeros llameantes, como si de un perro demasiado grande lo hubiese mordido. Era del maldito alfa.
—Joder, joder. ¡¡ No, maldición!!—, eso definitivamente no debería de estar ahí.
Sabía lo suficiente de primeros auxilios para saber que esa herida abierta se infectaria si no la trataba, así que con toda la fuerza recogida trató de levantarse. El piso por consecuencia parecía moverse contrario a su propio equilibrio, las piernas se sentían inestables, junto con las nauseas, el escozor de las comisuras de sus ojos y la fiebre le hacia imposible tratar de caminar directo al baño.
Sabía que ese horrible hombre le haría algo como esto, lo vio en esos ojos desagradables. El reconocimiento y las fosas nasales se movieron para oler. La mueca al reconocer el perfume alfa en su cuerpo le agrado lo suficiente para sentirse orgulloso. No era el Miles que conocía, pero el gusto le duró poco cuando los colmillos se formaron.
Quería morder para afectar.
"Palarizaré tu cuerpo pero no hare que tu corazón deje de latir."
Su corazón parecía totalmente fuera de lugar y con un descontrol feroz, como si corriera y nunca parara. La adrenalina aumentaba junto con la temperatura, lo que le hizo llevar sus manos a su cabeza y sentir el sudor que se deslizaba desde el cabello hasta la frente. El mareo hacia apretar su boca.
—Mierda, mierda.
Dejo que un maldito alfa lo mordiera, aun peor, hay una vinculación desastrosa entre él y el hombre mayor que no se podia denominar como vínculo total, más como una cadena demasiada apretada para controlar a un animal. Así se sentía cuando son dos alfas los que se unen, se vería como una dominación llena de vergüenza, de culpa e ira que llevaría a una locura por el dominio total.
La deshidratacion y la fiebre haria el resto de la selección natural.
Va a morir porque no puede luchar contra ese alfa bastardo.
La pierna falla y se congela.
"Descuida, solo un poco de paralizante"
El veneno aún está en su torrente sanguíneo, puede sentir incluso dramáticamente como pasa de su pierna hasta su cerebro, le hace sentir confundido y experimenta como su pie traspasa el maldito suelo. Se cae golpeando su mandíbula y cuando levanta su mirada está el tío Aaron frente a él, hay bolsas en el suelo y una caja pequeña.
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Si le gusto, me llevará a casa. [Miguel O'Hara x Miles Morales]
FanficBaja del rincón mirándolo y se le acerca con el brazo en alto con la clara intención de golpearlo. El golpe iba a estar dirigido directamente a su estómago, Miles no le había dado el tiempo suficiente para desatar sus cadenas como Peter le había en...