CAPÍTULO 12

5.8K 274 38
                                    

PÍDELOMaría Becerra

Génesis

Estambul

Durante esa mañana, visitamos los lugares emblemáticos de la ciudad completamente desierto. Parecía que nos los habían dejado para nosotros solos. Eso sí, había perros por doquier. Dani y yo nos volvimos locos con ellos, los acariciábamos y mimábamos como si fuesen nuestras propias mascotas. Me enamoré a todos, absolutamente de todos ellos.

–Tengo un frío horrible – me quejé, mientras entrábamos en un restaurante de kebabs para probar los originales. Dani, a mi lado, me grabó y se acercó a mi para darme un poco de calor humano. Sonreí y miré a cámara –. Define ser majo que das calor humano a una chica que va en chanclas con este frío.

Él me miró y esbozó una sonrisa.

–Es que a quien se le ocurre ir en chanclas – dijo y aguanté la risa, dejándole hablar –. Tu y Adri, vaya par.

Nos atendieron y Dani se separó de mi para hablar con los dueños. Les contó que hacíamos ahí y a que se dedicaba. También preguntó si podía grabar como hacían los durums y otros platos y no dudaron en aceptar. Al igual que el señor de los helados de la plaza principal, que el de Zamora le dio la cámara e hizo promoción de su heladería.

Estuvimos con los dueños en la cocina. Uno de ellos hablaba español bastante fluido por lo que nos fue sencillo comunicarnos mientras Dani y los chicos grababan contenido. Cuando se ponían de ese rollo solía sentirme algo apartada de ellos. Yo no era alguien público en redes. Lo prefería, siendo sincera. Pero a veces hablaban de cosas y grababan y yo me quedaba ahí quieta, normalmente miraba el móvil y hablaba con Lili, mi hermana mayor o Álvaro. Que era con ellos y con mi madre con los únicos que hablaba.

Probé la carne de kebab y estaba de muerte. Ni punto de comparación a los de España. No era muy fan de los durums, pero estando donde estábamos, debía comerme alguno.

–Tenemos que sentarnos ya porque hay un plato que no podemos grabar aquí. Se presenta en la mesa y hacen como un show.

Tras hablar Dani, fui la primera que salió. Él me siguió enseguida y me abrazó por detrás.

–¿Todo bien Gen? – preguntó con su cara bastante pegada a la mía –. No te he visto muy animada – susurró en mi oído.

–Todo bien – murmuré. Me separé de él y caminé hasta sentarme en la mesa que nos asignaron.

Comimos durums, buenísimos. Como nunca antes los había probado. Además, un par de platos que nos sirvieron en la mesa haciendo un show de lo más sorprendente.

Salimos de allí y pusimos rumbo al gran bazar y las tiendas de réplicas más conocidas del mundo. Entramos en una tienda que estaba cerca del bazar. Una vez entramos, vi que era todo réplicas. Era fan de la moda – sobre todo de los bolsos – y sabía reconocer una copia de uno original.

Los chicos fueron a mirar ropa interior mientras hablaban con unos chicos que se encargaban de la tienda. Estuve mirando bolsos bastante entretenida. Le mandé varias fotos a Lili y ambas fuimos charlando hasta que vino Adri.

–Te gusta alguno? – preguntó Adri posándose a mi lado.

Asentí, mostrándole el bolso marrón de imitación a un Yves Saint Lauren. Un modelo Lou Lou Toy tamaño mini y acolchado. Era pequeño, bastante respecto a los otros bolsos que llevaba. Era una fanática de ellos y siempre que podía – o tenía el dinero suficiente – me obsequiaba con uno. Pero todas las veces los pagaba con mi propio dinero. El que ganaba trabajando, odiaba que la gente me pagara algo que era un mero capricho.

80 DIAS PARA ENAMORARNOS | PlexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora