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Después de haberse encargado de limpiar su herida, se vendó y se colocó una pijama holgada que no lastime su piel. Hecho todo esto, Andrew bajó a la sala de estar, yendo despacio por las escaleras para no hacer ruido por si su madre estaba en casa.

Afortunadamente, la sala estaba vacía en su totalidad.
Pero, alguien fuera de la casa llamaba a la puerta, golpeando lo suficientemente fuerte para ser escuchado.

— Maldición. ¿Ahora qué?

Bajó completamente las escaleras y se acercó a la puerta, asomándose por la mirilla de la puerta sin divisar a nadie.

Una broma será, fue lo que pensó. Y se quedó quieto en su lugar detrás de la puerta, esperando por si volvían a llamar.

Una vez más, y abrió la puerta de abrupto intentando atrapar al bromista.

— Te cortaré las bo-

— Tenemos que hablar, Andrew. —.se paralizó, escuchando aquella voz gastada y profunda.

Giró su rostro hacia la derecha del pórtico. Parecía que vio a un fantasma, por la forma en la que palideció, pero la realidad es que vio algo peor.

A su padre.

— Papá. —.tragó difícilmente.

— Tu madre no está, ¿Cierto? —.cuestionó viéndolo asentir lentamente.— Hablemos aquí entonces.

— ¿Sobre qué? —.se hacía el bobo, claramente.

— Sobre la pelea con tu hermano. Por eso estás castigado, ¿No es así? Pero te has pasado las reglas por dónde la luz no llega, y sé que no me equivoco. —.se cruzó de brazos.

— ¿Samuel te ha ido con el chisme? Qué marica. Omega tenía que ser. —.se quejó rodando los ojos.

— Más respeto, es tu hermano. —.habló firme.— Nadie me fue con el chisme, yo lo visité y me di cuenta de la bestialidad que cometiste. —.lo señaló con su dedo índice.

— ¿Bestialidad? —.carcajeó con burla.— ¿Has visto lo que tu adorado tulipán me hizo? —.se alteró.

Antes de que el Alfa enfrente suyo diga o responda a su pregunta retórica, se levantó la camiseta de la pijama mostrándole la herida que aún no sanaba por completo.

Gran parte de su torso estaba dañado, y la cicatriz que llegaría a dejar sería horrible.

— El Omega delicado al que has defendido tanto, casi me mata.

Aquel Alfa viejo frente a él analizó la herida que cicatriza lentamente, sabe bien que su hijo es un Delta, y las dificultades de salud que tiene en muchas situaciones.

— No digo que defienda tal daño, Andrew, pero tú buscaste la pelea. Atacaste a tu hermano sin motivo alguno, él no iba a permitirse ser lastimado. —.excalmó el mayor.— Él nunca busca problemas contigo, y te tolera a pesar de que seas tan cruel y desagradable. Tú madre y yo siempre supimos que no se llevarían nada bien, él es Omega y tú un Delta, incluso con tu mejor amiga te llevas del carajo porque es una Alfa. —.agregó.

— ¿Y qué? Casi me mata. Yo solo le hice un rasguño en la cara, ese perro bastardo quiso sacarme el intestino. —.se acomodó la ropa.

— Si tú no hubieras buscado pelear, no hubiera sucedido. Aunque Samuel no soporte tu olor y tu presencia, es tu hermano y es el que menos busca pleito de los dos.

— A final de cuentas, Samuel y yo somos adultos. ¿No? Nuestros jodidos problemas los solucionamos nosotros. —.habló con cansancio y fastidio.— Así que padre, con tu permiso pero tengo que ir a hacer lo que sí me interesa. —.le sonrió sin gracia y cerró la puerta de forma agresiva.

Caminó dentro de la casa, y subió las escaleras a pasos pesados para ir a su habitación y también azotar la puerta.

Siempre era la misma porquería, Samuel ésto, Samuel aquello, "no molestes a Samuel". ¡Una mierda! Cada vez que se le acercaba a su hermano mayor tratando de hacer vínculos más estables a pesar de lo que dijera su familia, lo alejaban, no lo dejaban conocer a su hermano.

"Es un Omega, tú un Delta. Le harás daño si te acercas."

Todos le decían lo mismo, cada que hablaban era lo mismo, Samuel tampoco pudo conocer a su hermano porque siempre los alejaban basándose en los rangos.

Incluso antes de que se presenten cada uno como lobos distintos, no los dejaban jugar juntos.

— Me revientan las pelotas, y todavía gratis. —.bramó entre dientes, gruñendo, y se echó en su cama.

¿Dónde estaba el problema en convivir con sus hermanos? Lo que dijo su padre era verdad, Lucía su mejor amiga Alfa, ahora lo odia. ¿No hay una manera de evadir las costumbres genéticas de hace milenios?

"Los Deltas son un error de la naturaleza."

Estúpidas palabras de su abuela, que todavía resuenan en su cabeza a pesar de los años.
Tan solo tenía dieciséis años, acababa de presentarse como un Delta, ¿Era necesario arruinarle más la existencia?

Si supieran lo difícil que es ser él, dejarían de juzgarlo.
Después de todo Andrew también tiene sentimientos.

— Tal vez, en otro universo no fui un defecto. Así Samuel y yo no habríamos peleado.

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Por otro lado, Samuel estaba comiendo con Mauro y su madre, que se ofreció en prepararles algún postre.

— ¡Atchoo! —.se cubrió de inmediato para no escupir.

— Salud. —.dijo Mauro, mirándolo desde su lugar en la mesa.

El Omega hizo una leve reverencia con su cabeza seguida de un suave "gracias". Era como el quinto estornudo que soltaba, tal vez estaba resfriándose por no usar abrigo el otro día.

— Cuéntame, Samuel. ¿En qué trabajas? —.preguntó la Omega mayor, queriendo acercarse más al menor con el que compartía rango.

El moreno se aseguró de tragar correctamente su bocado, antes de hablar.

— Hace poco trabajaba en la biblioteca de la Universidad, así conocí a Mauro. —.sonrió de forma tímida y adorable.— Pero el antiguo y original bibliotecario volvió y... ya no pude seguir con ello. Pero tengo un trabajo de medio tiempo en un bar cercano, me va bien para ser poco tiempo de trabajo. —.mencionó intentando no desanimarse por el tema de la biblioteca.

— Eso suena agradable, espero que consigas lo que te propongas a futuro. —.le sonrió la mayor, viéndolo beber de su vaso.— Y... dime, ¿Has pensado en tener cachorros?

Repentinamente Mauro comenzó a toser, y Samuel escupió su bebida por el piso ante la sorprendente consulta de la madre del Alfa que casi escupía su propio pulmón sobre la mesa.

— ¡Mamá!

Los libros y tu aroma.     {Omegaverse}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora