CAPÍTULO 8

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Cázame - María Becerra, Tiago PZK

Plex

Sudáfrica.

Desperté y Génesis no estaba entre mis brazos, como dormimos la noche anterior. Oí la el agua de la ducha caer y ya supe que estaba ahí.

Salí al pasillo para no molestar a Adri. Que estaba muy seco. Era el que menos dormía porque se tiraba editando un buen rato. Le di a grabar y me puse a hablar.

–Buenos días – saludé –. Primera semana de la vuelta al mundo completada. Ya solo nos quedan setenta y tres días – que poco, pensé irónicamente –. El día de hoy partimos hacia Madagascar. Ahora mismo nos encontramos en un hotel en Johannesburgo, Sudáfrica – cogí el móvil y lo encendí para que se viese la hora –. El vuelo sale a las nueve y media. Lo que significa que vamos tarde, como siempre. Y nuestro pana Adri sigue durmiendo. Así que vamos a gastarle una pequeña broma.

Expliqué a cámara en que consistiría la broma a nuestro amigo. Coloqué con total sigilo la cámara para que grabase la reacción del madrileño y salí lentamente para llamarle desde fuera. Y algo alejado para que no oyese que estaba al lado.

Justo cuando salí de la habitación, a los pocos segundos apareció Gen.

–¿Qué haces? – preguntó extrañada al verme en medio del pasillo, con una sonrisa y el móvil en la mano.

–Broma al Adri – susurré –. Máximo silencio.

Ella esbozó una sonrisa malévola y asintió.

Le llamé y la chica estaba aguantándose la risa cuando vio de que iba la cosa. Adri estaba sobadísimo, se le notaba con el tono de voz tan de camionero que nos llevaba. Más tarde, cuando colgamos, entramos a la habitación y se lo explicamos todo. Gen lo tenía todo recogido, se despertó temprano y su parte estaba muy ordenada.

Acabamos de recoger Adri y yo mientras que Gen bajó con Borja y Jopa abajo a coger sitio en el coche.

Una vez abajo, vimos a un montón de gente en el autocar. Me senté detrás del todo y Génesis vino conmigo.

–Tengo mucho sueño – dijo, apoyándose en mi brazo para descansar. Porque era muy alto como para que llegase ella hasta mi hombro.

–Tranquila, ya te hago yo de almohada – dije irónicamente y ella esbozó una sonrisa.

–Gracias por el servicio, te pondré cinco estrellas.

Reí y negué con la cabeza. El trayecto hacia el aeropuerto comenzó y fui viendo las vistas y grabando mientras Gen se dormía apoyada en mí. Hice un mini plano de ella durmiendo. Eso iría fijo al vídeo, me dije viendo la grabación.

El aeropuerto era bastante grande, al menos me lo pareció cuando llegamos con la furgoneta. Bajamos los últimos porque estábamos al final. Nuestros amigos nos esperaban. Adri, mirándonos de manera pícara. Borja fue con su hermana, rodeándole los hombros con el brazo. Algo se susurraron entre ellos por las caras que iban poniendo.

–¿Podemos pararnos en una farmacia? – preguntó el que era mi vecino.

Asentimos y caminamos en búsqueda de la farmacia más cercana. Por suerte la encontramos. Iba grabando bastante y hablando de cosas que me sorprendieron del aeropuerto.

Entramos en la farmacia y Borja preguntó si tenían pastillas o algún medicamento para detener la cagalera. Grabé un poco por lo bajo para que no se viera a la farmacéutica. Le dieron algo por lo que vi y antes de que pagara, Gen pareció llamar de nuevo a la chica para preguntarle algo. Yo seguía grabando, pero Adri vino por detrás.

80 DIAS PARA ENAMORARNOS | PlexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora