⧼𝘊𝘢𝘱 𝟷⧽ 𝑇ℎ𝑒 𝑅𝑜𝑠𝑒𝑠

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Era la Polonia de los años 40's, el conflicto bélico que había comenzado unos cuantos años atrás había crecido y se expandió por toda Europa. Polonia ahora estaba bajo dominio Alemán, las personas ya no andaban con tranquilidad en sus vidas, especialmente las personas que pertenecían a la comunidad judía pues los nuevos ideales del Gobierno alemán los veía como el enemigo a destruir. Se sentían muy vulnerables ante los ojos de los nazis que eran los que ahora llevaban el poder sobre el país.

Entre esa comunidad se encontraba Donghae, un vendedor de libros judío que poseía una de las más grandes librerías del centro de Varsovia, era gentil y todos sus clientes le tenían un gran cariño. Vivía solo con su madre anciana que salía poco a las calles pues su visita no le ayudaba mucho y tropezaba con facilidad. Donghae no queria exponerla frente al ejército alemán.

Aquella tarde se encontraba acomodando los libros nuevos en la estantería, olía todos y cada uno de ellos, amaba el olor de los libros nuevos. Escucho la campanilla de la puerta que sonaba cuando alguien entraba, se trataba del señor Leeteuk, un viejo amigo y uno de sus mejores clientes.

-Buen día, Donghae. -Saludo muy sonriente, se despojo de su sombrero y lo coloco en un perchero.

-Buen día Sr. Leeteuk, ¿que tal su día?

-No muy bien, estos malditos alemanes me tienen la vista muy fija, ayer visitaron mi negocio e hicieron muchas preguntas. Esta situación se esta poniendo más difícil.

-Esperemos que esto acabe pronto, yo confío en Dios.

-Que Dios lo escuche, Donghae, y dígame, ¿ya le llegaron los nuevos de Nietzsche?

-Si, recién me acaban de llegar, aquí están.

Saco de una caja de cartón un par de bonitos libros.

-Ah~ Que belleza, estaba ansioso porque ya llegaran. -Suspiro

-Tardaron un poco en llegar, ya sabe, los alemanes inspeccionaron todo y se retrasaron los envíos.

-Si lo entiendo, agradezcamos que por lo menos aún nos dejan trabajar y hacer nuestro sabath y nuestras celebraciones, pero bueno, ¿ya preparó todo para el cumpleaños de su madre?

-Si y espero que usted asista, ya sabe como lo aprecia mi madre.

-Por supuesto que si, ahí estaré. Yo llevare el vino.

-Que amable, muchas gracias, he pensado en que podría regalarle unas flores.

-Claro, sería un bonito detalle para ella.

-Creo que cerrare temprano y pasaré a la florería.

El señor Leeteuk pago con mucho gusto por los libros y se retiro.

Horas más tarde, Donghae cerro su librería y se dirigió a la florería. En su camino, miraba con seriedad a los soldados alemanes nazis, ellos lo miraban a él con ojos de desprecio y murmurban entre ellos pensando que Donghae no entendía, pero el como era demasiado letrado, entendía su idioma perfectamente.

-Mira ese sucio judío, ojala pronto se mueran todos.

No le tomo importancia, siguió caminando de largo.

Llegó hasta la florería del señor Lee Su Jim, llamo suavemente a la puerta pues no veía a nadie atendiendo.

-Hola, señor Su Jim, ¿se encuentra aquí?

No salió el señor. En su lugar salió un precioso joven de pequeños ojos y gran sonrisa, de piel muy pálida y el cabello tan oscuro que le hacia contraste. En cuanto Donghae lo miro maravillado, preguntadose de donde había salido tan bello joven.

ғʟᴏᴜʀɪsʜ ɪɴ ᴍɪsᴇʀʏ | ᴇᴜɴʜᴀᴇ (Editando) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora