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Sexooooo

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Harry

Lo que estoy haciendo se siente incorrecto, como si estuviera rompiendo el más grande pecado que ha existido en la historia. Pero, no puedo destruir lo que tanto odio. No puedo hacerlo con Louis por más que lo desee.

Cuando le apunté con el arma, mi mano temblaba, sentía terror de presionar el gatillo y arrepentirme. No podía simplemente dejarlo ir. Porque lo quería para mí, lo deseo solo para mí.

El simple hecho de observarlo tan vulnerable, pidiendo clemencia por su amigo, prometiendo que dejaría que yo le hiciera lo que deseara solo provocó que mi retorcida mente se llenara de excitación y solo pensara en una cosa.

Romperle el culo, escuchar sus gritos pidiendo que me detenga, rogando para poder correrse, recibiendo tan bien mi polla y chupándola como el postre más exquisito que haya probado en su vida. Atado en la empalizada, propinándole latigazos, solo provocó que mi polla despertara y mi cuerpo no pudiera detenerse a eso.

Estoy malditamente enfermo, pero Louis está mucho más jodido al darle paso a una fiera que no se puede controlar cuando se trata de sexo.

Y tal vez nunca haya mencionado que se refería a eso. Pero sus ojos brillosos, llenos de ese toque en doble sentido me dejó más que claro que el niñato quería jugar un rato.

Dejo de besarlo, noto sus mejillas rojas y pecas relucir por esto. Su pecho sube y baja, su respiración está agitada al igual que la mía.

Entonces, mando todo a la mierda, lo tomo más fuerte del cabello y lo desvisto con mi otra mano. Él se deja ser, no dice nada, y a pesar de que algo me dice que me detenga, no pude hacerlo, no cuando me observa con sus ojos llenos de ilusion, deseo carnal y excitación.

Lo obligo a bajar de la cama estando solo con su boxer. Tiene una cintura delgada, piernas realmente carnosas y apetecibles y su jodido culo era lo mejor. Louis era mucho mejor que cualquier otra mujer que haya llevado a la cama. Completamente sumiso, entregado a la pasión del momento.

Lo obligo a que se posicione en cuatro. Tomo la correa que tiene la empalizada y aprisiono su cuello con ésta, al igual que sus manos y pies. Su culo está elevado gracias a la vara de metal que hay de por medio, y eso me deja una excelente vista.

Él está en silencio, solo logro escuchar sus jadeos, su nerviosismo y sus ganas de suplicarme para que sea más rápido y él logre recibir ese placer.

Entonces, rasgo por completo el boxer, dejando así la vista tan hermosa y exquisita de él, completamente desnudo.  Su pene está erecto ya, y no lo culpo, el mío está igual o peor, listo para destruirlo por completo.

Tomo el latigo, y entonces mis constantes prácticas de BDSM salen a relucir en su máximo esplendor.

El latigo choca constantemente con la piel de su culo, él se sobresalta pero gime de placer, disfrutando la porquería que estamos creando.

Sigo azotándolo, desquitando mis horas de abstinencia en ese momento. Observando la piel tornarse roja y a él gritar por más. Jalo su cabello lo más que la correa me permite.

Sus lágrimas resbalan por sus pecosas mejillas mientras tiene su boca abierta. Él quiere retorcerse pero la empalizada no se lo permite, en cambio, lo entrega por completo a mi.

— ¿Serás un chico bueno, Louis? —pregunto, deseando poder liberar mi dolorosa erección. Louis grita cuando el latigo vuelve a chocar contra su piel.

ᴍɪsɪᴏ́ɴ: A̶s̶e̶s̶i̶n̶a̶r̶ sᴇʀ ғᴏʟʟᴀᴅᴏ ᴘᴏʀ ʜᴀʀʀʏ sᴛʏʟᴇs (𝕃. 𝕊.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora