026

521 70 7
                                    


— ¿Qué le hiciste a Gunwook? —preguntó Jiwoong en el auto de camino a su mansión.

Cuando regresó al hospital a buscar a Matthew, había visto el rostro encendido de Gunwook mientras que su esposa no paraba de sonreír.

— ¿Por qué piensas que hice algo? —dijo Matthew fingiendo inocencia.

"Tan solo hice una broma. Nada grave."

Jiwoong levantó una ceja en su dirección.

— ¡Acababan de tener sexo! Habría sido un desperdicio si no los molestaba un poco.

— No lo incomodes, está herido.

Matthew se revolvió en el asiento, luego de unos minutos frunció el ceño y miró a Jiwoong.

— ¿Fumaste? —dijo acercando su rostro al cuerpo de Kim e inspiró el olor a tabaco de su cuerpo. Su rostro se distorsionó en desagrado.

— Solo cuando necesito calmarme —respondió el hombre observando la reacción de Matthew —. No te gusta.

No era una pregunta. Estaba escrito en el rostro del castaño.

— Es malo para ti.

En su tono había cierto reproche y preocupación que hicieron a Jiwoong apretar el volante para controlarse de no lanzarse al joven en ese mismo momento.

— Lo dejaré —miró cómo la expresión de Matthew mejoraba—, pero me tendrás que ayudar para calmarla ansiedad.

—No creo que mis técnicas vayan a calmarte, pero lo intentaré —provocó Matthew.

En el pronto silencio del auto, Jiwoong comenzó a pensar en la forma correcta de decirle que lo quería. ¿Estaba bien hacerlo en el auto? ¿O debería esperar un poco más?

Sus pensamientos fueron interferidos por el tono del celular de Seok Matthew. El joven miró la pantalla y contestó.

— Hol...

— ¡¿Dónde estás?!

El grito de Zhou Mi perforó sus oídos, así que lo alejó y puso a manos libres.

— De camino a casa con...

— ¿Estás bien?

Se escuchó la voz preocupada de Francesca seguida de Ricky que repetía la misma pregunta que su padre.

— ¡Estoy bien! —Dijo cuándo las voces se calmaron por un momento—. Ahora voy de camino a casa. Mi esposo está conmigo, no tienen que preocuparse.

— ¿El perro de Kim está ahí? ¡Quiero hablar con él!

Matthew miró de reojo a su marido que parecía ignorar a su tío.

— Está conduciendo, ahora mismo no puede hablar...

— ¿Estás a manos libres? Si estás a manos libres dile que iré a su casa y te llevaré.

— Volverás a vivir con nosotros. Un perro tan inservible como él no merece que estés allí.

Kim gruñó y se inclinó para decir algo, pero Matthew llevó una mano a los labios del hombre y negó.

— Estoy bien, de verdad. No necesitas hacer eso —escuchó un par de sonidos incomprensibles al otro lado de la línea y luego la voz de Francesca saltó preocupada.

— Mattchu, ¿de verdad estás bien?

—Sí, mi esposo está conmigo. No me pasará nada.

Jiwoong agarró la mano de Matthew y la sostuvo con fuerza.

The masochistic wife - MATTWOONGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora