Capítulo 23

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                          ∆Sembrar la duda.∆


Caleb miro las puertas de acero frente a sus ojos y el peso en su estomago se asentó un poco mas, no quería volver al Nido, nunca, desde que tenia misiones, le había gustado volver a el Nido, pero nunca había tenido otra opción, ahora, sin embargo el sentimiento era diferente, esta vez era mil veces peor, no era solo el echo de estar encerrado y recibiendo entrenamientos, esta vez el sentimiento de encierro se sentía peor y era porque había dejado atrás lo que mas quería en su vida.

Las puertas finalmente se abrieron y el pudo entrar, se dirigió de inmediato a una de las zonas de abordaje y dejo sus mochilas y el armamento que había llevado con él, después comenzó a caminar por los pasillos, por algunos pasillos recordaba sus momentos con Astrid, cualquier cosa que mirar le recordaba a ella, pero ahora no había nada que pudiera hacer para arreglarlo, solo esperar, entonces se detuvo en la puerta que más conocía en todo el Nido, el despacho de Vaughan.

—adelante — se escucho del otro lado instantes después de que él tocara la madera con los nudillos, entro y cerro detrás de él, Vaughan estaba sentado detrás de su escritorio esperando por él — informe de misión — ordeno y Caleb cuadro los hombros, volvía a ser el rastreador.

—parece que los sobrevivientes se mueven de lugar — su voz era plana, carente de cualquier tipo de sentimiento, ahora tenia que seguir — son las cuevas al noroeste de nuestra posición —informó y de inmediato comenzó a buscar información donde la segunda parte del plan lo llevaba, hacerle creer lo que ellos querían — parece que se están reagrupando.

—¿Qué tantos? —Vaughan pregunto mientras se inclinaba y miraba un mapa.

—cientos — aseguró — tal vez miles, cuando me aleje seguían llegando grupos, no podría dar un número exacto, pero son muchos.

Vio como movía sus dedos sobre la madera de su escritorio y espero, necesitaba que él dijera algo, al menos algo que lo ayudara a seguir adelante, por fortuna Vaughan pareció aceptar esa información.

—¿Venían de más refugios? — pregunto y Caleb asintió — necesito saber qué tantos son, cual es su alcance, nunca antes se habían hundido de esa forma — la respiración de Caleb se atasco — deben estar desesperados después de perder su refugio en la ciudad — Caleb se tranquilizó al verlo sonreír, había mordido el anzuelo, alzó la mirada y vio a su rastreador, sabía que el chip funcionaría — descansa y mañana prepararemos un nuevo plan, tenemos que asegurarnos de que hacer a continuación, no podemos equivocarnos — su vista volvió al mapa — no estando tan cerca de vencerlos, de… exterminarlos.

Caleb asintió y le dio unos cuantos informes más, lo suficiente como para que su atención no se desviara, pero no demasiada para que no desconfiara, cuando finalmente salió de la habitación y comenzó a caminar hacia su habitación, se preguntó si esto llegaría a funcionar o si solo estaban perdiendo tiempo, armamento y, en cierto caso, sus vidas, sacudió su cabeza y alejo esos pensamientos, no podía pensar en eso, no ahora que el plan estaba en marcha, además se lo había prometido a Astrid, le había prometido una vida y un futuro en paz y él se lo daría, giro en el pasillo que lo llevaba hasta su habitación, se detuvo por un segundo cuando logro ver la figura de su hermana al final del pasillo, se negó a mirarla a los ojos, pero aún así pudo ver mucho, estaba delgada, demasiado delgada, parecía seca y sin vida, y tal vez lo estaba, ella había perdido a su hermano y tampoco sabía en donde estaba Aharon, tenía días sin verlo, sin saber de él, parecía que el aire se lo hubiera llevado, además de eso el peso de la culpa no la dejaba dormir por las noches, casi siempre se levantaba con pesadillas sobre ella, Astrid y su hermano, pero no podía hacer nada, ella se lo había ganado.

Caleb la ignoro y camino hasta la puerta de su habitación, extrañaba a su hermana, pero el dolor de la traición seguía demasiado fresco en él, además de su separación con su compañera, y por más que le doliera, por más que deseara hablar con su hermana, aún tenía cosas que arreglar, cosas con él mismo y con su única familia, no lo haría ahora, necesitaba estar concentrado para su tarea, necesitaba concentrarse en el plan, así que, sin ver otra vez a su hermana, abrió la puerta de su habitación y entró, todo bajo la mirada nublada de Alizah y de su deseo por arreglar lo que había echo.

Se cambió de ropa y se dio una ducha, el tirón en su corazón se había calmado un poco, pero aún así lograba sentirlo, como un piquete en la mano o como el deseo de algo, pero ahora mismo se sentía como si estuviera aumentando a cada minuto, se pasó los dedos por los números de su muñeca y eso relajo un poco el dolor, eso era lo malo se completar la unión de compañeros, la separación, alguna vez, había matado a compañero en el pasado, fueron pocos los casos, casos ahora olvidados, pero Caleb los recordaba de sus lecciones, de su entrenamiento, si no puedes matar a una pareja de compañeros, entonces sepáralos y el tiempo hará el trabajo, pero el tiempo es diferente para cada uno, algunas veces la muerte llega rápido y en otros se tarda años en venir y completar la tarea.

Compañeros. Un Ultimo Intento. Libro 3.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora