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Seok Matthew despertó en una habitación desconocida. Una puerta corredera se encontraba abierta dejando entrar los cálidos rayos del sol que se extendieron sobre su cuerpo calentándolo en el proceso. Se sentó en la cama con sus ojos ámbar emitiendo la característica somnolencia de alguien que acaba de dormitar toda una noche.

La túnica sobre su cuerpo se deslizó mostrando la hermosa piel de jade de su torso y el desarreglado cabello castaño se desparramó sobre sus ojos concediéndole una atractiva imagen que el hombre sentado en el escritorio observó con fijación.

Dejó los papeles de sus manos a un lado y se acercó a Seok Matthew, quien al notar su presencia se giró con una expresión de curiosidad.

—Despertaste.

La voz del hombre, ronca y severa provocó un breve temblor en el cuerpo de Matthew.

—Levántate y ve a lavarte. Firmaremos los papeles cuando salgas.

Seok Matthew se quedó varios minutos observando al hombre frente a él. Era alto y musculoso, aproximó que mediría un metro ochenta, tal vez un poco más. Su cabello negro estaba estirado hacia atrás con un mechón rebelde besando sus largas pestañas. Su rostro era el ideal masculino, expresión dura, cejas pobladas, ojos negros y penetrantes. ¡Incluso su voz era sexy! Seok Matthew no pudo evitar examinar y reexaminar al Adonis frente a él.

Al notar como no parecía tener intensión de levantarse, Kim Jiwoong caminó molesto hacia él y se inclinó, posando sus delgados labios sobre su oreja.

—No me hagas volver a repetirlo.

Una corriente eléctrica recorrió a Seok Matthew y en cincos segundos había desaparecido de la habitación, dejando a Kim Jiwoong con una expresión complicada. Usualmente debía gritarle varias veces para que le hiciera caso, la personalidad del muchacho era arrogante y explosiva, no era compatible con la suya, controladora y brusca. Esa era la razón por la que había obtenido los papeles del divorcio. Al fin y al cabo, este matrimonio fue solo un negocio para unificar a sus familias.

Kim Jiwoong observó la puerta por donde desapareció Matthew seguido de los documentos sobre el escritorio. Negó con la cabeza y volvió a sentarse a comprobar que todo estuviese en orden. Ambos accedieron al divorcio, era imposible que ahora se haya arrepentido.

Seok Matthew corrió por todo el pasillo hasta que finalmente se detuvo. Su corazón latía con fuerza. ¡Ese hombre era completamente su tipo! Elegante, masculino y autoritario. ¡Un ser perfecto! Pero...eso ahora no era lo importante. Matthew golpeó sus acaloradas mejillas y se centró en sus alrededores.

¿Dónde estaba? Esa era la pregunta importante. Buscó en sus recuerdos antes de despertar en la habitación del hombre guapo. Había roto con su novio de un año luego de que este se negara a participar en uno de sus juegos sadomasoquistas.

Volvió a casa molesto y decepcionado. ¿Por qué no había conocido a un hombre homosexual al que le gustara dominar y lo follase como si fuese un jodido juguete sexual? Lo último que recordaba fue tirarse a la cama luego de atiborrarse de una tina de helado y caer dormido.

Ahora se encontraba en lugar desconocido sin tener una idea sobre cómo llegó allí.

Seok Matthew observó a dos doncellas caminando al otro lado del pabellón, ambas jóvenes charlaban emocionadas sobre algo, así que Matthew decidió seguirlas para preguntarles dónde estaba, pero algo lo detuvo y se mantuvo a distancia para escuchar su tema de conversación.

—Anoche el señor era tan apasionado. Los gritos de Furen se podían escuchar por toda la mansión. Definitivamente merece ser llamado una bestia insaciable.

The masochistic wife - MATTWOONGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora