ᴍɪsɪᴏ́ɴ: A̶s̶e̶s̶i̶n̶a̶r̶ sᴇʀ ғᴏʟʟᴀᴅᴏ ᴘᴏʀ ʜᴀʀʀʏ sᴛʏʟᴇs (𝕃. 𝕊.)

Epílogo

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El tiempo había pasado demasiado rápido, justo ya estaba en el último mes de su embarazo, así que estaba más nervioso de lo normal, y ni hablar de Harry, quien se había vuelto paranoico por cualquier cosa.

Habían decidido mudarse a Australia, país natal del pecoso, esto por seguridad de los dos, ya que habían pensado ir a Corea pero Louis tenía ya bastantes enemigos y Harry tampoco era muy bien recibido, así que esa era su mejor opción, para protegerse y ser una familia un poco más normal por el bienestar de los bebés.

La empresa seguía siendo de Harry, él trabajaba desde su casa, y sólo cuando era necesario, viajaba hasta Dubái para cerrar algún negocio y solucionar algún problema, el resto todo lo hacía desde casa. Era fácil, pues sus trabajadores eran disciplinados.

También, temporalmente sus amigos vivían en su casa, de igual forma era lo suficiente grande para que cada uno tuviera su espacio, eso mientras ellos buscaban una casa cerca de la suya, pues al ser Harry y Louis padres primerizos necesitaban de apoyo, y ellos estaban muy de acuerdo en brindarles eso.

La habitación de los bebés había sido decorada con ayuda de Harry, Shawn y Liam, mientas que los otros tres les daban órdenes de como debían organizar o mover cada cosa.

Gemma y Angie habían conseguido ya una casa, algo apartada pero aún así no evitaban ir casi todos los días a visitarlos, algunas veces se quedaban a dormir y otras no.

Todo estaba bastante bien y tranquilo, incluso esa noche también lo estaba.

Harry había terminado de darle un masaje a Louis ya que éste se encontraba tenso, la mansión estaba silenciosa, todos estaban dormidos y el único que no podía conciliar el sueño era el pecoso.

Se removía inquieto por la sensación incómoda que se estaba presentando en su vientre bajo, sentía algo de dolor en su espalda y punzadas atacar de vez en cuando todo su vientre. Estaba sudando frío y sus piernas dolían bastante, así que le era difícil moverse, aunque la incomodidad era tan insoportable que prefirió ponerse de pie, para así caminar por la habitación e intentar calmar un poco esta.

Respiraba profundamente, llevando su mano al hinchado vientre y acariciandolo.

— Por favor bebés... Mamá necesita dormir. — Mencionó en un susurro, mientras su respiración cada vez se volvía más fuerte por la intensidad del dolor.

Cerró sus ojos fuertemente, apoyándose en el escritorio que tenía en la habitación, intentando regular su respiración. Soltó un gemido de dolor, no tan alto pero que fue suficiente para despertar a Harry, el cual al verlo en su estado se incorporó de inmediato, casi corriendo hacia éste y sosteniéndolo.

— ¿LouLou? ¿Qué tienes, lindo?

— ¡Harry, tus hijos están más revoltosos de lo normal! — Gritó, asustando un poco a Harry. — ¡Haz algo!

— Por favor, bebés. Mami necesita dormir.

Susurró, acariciando el vientre de Louis y observando como éste se calmaba un poco más. Aunque esto no duró nada cuando otro gemido de dolor salió de sus labios.

— ¡Oh, carajo! ¡Jamás dejaré que vuelvas a acercar tu puto pene!

— Pero, Louis ¿Qué culpa tiene mi pene?— Lo observó indignado, esperando a que éste dijera algo.