Impotencia o amor?

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Me siento en el sofá de mi casa y el estrés abraza mi mente, y solo cabe en mi mente el simple hecho de pensar - ¿Demonios Alfonso me hizo eso? Luego de sentir gran impotencia, me dirijo a la cocina mientras de mi rostro emanan lágrimas, por lo cual procedo a tomar un poco de agua en un vaso de cristal, al estar tomando agua no pude evitar el simple echo de ponerme a pensar.

Ahhhh- pegué un grito de impotencia y le pegue a la mesa con el vaso de cristal, siento que mi mano arde y al percatarme tenia la mano ensangrentada por que me corte la mano con el vaso.

Subo las escaleras mientras en el piso va cayendo la sangre de mi mano, aunque no lo negaré que no le preste grata importancia al reguero de sangre que dejaría, ya de todos modos mañana podría llamar a mi nana (sirvienta) y ella que recoja cada cosa, - gemí pero de dolor por qué abrí la puerta con la misma mano cortada y todavía quedaban trozos de cristal en mi mano, al entrar en mi habitación siento como que alguien está dentro  de la casa pero iba tan distraída por ir a ver si ese alguien estaba en el baño, que no me percaté que estaba detrás de mi. Reviso el baño y nada pero al bajar la mirada veo la silueta de un hombre corpulento y bastante alto que está detrás de mi, antes de voltearme este sostiene mi cintura con sus manos bastantes ricas.

- y me dice: yo sé en qué posición sería rico sostener tus cinturas de esta manera.

Al voltearme no era nada más ni nada menos que Lester por lo que le dije ¿qué demonios haces aquí todavía?
- Lester: ¿acaso necesito más de una invitación?, esta bien que para ganarme ese pedazo de corazón tuyo debo ir a pie de estado a estado, o esperar a que Alfonso te vuelva loca para que de esa forma sea la única manera de irte a ver al manicomio y ver cómo me gano tu corazón de la manera más pura.

Y ¿por qué me comparas con una enferma?

- Lester: por que esa sería la única manera de que me mires sin juzgarme y sin que tu ex esté como un enorme pedestal en tu cabeza, solo así podría decir con gran certeza, qué ese corazón de princesa, solo me tendría a mi en esa pequeña cabeza.

Tocando tu cieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora