DETALLE 6

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DETALLE 6

El sol se ponía en Domino City, bañando la ciudad en tonos cálidos de naranja y dorado. Seto Kaiba estaba en su oficina, ocupado en su escritorio, pero su mente estaba lejos de los informes y los números que tenía frente a él. Estaba reflexionando sobre su próximo regalo para Atem.

Habían pasado meses desde que Seto había comenzado a expresar su admiración por Atem a través de regalos cuidadosamente elegidos. Había optado por no seguir un patrón predecible, lo que lo llevó a explorar diferentes formas de mostrar su aprecio. Esta vez, quería enfocarse en algo más íntimo y personal: la sonrisa de Atem.

Había notado cuánto significaba para él ver a Atem sonreír, especialmente en medio de los desafíos y las adversidades. Era una sonrisa que irradiaba confianza y determinación, y Seto quería capturar esa belleza en su regalo. Después de investigar y explorar diferentes opciones, había encontrado la elección perfecta.

Seto dejó sus documentos a un lado y se levantó de su silla. Fue a una de las estanterías de su despacho y tomó un pequeño libro de cuero negro. Este no era un libro común; era un diario. Había sido diseñado especialmente para contener fotografías y recuerdos.

En las páginas iniciales, Seto había pegado varias fotografías de momentos que había compartido con Atem. Había imágenes de ellos jugando Duel Monsters, de sus cenas juntos en restaurantes elegantes, y de su visita a una exposición de arte. Pero lo que hacía que este diario fuera verdaderamente especial eran las notas que Seto había escrito junto a cada fotografía.Había escrito sus pensamientos y sentimientos sobre cada uno de esos momentos compartidos, expresando su aprecio por la amistad de Atem y la forma en que iluminaba su vida. Además, había espacio en blanco para futuras imágenes y notas.

Seto sabía que este diario sería un regalo significativo. No solo mostraría cuánto valoraba Atem, sino que también le permitiría a su amigo recordar los momentos felices que habían compartido juntos siempre que quisiera.

Con el diario cuidadosamente guardado en una bolsa de terciopelo negro, Seto salió de su oficina y se dirigió al apartamento de Atem. La luz del atardecer lo acompañaba mientras recorría las calles de la ciudad. Su mente estaba llena de pensamientos sobre cómo entregaría el regalo y expresaría su admiración de manera adecuada.

Cuando llegó al apartamento de Atem, Seto sintió una leve emoción mezclada con nerviosismo. Aunque había dado varios regalos a su amigo en el pasado, este era diferente. Era más personal y vulnerable.

Atem lo recibió con una sonrisa cálida cuando abrió la puerta. "Kaiba, qué sorpresa verte."

Seto devolvió la sonrisa mientras entraba. "Es bueno verte, Atem."

El apartamento estaba impregnado de la fragancia de la cena recién preparada. Atem había cocinado una de sus especialidades, y el aroma llenaba el aire.

"Mmm, huele delicioso", comentó Seto.

Atem se rió. "Gracias. Estaba preparando la cena cuando llegaste. ¿Qué te trae por aquí?"

Seto sacó el diario de la bolsa de terciopelo y lo sostuvo en sus manos. "Tenía algo que quería darte personalmente, Atem."

La curiosidad brilló en los ojos de Atem mientras observaba el diario. Seto lo entregó con cuidado.

"Es un diario", explicó Seto. "Pero no es un diario común. Quiero que lo conserves."

Atem abrió el diario y hojeó las primeras páginas, donde vio las fotografías y las notas escritas por Seto. Sus ojos se llenaron de emoción mientras leía las palabras que su amigo había dedicado a su amistad.

"Me estas dejando sin palabras, no se como compensar todo esto, ¿Que estás planeando Kaiba?", dijo Atem con gratitud. "No puedo creer que hayas hecho esto."

Seto se encogió de hombros con modestia. "Solo quería mostrarte cuánto valoro nuestra amistad y los momentos que hemos compartido. Tu sonrisa ha iluminado muchos de esos momentos, y quería capturarlos de alguna manera."

Atem miró una de las fotografías, donde ambos estaban riendo mientras jugaban una partida de Duel Monsters. "Esta es una de mis favoritas."

Seto asintió. "La elección de tus cartas siempre logra que se sienta reconfortante, Atem."

Atem miró a Seto con gratitud. "Es un regalo maravilloso, realmente aprecio el esfuerzo que pusiste en esto."

Seto se sentó en el sofá y Atem se le unió. Juntos hojeaban el diario, compartiendo recuerdos y risas mientras recordaban los momentos que habían compartido. Era un regalo que no solo celebraba su amistad, sino que también les permitía crear nuevos recuerdos juntos.

Después de un rato,

Atem cerró el diario y lo abrazó con cariño. "Gracias,Kaiba, en serio que esto significa mucho para mí."

Seto sonrió y puso una mano en el hombro de Atem. "Siempre estaré aquí, Atem"

Atem asintió y luego se levantó para revisar la cena que había estado cocinando. Seto observó cómo se movía con gracia por la cocina, sintiendo una profunda satisfacción por el regalo que había dado, esperando que se empezara a ver sus intenciones de hacerlo sentir querido, más que un rival, o un amigo, esperaba que este fuera el principio de muchas más oportunidades para compartir tiempo de calidad con Atem.

La cena transcurrió en medio de risas y conversaciones animadas, y el diario descansaba en la mesa de centro, un testigo silencioso de su relación única y de la sonrisa que había inspirado su creación. Era un regalo que Atem apreciaría durante muchos años, un testimonio de la admiración y el afecto profundos que Seto sentía por su amigo.

Y mientras compartían la cena, ambos sabían que habría más momentos para agregar al diario en el futuro, más sonrisas para capturar y más recuerdos para atesorar en el acercamiento n constante crecimiento.

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