33 DETALLES

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33 DETALLES

El tiempo había pasado con la misma implacable determinación que el río que fluía junto a la casa que Seto y Atem compartían. Los años habían tejido una historia de amor profundo y eterno, marcando cada página con momentos de felicidad y pasión. Ahora, sus cabellos habían adquirido el color plateado de la sabiduría y la experiencia, pero sus ojos aún brillaban con la misma chispa de amor que se había encendido años atrás.

El sol se filtraba suavemente a través de las cortinas de la habitación principal mientras Atem y Seto compartían un tranquilo desayuno. Atem miró a Seto con cariño mientras saboreaba su café. Había algo mágico en las mañanas compartidas, donde el mundo exterior parecía desvanecerse y solo existían ellos dos.

Seto notó la mirada de Atem y le sonrió. "¿En qué estás pensando, cariño?"

Atem rió suavemente. "Solo estaba pensando en cuán afortunado soy de tenerte en mi vida, Seto. Estamos envejeciendo juntos en plenitud."

Seto asintió, sintiéndose igualmente agradecido. "Sí, estamos viviendo la vida que siempre soñamos. Una vida llena de amor y felicidad."

Mientras continuaban su desayuno, sus conversaciones se llenaron de risas y citas que solo ellos entendían. Recordaron momentos divertidos y anécdotas de su vida juntos, riendo ante las locuras que habían compartido.

Después del desayuno, salieron al jardín, donde el río fluía con calma. Seto y Atem se sentaron juntos en el banco que habían colocado allí hace años y se tomaron de la mano. Miraron el agua mientras el sol acariciaba sus rostros.

"Recuerdo cuando construimos este banco", dijo Atem con nostalgia.

Seto asintió. "Fue hace tanto tiempo, pero parece que fue ayer. Pasamos horas aquí, hablando, riendo y simplemente disfrutando de la compañía del otro."

Atem entrelazó sus dedos con los de Seto y lo miró profundamente. "Seto, quiero que sepas cuánto significas para mí. Estos años han sido los mejores de mi vida, y eso se debe a ti."

Seto sintió un nudo en la garganta, emocionado por las palabras de Atem. "Y tú significas el mundo para mí, Atem. No puedo imaginar mi vida sin ti."

Se quedaron en silencio por un momento, el amor que compartían llenando el aire a su alrededor. Sabían que no necesitaban palabras para expresar lo que sentían el uno por el otro.

Después de un rato, Atem rompió el silencio con una sonrisa traviesa. "¿Recuerdas cuando peleábamos por la última galleta en el frasco?"

Seto rió, recordando esos momentos. "¡Y siempre eras tú quien ganaba, a pesar de que yo intentaba esconderlas!"

Atem rió con ganas. "Bueno, tú eres el que siempre terminaba cediendo y dándome la galleta."

Seto se encogió de hombros. "¿Qué más podía hacer? Siempre lograbas ese puchero irresistible."

Los dos se rieron, perdidos en su mundo de recuerdos compartidos. Habían vivido una vida plena, enfrentando desafíos juntos y celebrando cada victoria. Su amor se había fortalecido con el tiempo, y habían aprendido a apreciar cada momento que compartían.

Seto se inclinó y besó a Atem suavemente en los labios. "Te amo más de lo que las palabras pueden expresar, Atem. Eres mi vida, mi amor y mi razón de ser."

Atem respondió al beso con igual ternura. "Y tú eres todo eso y más para mí, Seto. Siempre has sido y siempre serás mi amor eterno."

Se quedaron abrazados, observando el río que seguía fluyendo con la misma determinación con la que habían vivido sus vidas juntos. A medida que el sol se ponía en el horizonte, el amor entre Seto y Atem brillaba más intensamente que nunca, una llama eterna que iluminaba sus corazones y sus almas.

Y así, en plenitud y dicha, continuaron su viaje juntos, envejeciendo juntos, amándose más que nunca, y construyendo un futuro aún más brillante. Su amor era un legado que perduraría por siempre, una historia de amor que trascendería el tiempo.

**Fin**

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