Niebla del pasado pt. 1: J-2

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Kim Seokjin

-Jinnie ¿Te gusta quedarte conmigo, verdad? -le preguntó la anciana a su nieto, intentando contener las lágrimas.

- Sí abuelita. Pero ¿Que pasa? ¿Porque toda esta gente llora? -el pequeño Jin no podía comprender la situación.

-Mira, mami ya no va a volver ¿Puedes comprender eso? -la mujer de avanzada edad intentaba explicarle al niño con la mayor suavidad posible. Pero se decepcionó notablemente al ver que su pequeño nieto de 6 años no podía entenderlo y la miraba con confusión.

- ¿No volverá? ¿Porqué?

- Se fue de viaje, un viaje del que ya no puede regresar.

- ¿Porqué no puede volver? ¿Y por qué no me llevó con ella?

- No podía hacerlo. Tu mami se fue a hacer algo muy importante, se convirtió en un ángel, para poder cuidarte todo el tiempo.

- ¿Así ya no tendrá que trabajar hasta tarde? ¿Ya va a tener dinero?

- No, ya no tendrá que trabajar hasta tan tarde. - Omitió la última pregunta. Su madre dejó en la tierra todas sus deudas. Siendo una mujer mayor, su abuela no podía trabajar, no podía pagarlo todo.
Tenía miedo de correr el mismo destino que su hija, y no poder cuidar a su nieto.

Jin estaba triste de no poder volver a su mamá, y estaba enojado de que ella no le hubiera dicho que se iría. Le hubiera gustado al menos despedirse de ella y cocinarle un pastel para que se lo pueda llevar en el camino.
Le daba curiosidad ¿Cómo se había convertido en ángel? ¿Es algo que solo las personas especiales pueden hacer?

Se preguntaba cuando podría verla otra vez, si es que lo hacía.

Las noches pasaron, y para él todo seguía igual. O casi.
Su abuela le decía que si quería hablar con su mamá, mirara al cielo y le dijera todo lo que quisiera, ella lo escucharía.
Él llegaba a casa y le contaba a su mamá sobre sus juegos de pelota con los demás niños, o cuando sacaba una buena calificación en la escuela.
Una noche, escuchó a su abuela suplicarle a unos hombres grandes que le dieran más tiempo.
¿Más tiempo de qué?
El niño sintió un Deja Vu al escuchar a su abuela repetir las mismas palabras de su madre.

Pasaron varios años, y un día cuando Jin regresó de la escuela, en su casa había mucho silencio, más de lo usual.
No estaba la estufa encendida, ni la radio, ni la televisión con la novela favorita de su abuela.
Solo silencio.

- ¿Abuela, dónde estás? -el niño buscaba en toda la casa, preguntándose si tal vez salió a comprar pan.

- Ah, aquí estás - Se sintió aliviado al ver a su abuela en su silla frente a la ventana, con sus ojos cerrados y sintiendo la suave brisa en su rostro.

- Abuelita, ya llegué, me prometiste que iríamos al parque hoy - dijo el niño con una sonrisa, moviendo a su abuela suavemente para intentar despertarla.

Pero, no respondió. No se movió.

Lo intentó de nuevo, de nuevo, y otra vez, pero no tuvo resultado.
Su abuela tenía las manos frías.

El niño se fue corriendo a pedir ayuda a una de sus vecinas, una joven hermosa que vivía junto a su hijo de la misma edad de Jin.

- ¡Señora Park! ¡señora Park! -gritaba el niño y golpeando la puerta frenéticamente.

- Seokjin, ¿Que sucede? ¿Porqué gritas?

-Mi abuela, prometió que me llevaría al parque hoy. Pero no despierta, y está muy fría.

La princesa de la mafia| Imagina con BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora