Capítulo 27

13 3 0
                                    


                                    ∆Silencio.∆

Caleb caminaba al frente de todos, su alrededor en silencio, solo podía sentir la nieve bao sus propios pies, respiro hondo y despacio, llegaron al frente de las puertas y entraron, todo estaba tal cual lo dejo antes de salir, dejo que todos entraran detrás de él y cerro las puertas, estaban dentro.

Cyrus, Emmet y él se miraron, sabían que ahora tenían que separarse, cada uno tenia una zona del Nido que tenían que cerrar y controlar, Cyrus fue el primero en alejarse con una tercera parte de los soldados a su espalda, Emmet fue el siguiente, dio una ultima mirada y se perdió en uno de los  pasillos, ahora le tocaba a él, hizo un movimiento con su mano y los soldados restantes lo siguieron, a él le tocaba deshacerse de los vehículos y de los helicópteros, todos llegaron al sótano donde se resguardaban y comenzaron, solo querían dejarlos inhabilitados por ahora, los necesitarían después, cuando todo terminara, llevaban cerca de una tercera parte de los vehículos cuando, de repente, las pocas luces a su alrededor se apagaron.

Todos se quedaron quietos, armas empuñadas con firmeza, los que estaban cerca de Caleb lo miraron, buscando una indicación.

—¿Qué ocurre? — le pregunto uno de ellos en voz baja, pero Caleb no se movió.

Desde que estaba en el Nido la luz solo había fallado algunas veces, y todas ellas habían sido causadas por tormentas de nieve, pero no había ninguna tormenta en ese momento, no había motivo para que las luces fallaran, ninguno, a menos que… Los sonidos de disparos en la lejanía lo saco de sus pensamientos, alzo la cabeza con fuerza, las luces volvieron en ese momento, miro al frente, a la entrada de la habitación, un centenar de soldados estaban frente a ellos.

—¡cúbranse ! — grito, pero en ese mismo momento los soldados frente a ellos abrieron fuego, se ocultaron detrás de los vehículos, muchos de ellos eran blindados y les daban una mayor protección, las balas llegan y cortaban el aire, golpeaban la pared frente a ellos.

Nunca pensó que estaría en esta situación, nunca pensó estarse ocultando de las balas, él no era esto, él era el rastreador.

Empuñó el arma y se dio vuelta, la alzo y lanzo su primer disparo de la noche, la bala voló y se incrusto en la frente de uno de los soldados, todos al verlo lo imitaron, se giraron y comenzaron a disparar, tenían que seguir, tenían que luchar, si estos soldados estaban frente a ellos eso significaba que Vaughan ya sabia de ellos y de su entrada en el Nido, pensó en Emmet y en Cyrus, ¿estarían bien?

—¡rastreador! — miro a su lado, Alexei empuñaba su arma y disparaba en ráfagas que parecían nunca terminar — ¡los explosivos!

No necesito nada mas, rebusco en la mochila mientras Alexei lo cubría, tomo dos cargas y las alzo, Alexei asintió y Caleb las lanzo al aire, el arma de Alexei apunto y disparo, una y luego otra vez, las balas llegaron hasta el material que se alzaba en el aire, alguien grito algo y la bala llego a su objetivo, la explosión hizo temblar el suelo, la lluvia de balas se detuvo y la sangre se esparció en las paredes, Caleb fue el primero en ponerse de pie, frente a él ya no había soldados, ya no había nada de ellos mas que la sangre que cubría el piso, todos se pusieron de pie y salieron detrás de los camiones, algunos de ellos con rasguños, a otros las balas los habían alcanzado en los brazos o en las piernas, pero nadie estaba muerto, todos se acercaron a la entrada por donde habían sido emboscados, las armas recargadas y listas para disparar de nuevo.

—tomen sus armas — Caleb hablo mientras se inclinaba y tomaba un arma larga, muy pocas habían quedado intactas después de la explosión, algunos soldados lo obedecieron, los demás solo pudieron observar — sigamos, busquemos a los demás — se giro y los miro, la sangre y el miedo salpicaba sus rostros — Vaughan ya sabe que estamos aquí.

Comenzaron a caminar por los pasillos, las armas apuntando al frente, Caleb guiándolos con Alexei a su espalda, las luces parpadearon y los sonidos de disparos les llegaban, pero no se detuvieron, les dispararon a algunos soldados dispersos por los pasillos, perdieron a dos de los suyos en uno de los pasillos, pero los tuvieron que dejar, caminaron hasta que las balas comenzaron a llegarles de nuevo.

—¡regresen! — Alexei grito, el pasillo que iban a tomar, ese que llevaba a la planta de energía de el Nido estaba lleno de soldados, sabia que la planta de energía era la parte de Emmet en el plan, los escuchaba gritar dentro de la habitación, los habían encerrado — ¿Qué hacemos? — Alexei miro a Caleb, las balas les llegaban por un costado.

Caleb pensó y rebusco en su mochila, todo ante la atenta mirada de Alexei y de los soldados que estaban con ellos, saco su mano de la mochila, sostenía una bola grande de metal, parecía que la armaron por partes, se la dio a Alexei mientras buscaba algo mas, Alexei solo necesito otra mirada para saber lo que era.

—una granada de borde expansivo — Caleb asintió.

—pero la mejore — saco un objeto con un botón — se incrustara en los soldados de Vaughan y cuando apriete este botón — movió su mano — explotara.

—genial — la sorpresa en el rostro de Alexei lo hizo sonreír.

—prepárense — advirtió a los soldados y estos se pegaron mas a la pared, todos de cuclillas, apretó el botón y la lanzo por el pasillo, una bala le rozo la mano, la granada se expandió en el aire y Caleb apretó el botón.

Alexei nunca había visto una explosión de esa magnitud, era un niño cuando las bombas fueron lanzadas en las ciudades y para entonces él ya estaba en el Refugio, pero lo que escucho y sintió cuando Caleb apretó el botón fue increíble, por un segundo creyó que el techo les caería encima, pero lo único que sintió después fue el humo y el olor a quemado que le llenaba los pulmones, las balas se detuvieron y después vino el pitido en los oídos.

Se pusieron de pie y Caleb miro al pasillo, estaba libre, se puso de pie y camino, despacio, un pie frente al otro, el pasillo estaba lleno de escombro y de sangre.

—ustedes — apunto al grupo de soldados al final de la fila — quédense a la entrada del pasillo, avísenos si ven algo, ¿entendido? — ellos asintieron y Alexei se adelanto.

Llego hasta la entrada a la cámara de energía y se asomo, una bala casi le vuela la oreja.

—¡oigan! — grito — ¡somos nosotros! — espero un segundo y volvió a asomarse, dentro se podían ver los casquillos de balas y los cuerpos de los soldados que habían muerto en el enfrentamiento, entro, despacio y los soldados y Emmet comenzaron a salir de detrás de los lugares en donde lograron cubrirse de las balas.

—¿están bien? — Caleb les pregunto cuando entro, su muñeca cosquilleo.

—si, parece que Vaughan ya sabe que estamos aquí — Emmet hablo mientras se ponía al frente y comenzaba a recargar su arma — nos emboscaron cuando estábamos a punto de salir, ¿saben algo de Cyrus? — Alexei y Caleb negaron — tenemos que seguir.

Tenían que encontrar a Cyrus y llegar a donde Vaughan estaba, si él ya sabia de su entrada en el Nido, entonces estaría resguardado en su oficina, Caleb se giro dispuesto a salir y a liderar el camino, pero las balas aparecieron de nuevo, los acorralaban de nuevo al inicio del pasillo, los soldados que habían dejado resguardando comenzaron a entrar a la habitación, algunos de ellos se quedaron tendidos en el pasillo, Caleb se giro, listo a refugiarse, pero una bala le alcanzó el hombro y lo hizo trastabillar, estuvo a punto de recibir una segunda bala, pero alguien lo empujo, lo golpearon en el estomago con un hombro y fue lanzado a un lado de la entrada, su espalda golpeo el piso y su vista se nublo ante el dolor.

Parpadeo y miro hacia arriba, a la persona que lo había ayudado, al principio solo vio una oreja, pero entonces el rostro giro y lo miro a los ojos, eso era lo único que podía ver, pero a pesar de eso, a pesar de en la oscuridad en la que estaba, lo reconoció de inmediato.

—Astrid — dijo y le retiro la tela negra que le cubría el rostro, era ella, frente a él, sus números le cosquillearon, ella estaba allí, con él, en ese lugar lleno de balas volando a su alrededor.

Compañeros. Un Ultimo Intento. Libro 3.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora