020

749 87 4
                                    


Kim Jiwoong mantenía sus ojos sobre el reloj de su muñeca contando los minutos que faltaban para la medianoche, acostado sobre la cama de la habitación de huéspedes. Por más que intentó acercarse al dormitorio de Seok Matthew, siempre que llegaba a la esquina del pasillo, alguien aparecía para impedirle el paso.

- El segundo joven maestro está durmiendo. Debería seguir su ejemplo, señor Kim.

- ¿Qué haces aquí? ¿Tus ojos de perro rabioso se confundieron de camino?
¡Retrocede!

- ¡Aléjate de mi primo o te haré pagar!

Tras cansarse de encontrar tres obstáculos en su camino, decidió esperar a que todos en la casa estuvieran dormidos para ir a ver a su esposa.

Al parecer, él no era el único con ese pensamiento. Luego de que el reloj marcara las 00:03, escuchó el suave desliz de la puerta seguido del susurro de Matthew.

- ¿Estás despierto? -dijo entrando a la habitación con sigilo y cerrando la puerta de la misma forma en que la abrió. Cuando se giró y vio al hombre mirándolo desde la cama, una sonrisa apareció en sus labios y corrió a lanzarse sobre Jiwoong -. ¿Me extrañaste?

Kim agarró a Matthew por su estrecha cintura y asintió.

- ¿Cómo lograste pasar a los guardianes de tu dormitorio?

- Mi tía me ayudó. Dejó que el viejo Gu descansara y obligó a mi tío y a Ricky a que fueran a dormir -dijo abrazando el cuello de Jiwoong mientras besaba su barbilla-. ¿Qué te dijo mi tío?

- Cosas sin importancias.

"Y reglas que definitivamente romperé." Pensó sobando las nalgas de Matthew.

- Me alegra que hayan solucionado las cosas -dijo el menor moviendo su trasero hacia atrás contra las inquietas manos de su marido-. Ahora, he venido a cobrar mi recompensa.

Kim Jiwoong sonrió ante esa mención.

-Por supuesto. ¿Cómo lo quieres esta noche?

Lamiendo el cuello de Jiwoong, Matthew dejó un rastro húmedo, tras chupar la piel expuesta y ver la pequeña marca roja que creó, sonrió orgulloso.

-Quiero cabalgarte.

Los oscuros ojos de Kim brillaron ante esta imagen tan sensual y asintió, quedándose quieto sobre la cama mientras Matthew comenzaba a eliminar sus ropas. Las prendas de vestir cayeron al suelo y en un minuto, Seok Matthew yacía a horcajadas sobre Jiwoong.

Disfrutando de la vista, Kim acarició los muslos del joven sobre él y Seok bajó su mirada para ver el delicioso cuerpo del hombre, el pene de Jiwoong era demasiado grande y grueso comparado con el suyo. Se llevaban 8 centímetros de diferencia cuando se volvían erectos.

La boca de Matthew salivó con solo pensar qué tan profundo llegaría esta noche. Moviendo sus caderas y frotando ambas erecciones, los gemidos de ambos hombres comenzaron a llenar la habitación. Sumido en el placer que se provocaba, no se dio cuenta cuándo Jiwoong agarró un par de objetos de la mesa de noche a su lado. Dio un grito de sorpresa cuando fue derribado bocabajo sobre la cama y algo presionó su cuello. Ahí se dio cuenta de que el hombre sobre él nunca tuvo la intención de dejarlo tomar en control.

- ¡Me dijiste que me darías una recompensa! -dijo sintiendo cómo sus muñecas eran sujetadas por algo frío y resistente que provocó un sonido metálico cuando agitó sus manos.

-Por supuesto. Tuviste tu recompensa. Ahora es hora de tu castigo -dijo el hombre empujando el rostro de Matthew contra las sábanas y alzando su trasero.

Jiwoong unió la pequeña correa negra con el collar alrededor de su cuello y observó conforme la apariencia sometida del joven. Con el culo levantado listo para recibirlo, las manos aprisionadas por unas esposas y el ligero temblor de su cuerpo. Jiwoong se deleitó con cada reacción del hombre y azotó con fuerza las nalgas de Matthew.

Mordiendo las sábanas, Matthew ocultó parte de su grito. No quería alertar a nadie más en la mansión. Aún así, Mao se acercó a su oído y dijo:

-Mantente en silencio. No me importaría mostrarle a tu familia esta apariencia tuya. Gimiendo cuando te azoto y excitándote mientras eres tratado como la perra que eres -apretó la erección de Seok y rozó la punta con brusquedad, el joven se sacudió debajo de ese toque tan áspero y gimió necesitado cuando Kim alejó su mano.

Jiwoong estiró su brazo a sus pantalones en el suelo y agarró un condón. Poniéndolo en su pene con molestia, esparció el poco de lubricante sobre él y de una sola embestida, se introdujo en Matthew, sin una pizca de preparación.

El interior del joven chupó con fuerza la polla, mientras Matthew sollozaba ante el movimiento súbito, llorando por lo dolorosamente placentero de la intrusión. Las lágrimas mojaron las sábanas y los gemidos no se hicieron esperar.

- Coqueteando con cualquier hombre que ves, ¿es divertido hacerme enfadar?

Al no escuchar respuesta, Jiwoong tiró de la correa levantando la cabeza de Matthew y dejando caer el pequeño cuerpo sobre su pecho.

Cerrando los ojos cuando su próstata comenzó a ser destrozada por las arremetidas de Jiwoong, mordió sus labios intentando detener sus gritos y negó en réplica a la pregunta de su hombre.

- ¿No? ¿Entonces significa que lo haces porque te gustan?

Una nueva negación por parte de Matthew.

Kim estiró su brazo y enfrentó el rostro lleno de lágrimas del joven contra el suyo.

-Me gusta...tú... ¡Ah!

- ¿Qué te gusta de mí? ¿Mi polla? -aumentó el choque de caderas en un intento de profundizar más. Matthew dejó caer su cabeza sobre el hombro ajeno y abrió la boca.

-Me gusta todo -dijo con una voz quebrada y llorosa. Jiwoong tomó el mentón de Matthew y con un violento encuentro entre sus bocas, sus lenguas comenzaron a fusionarse.

Por el rabillo del ojo, Kim observó una sombra inquieta debajo de la puerta. Sonriendo sobre los labios de Matthew, cambió de posición. Le dio la vuelta, agarró al joven por las nalgas y se levantó, cargando su cuerpo con facilidad.

Sin nada a que agarrarse, los ojos de Matthew se ensancharon, Jiwoong lo acercó más a sí mismo para evitar que se cayese y le dijo:

-No te muevas.

Deslizando sus manos por su espalda, besó a Matthew nuevamente y lo dejó caer con fuerza sobre su polla, esta llegó hasta el lugar más profundo del castaño, haciendo sus ojos se llenasen de lágrimas por la delicia de sentir al hombre tan profundo.

Caminando hacia la puerta, Jiwoong apoyó el cuerpo de Matthew sobre esta y comenzó a penetrarlo sin descanso. Dejó una de las piernas del pequeño sobre el suelo y la otra la colocó sobre su hombro, los labios magullados de Matthew siguieron siendo mordidos para ocultar los gritos de sus familiares.

A punto de correrse, Matthew se abandonó sobre la puerta, golpeando la madera con su pecho y se corrió en silencio sobre el suelo mientras Jiwoong, tras sentir la succión de su pene, acabó luego de dos empujes.

Quedándose en la misma posición por un momento, Jiwoong eliminó las restricciones de Matthew y lo sostuvo por su cintura. El joven se recargó sobre él obedientemente y besó su cuello con ternura. Kim se dejó hacer y observó cómo la sombra bajo la ranura de la puerta había desaparecido. Agarrando el trasero de Seok, lo llevó de vuelta a la cama donde no lo dejó dormir hasta pasadas las dos de la madrugada.

The masochistic wife - MATTWOONGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora