Comienzo.

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El campus universitario zumbaba con la energía del inicio del año escolar. Sesshomaru Taisho, el chico más admirado y enigmático de la universidad, caminaba entre los edificios con una confianza que irradiaba magnetismo. Las miradas de admiración seguían sus pasos, y las susurros se extendían a su paso.

Mientras observaba a su alrededor con indiferencia, una figura intrigante capturó su atención. Era Towa Higurashi, una estudiante con un aura de determinación y autenticidad que la destacaba entre la multitud. Sus ojos chispeantes reflejaban una curiosidad y valentía que Sesshomaru encontraba cautivadora.

Movido por un impulso inexplicable, Sesshomaru decidió acercarse y presentarse.

—Tienes buen gusto para la lectura.—Le dijo llamando su atención.

La sorpresa en los ojos de Towa fue palpable tan asi que su libro casi cae de sus manos, pero pronto se relajó en una conversación fluida. Compartieron palabras, risas y puntos de vista de una manera que pocos habían logrado con Sesshomaru antes.

—Veo que eres popular aquí. Me sorprende que seas de primer año.

—La mayoría aquí me conoce por ser el hermano del capitán del equipo. Y solía ser popular en la secundaria.

—Ya veo, tienes una reputación. Interesante.

—Algo así.

—No eres para nada mi tipo.—Dice ella negando con su cabeza y este alza una ceja.

—Ni tu el mio, tranquila no sucederá.

—¡Oye eso fue grosero!—Chilla Towa con una sonrisa golpeando su hombro y ambos comienzan a reír.

En medio de su animada conversación, Towa mencionó casualmente a su madre, Rin Higurashi. El nombre resonó en la mente de Sesshomaru como un eco suave pero intrigante. Poco sabía él en ese momento que ese nombre cambiaría todo.

Días después, Sesshomaru tuvo la oportunidad de conocer a Rin Higurashi en persona. La encontró en un evento de la universidad, rodeada de una elegancia que irradiaba una extraña y cautivadora familiaridad. Sus ojos se encontraron en un instante que pareció durar una eternidad, y Sesshomaru sintió cómo su corazón daba un vuelco.

—Oh, wow. No sabía que Towa tuviera una hermana.—Menciona Sesshomaru observando de arriba a abajo a la mujer delante de él.

—Que halagador.—Responde ella con una sonrisa encantadora.—¿Eres amigo de mi hija?—Pregunta.

—Si. Por cierto mi nombre es Sesshomaru Taisho.—Le tiende su mano.

—Rin Higurashi.—Acepta su mano y le llama la atención que el joven posa su otra mano encima de la suya. Sus manos eran tibias y grandes a comparación de las suyas. Aquel simple gesto de él provocó un leve sonrojo en ella que el albino enseguida noto.

—Es usted muy adorable sonrojada, señorita Higurashi.—Dice este, provocando que ella quite su mano de inmediato.

—Preferiría que no me trates como usted. No soy tan adulta aun.

—¿No?

—Tengo 25 años.

La boca de Sesshomaru se abre por la sorpresa y Rin ríe levemente.

—Pero Towa tiene 19. ¿En que momento?

—No soy precisamente su madre biológica.

—Oh. Eso explica muchas cosas.—Menciona él.

El sol comenzaba a ponerse, tiñendo el cielo en el campus. La brisa suave hacía ondear ligeramente el cabello de Rin, y Sesshomaru no podía evitar notar cómo los rayos dorados resaltaban su belleza.

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