Una semana había pasado desde aquel incidente en el que desafortunadamente habías perdido tus poderes, Lyla había prometido intentar buscarle una solución pero hasta ese momento no había un avance.
Caminabas por las calles de Brooklyn, pronto iba a anochecer y el cielo amenazaba con soltar gotas de lluvia helada, pasaste frente a una especie de aparador donde había diversos televisores y todos transmitían la misma noticia.
"Spider-girl había renunciado"
J. Jhon Jameson siempre se había esforzado por ensombrecer la reputación de Spider-girl; lanzar a la heroína enmascarada como una vigilante desquiciada.
Ahora se encontraba festejando que siempre había tenido razón y que aquella superheroína había sido solo una cobarde que al ver que las cosas iban mal había dejado la ciudad sola.
Aquello no sentaba bien para ti, te sentías realmente culpable por aquello, quizá si en aquel momento hubieras estado más alerta.
Quizá si no hubieras estado haciendo bromas.
Quizá si...
Quizá si hubieras hecho algo diferente las cosas hubieran cambiado, aún tendrías tu poderes y podrías seguir protegiendo la ciudad.
Mientras estabas envuelta en tus pensamientos alguien cubrió tus ojos.
— Adivina quién soy — una voz muy conocida para ti llegó a tus oídos, tomaste sus manos con delicadeza y las quitaste de tus ojos.
— Ya se que eres tú Miles — reíste un poco y te diste la vuelta para mirarlo de frente — ¿Qué haces aquí?
— ¿Mm? — Miles arqueó una ceja — ¿Qué voy a venir a hacer a la dimensión donde vive mi novia? — pregunto sarcástico. — Ah claro, vine a ver a tu mamá.
— ¿Qué? — comenzaste a reír. Él sonrió y luego beso tu frente.
— Vine a verte a ti bonita.
Sonreíste con un ligero sonrojo en tus mejillas.
Miles había estado viniendo seguido para tratar de distraerte. Cosa que generalmente si conseguía hacer.
Ambos caminaron en dirección a tu casa él te tomo de la mano y la metió dentro de su chamarra sin dejar de sostenerla.
Sentiste como el simple hecho de caminar al lado del chico te hacía liberar tensión.
Gracias a él dejabas de ahogarte en tus propios pensamientos de culpa.
Antes de ir a tu casa decidiste pasar a una tienda cercana a comprar chucherías para comer cuando llegaran.
Ya habían tomado unas cuantas cosas y se dirigían a la caja para pagar cuando unos tipos decidieron entrar a robar.
Sentiste un nudo en la garganta al no poder hacer nada. Tus manos se cerraron en puño.
— Espérame aquí — Miles te tocó ligeramente el hombro y fue a la parte de atrás de la tienda.
Luego de unos segundos Miles apareció vestido de Spiderman.
Las personas que se encontraban en la tienda miraron sorprendida al nuevo enmascarado.
— Haber, haber ¿Qué su mamá no les enseño que robar era malo? Porque la mía si — él chico lanzó múltiples telarañas para quitarles sus armas y luego otras más para inmovilizar a los tipos.
— Oiga señorita — dijo acercándose a la cajera haciéndose el "galán" — Sería tan linda de llamar a la policía — él hecho un ojo hacia donde estabas tu, quién lo miraba con una mueca ligeramente celosa por estar haciéndose el galán con la chica que trabajaba ahí. — Y ve a esa chica — dijo señalandote. — Se ve que es muy buena persona porque no le deja irse con las cosas gratis.
Luego de decir aquello salió del lugar.
Tu te acercaste a la cajera para pagar pero ella dijo que podías irte.Las payasadas de Miles habían servido para algo, al menos.
Viste como Spiderman se dirigía a un callejón, comenzó a llover y corriste más rápido hacia el lugar.
Al acercarte no viste a Miles por ningún lado.
— Oye Miles ¿Dónde te metiste?
— No soy Miles — dijo "Spiderman" apareciendo de pronto colgado del techo — ¡Soy Spiderman!
— Oh por dios — echaste una carcajada y te acercaste más a él — ¡Spiderman! ¿Qué haces en este lugar?
— Solo me columpiaba cerca de aquí y vi a la chica más linda del mundo — hizo una voz profunda y hablo de nuevo — Lo que hizo Spiderman haya fue increíble ¿No?
— ¿Qué cosa? ¿Detener a los ladrones o coquetear con la cajera? — lo miraste con una ceja levantada.
— Yo no estaba...— su voz salió nerviosa por un momento — Yo estaba salavndo a mi dama — hizo una pausa — Y haciendo que te dieran las cosas gratis ¿Funcionó?
Soltaste una risa y te acercaste otro poquito más a él — Si funcionó, que considerado.
— Merezco una recompensa entonces.
— ¿Por qué?
— Por detener a los ladrones y que te dieran cosas gratis.
Reíste bajito ante sus palabras.
— Bien le dare una recompensa... — el extendió un brazo seguramente esperando un abrazo.
Pero tú te acercaste y tomaste su rostro aún cubierto por la máscara acariciaste ligeramente en la parte donde se suponía que estaba su cabello para después bajar su máscara a dónde iniciaba su nariz — Le daré una recompensa a Miles — dijiste para después darle un beso, mientras aún se encontraba colgado de cabeza.
El se tenso por un momento, sus mejillas se tornaron de rojo, pero después de un momento te siguió el beso y con una mano acaricio tu cabello el cual ahora se encontraba empapado por la lluvia.
Te separaste de el luego de un rato, y sonreíste mientras tus mejillas habían adquirido un ligero color rojizo.Un ligero sonido llego a tus oídos, cuando agachaste la mirada hacia el suelo descubriste que había sido Miles, que por alguna razón - probablemente por el nerviosismo que le ocasiono el beso- se había soltado de sus telarañas, cayendo fuertemente al suelo.
Aguantaste la risa lo mejor que pudiste, Miles se levantó como si nada hubiera pasado — Lo he hecho a propósito, yo quise bajarme así — dijo mientras se rascaba la nuca — Era para verte reír.
Luego de aquellas palabras soltaste una carcajada enorme, paraste de reír cuando sentiste que te dolía el estómago.
— Don comedias te dicen— Tomaste oxígeno tratando de restablecer tu respiración.
— Si si — se acercó a ti con una sonrisa y se sacó la máscara por completo — Por haberte hecho reír merezco otra recompensa, bonita.
— Eso no merce una recompensa.
— Claro que sí — te tomo por el mentón y volvió a darte un beso.
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Odio No Amor ||• Miles Morales
Fiksi PenggemarDónde Miles Morales y tú tienen una relación enemis to lovers. Miles Morales no es una anomalía y está dentro de la sociedad arácnida. Miles Morales x lectora