🖤capitulo once🖤

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El diablo se enamoro

                                  🖤

Jungkook se despertó medio aturdido y se revolvió en la cama, extendió su brazo en busca del calor que siempre le daba Jimin, pero no encontró a nadie a su lado, solo sabanas frías y espacio vacío.

Se levantó de un salto y observo la habitación abriendo sus ojos perezosamente y lo llamo con voz rasposa mientras estiraba su cuerpo desnudo en medio de la habitación, pero había demasiado silencio, Jimin ya no estaba.

Fue a la puerta y el sillón estaba corrido. Golpeó la pared con enojo y frustración, lo iba a matar, ¿cómo se atrevía a irse sin su permiso?

Habían quedado en algo, lo había engañado, tal como dijo su padre, son todos unos putos bastardos, Jimin le había pedido perdón y era mentira.

Él no volvería a sentir nunca más nada por nadie, porque todo el mundo lo engañaba.

Se vistió y salió del departamento con la ira en sus entrañas, buscaría a Jimin y lo trataría como a los putos de siempre, porque Jimin era uno de esos, un maldito puto engañador y manipulador.

Marco el teléfono de Jimin y este no contestó, frustrándose aún más, al segundo intento, una voz que no era él, pero conocida contestó _ Hola Jk.

Jungkook detuvo su andar, _ pásame a Jimin, no tengo ganas de hablar contigo.

_ Jimin no quiere hablar contigo y no lo llames hasta que te calmes, cosas buenas te están pasando y no eres capaz...

_¡No me hables mierdas Jin pásame al puto de Jimin!

Jin cortó la llamada, y Jungkook gritó en medio de la calle, desorientado, sin saber a dónde ir, algo en su interior quería matar a alguien, destrozar algo, una ira que conocía perfectamente se alojaba en su interior de nuevo, necesitaba calmar eso, necesita a Jimin, pero en este momento solo lo odiaba.

No recordaba que su vehículo estaba ahí, frente a él.

Se subió y el vehículo derrapó en el cemento, acelerando y yendo dónde sabía que estaba Jimin, sudaba, su cuerpo le pedía dosis de alguna clase y encontró unos cigarrillos en su guantera, aspirando el aire mientras trataba de controlar el temblor en su cuerpo.

Cuando llegó ahí, corrió al ascensor.

Jin tenía a dos guardaespaldas en su puerta.

_ Déjame pasar, _ dijo Jungkook con la sangre hirviendo, quería golpear a alguien, pero sabía que esos dos no lo dejarían, no era estúpido, y conocía perfectamente a su hermano, era capaz de llamar a la clínica para que lo volvieran a encerrar, pero la adrenalina lo atormentaba y forcejeo con ellos.

_ usted no está autorizado Sr. Jeon, por favor retírese _ le dijo uno de los guardias.

 Jeon, por favor retírese _ le dijo uno de los guardias

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Maldito JeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora