⧼𝘊𝘢𝘱 𝟷𝟹⧽ 𝑇ℎ𝑒 𝑝𝑜𝑝𝑝𝑖𝑒𝑠

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La madre de Donghae empeoraba con los días, hacia dos días se habían llevado a Onew y a Taemin y no se sabía nada de ellos, algunos rumoraban que ya los habían asesinado y otros que ya se los habían llevado al campo de concentración.

-Esta escupiendo mucha sangre cada vez que tose desde ayer y sin comer para nada bien se esta debilitando, es tan cruel no poder ayudarlo y solo estoy esperando verla morir como a Shindong como los otros, ¿que clase de hijo soy? No puedo hacer absolutamente nada...

Hyukjae sabía que era verdad pero lo único que podía hacer era apoyarlo incondicionalmente y no dejarlo solo nunca, permanecer a su lado.

Ya eran pocas las veces que salían por alimento, tal vez dos veces a la semana y si les iba bien quizá tres. Los alemanes repartían alimentos pero no eran suficientes y eran de pésima calidad.

-Ya casi no hay pan, solo un poco de patatas y estas zanahorias -Mostro Key- esto es todo lo que hay.

-Vamos a racionarlo lo más que podamos -Señalo el señor Leeteuk- ¿por que no tratamos de hervirlas? Todavía hay agua limpia en los fregaderos.

-Lo haré, veré si aún puedo darle un poco de vida a la caldera. -Key se puso manos a la obra.

Trataban de guardar calor y cocinar un poco quemando hojas de libros, los últimos que les quedaban, ya nadie compraba libros ni joyas ni ningún articulo, los judíos de mayor rango ya habían sido removidos a una zona parecida a la de ellos, también los habían despojado de todas sus pertenencias y sus propiedad ya eran todos iguales ante los ojos de los facistas nazis.

Key acercó las patatas en una olla pequeña con agua, arranco varias hojas y avivó la caldera y encima de esta coloco la olla. Extendió sus manos por encima del fuego para calentar sus helados dedos y se abrazo a su abrigo guardando calor.

De pronto se escucho un automóvil militar, todos los que quedaban entraron en pánico y rápidamente apagaron las luces.

Escucharon que se estacionaron justo a puertas de donde ellos estaban y descendieron del vehículo cinco soldados con metralletas. Los escucharon subir las escaleras a pasa fuerte y en los adentros de su departamento oraban porque no llamaran a su puerta de nuevo.

Se escuchaba como entraban a la fuerza a otros apartamentos y sacaban a rastras a sus habitantes para después dispararles afuera en la banqueta o simplemente los asesinaban ahí mismo, cerraban los ojos y se tomaban de las manos pidiendo a Dios que no fuera su turno esa vez.

Permanecieron al menos 15 minutos pero para ellos fue como una eternidad, pudieron respirar tranquilos de nuevo cuando los escucharon marcharse.

-Ya paso, querida. -Chen consolaba a su esposa- ya paso tranquila.

Hyukjae atenuó la fuerza con la que había apretado la  mano de Donghae y suspiro aliviado.

Por aquel escándalo no se percataron que ya no se escuchaba más la tos de la madre de Donghae.

-¿Por que la señora ya no está tosiendo? -Pregunto la esposa de Chen.

Donghae cayo en cuenta de ello y entró a la habitación para encontrar a su madre agonizando, tratando de decir sus últimas palabras. Donghae enseguida tomó su mano y Hyukjae permaneció detrás de el.

-Aquí estoy, aquí estoy no te voy a dejar sola.

-Cuidate mucho hijo... Dios quiera que tu puedas sobrevivir.

-Por favor perdoname mamá... Perdoname.

-No te preocupes hijo... Ahora estaré bien junto a tu padre...

ғʟᴏᴜʀɪsʜ ɪɴ ᴍɪsᴇʀʏ | ᴇᴜɴʜᴀᴇ (Editando) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora