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Riki se dejó caer exhausto en la cama, sus menores siguiéndolo segundos después. No tenía palabras, le avergonzaba expresar la cantidad de sentimientos encontrados que tenía apresados en su pecho.

-¿Están bien? ¿Los dos? -preguntó SungHoon, quien se encontraba a su lado derecho.

-Más que bien -escuchó a Sunoo contestarle, a su lado izquierdo.

Percibió las miradas de ambos clavadas, poniéndolo nervioso, se sintió obligado a admitirlo.

-Tal vez me arrepiente por ser tan sincero, pero debo decirlo -tomó una pausa, observando el techo. -Fue la mejor experiencia sexual de mi vida.

Escuchó la risita del castaño acompañada de un pequeño beso en su hombro. Eso le sacó una leve sonrisa al japones.

-¿Lo dices en serio? -asintió, ya no había nada para ocultar. -Pues, podría decir lo mismo.

Sunoo no emitía palabra alguna. Se había callado abruptamente, lo cuál les llamó la atención a sus dos mayores.

-Fue mi primera vez -soltó, tratando de evadir las miradas de ambos.

Los contrarios abrieron los ojos como platos, eso no lo esperaban ni en un millón de años, menos Riki.

-¿Cómo? -el nombrado no podía disimular su sorpresa. -Entonces ustedes nunca hicieron nada?

El peliblanco negó con la cabeza, seguido por su novio. Sunoo aún evitaba las miradas ajenas por lo cohibido que se sentía.

-Nunca llegamos a la penetración, pero sí a otras cosas.

-Amor -lo llamó SungHoon, a lo que el susodicho se giró correspondiendo al llamado, no tenía sentido ignorarlo como si no hubiera pasado nada. -¿Por qué nunca me contaste?

Sunoo podía jurar que su rostro ardía de la pena. Se sentía muy expuesto teniendo esa conversación, sumando que Riki se encontraba con ellos.

-Me avergonzaba hacerlo. ¿Crees que te diría que era virgen cuando me coqueteabas? Ni loco.

-Sunnie, eso no es nada de lo que avergonzarse. Sabes que nunca me hubiera burlado de ti.

Ante lo dicho, su pareja le dedicó una mirada arrepentida y un puchero. No merecía un novio tan perfecto.

-Ven aquí -pidió el castaño, invitando al menor a que fuera a su lado.

Acató a su pedido pasando por arriba del japones, haciendo que se acomodara en el lugar dónde anteriormente Sunoo se encontraba. Así el último nombrado podría acurrucarse con su novio.
De ese modo SungHoon quedó en el medio, con el mayor y su pareja a sus lados. El susodicho lo abrazó, haciendo que Sunoo correspondiera a la muestra de afecto prácticamente al instante.

-Lo hiciste muy bien, ¿Lo sabes cielo? -lo halagó el castaño, acariciando sus cabellos.

Nishimura de repente se sentía fuera de lugar, como si estuviera estorbando a aquélla pareja tan perfecta: de una de la que nunca podría formar parte. Se iba a levantar de la cama para vestirse, quería escapar de ese lugar dónde no era bienvenido; hasta que escuchó al menor de los tres hablar.

-Ni-Ki, ¿A dónde vas? -le preguntó en un tono que reflejaba una clara mezcla entre confusión y tristeza. Al parecer no le agradaba la idea de que el extranjero se fuese. -¿No íbamos a dormir abrazados?

Riki se giró hacia ellos, sin saber como reaccionar. De repente, notó como todos esos pensamientos negativos que no lo dejaban tranquilo se disipaban.

-Cierto, lo olvidé. Quería ponerme mis pantalones, tengo algo de frío.

Recibió unas lindas sonrisas de ambos, causando que por unos instantes se sintiera de una forma diferente pero bonita al mismo tiempo. Algo así como ¿querido? supuso que esa era la palabra.
Lo invadió una enorme satisfacción al recostarse nuevamente en el medio, recibiendo los fuertes brazos de SungHoon en su cintura, y una de las manos de Sunoo en su pecho.

-Buenas noches -anunció el castaño en tono dulce, estirándose un poco para darle un pequeño pico a su novio, y luego repitiendo esa acción con el japones.

-Buenas noches -repitió el menor de todos con una sonrisa, acurrucándose más contra el rubio.

Primero miró a uno, luego al otro, y por un momento creyó que no le faltaba nada. De alguna manera, ese tonto par lo hacía sentir completo. Sonrió, estaba feliz.

-Buenas noches.

*°• ᴘᴜᴢᴢʟᴇ ᴘɪᴇᴄᴇ - ꜱᴜɴꜱᴜɴᴋɪ •°* Donde viven las historias. Descúbrelo ahora