Un poco de color a la vida

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Lucifer llevaba exactamente tres semanas que no había vuelto de donde sea que se encontrara, aunque para Kim Tae-ri no significaba que ya estaría libre de él, sabía que en cualquier momento podría aparecerse a su lado, con su mismo traje negro y en su mirada un brillo que no podía explicarse a que se debía.

La primera vez que lo conoció, no quiso admitirlo, pero le había resultado un hombre muy atractivo, las ocasiones que había estado en el local, se había dado cuenta de que algunas mujeres que pasaban frente al negocio se detenían para poder admirarlo por unos momentos. Incluso cuando estuvieron hablando en el parque la última vez que se vieron, muchas mujeres lo miraban desde lejos y algunas otras se acercaban un poco más.

Ella no sabía cómo lucían los ángeles porque jamás había visto alguno, a pesar de haber crecido escuchando las historias que en su familia se contaba, que eran seres amables y llenos de amor, cuando fue creciendo esas historias comenzaron a parecerle puros cuentos infantiles y perdió el interés cada vez más.

Era viernes y Kim Tae-ri siempre se quedaba hasta pasadas las ocho de la noche en su trabajo, ya que era el día que más vendían, al terminar su jornada, cerro, realizó el corte de caja, se colocó un suéter, su bufanda, se colgó su morral en el hombro y salió rumbo a su casa.

Era una noche un poco fría, algo que era muy raro ya que estaban en verano, pero en la actualidad con toda la contaminación, las estaciones ya no eran lo que fueron en el pasado. Iba tan distraída que no se dio cuenta de que había alguien parado justo frente a ella, logrando que se tropezara al chocar de frente con él. Estuvo a punto de caer al suelo de no ser porque el desconocido la sostuvo.

Kim Tae-ri: lo siento mucho, de verdad... - repetía una y otra vez mientras hacía algunas reverencias, - no me di cuenta por donde iba, de verdad lo siento mucho.

Lucifer: ¿siempre has sido así de distraída? Sabía que los humanos son creaturas extrañas, pero no me imagine que tanto.

Kim Tae-ri al escucharlo levantó la mirada, y ahí se encontraba él, con su piel pálida, su cabello con risos cayendo de una forma tan perfecta, solo que ahora parecía que estaba un poco más largo que la última vez que se vieron, esos risos de un color tan negro como la noche, y sus ojos... esos ojos color verdes combinados con un rojo intenso. Al verlo era más que obvio que cualquiera se diera cuenta de que no era humano.

Kim Tae-ri: ¿siempre vas a aparecer sin previo aviso?

Lucifer: ¿quieres que te envíe un correo electrónico y un mensaje de texto?

Kim Tae-ri: ¿pensé que los ángeles eran seres que no conocen casi nada de los términos que usamos nosotros todos los días?

Lucifer: ¿me estás comparando con esos ángeles ignorantes? Te olvidas de que yo no soy como ellos, yo soy mucho mejor, incluso te puedo llevar a cenar a un restaurante elegante, dime ¿quieres algún auto deportivo nuevo? ¿una casa? ¿joyas? Pide lo que quieras y yo te lo daré.

Kim Tae-ri: no te daré mi alma tan fácilmente, además, soy muy feliz, así como estoy justo ahora.

Lucifer: ustedes los humanos nunca están satisfechos con nada, es por eso por lo que no son felices realmente, siempre quieren más, quieren poder, fama, dinero. Así que dime ¿tú qué es lo que deseas?

Kim Tae-ri: ya te lo dije, soy feliz con lo que tengo, no necesito nada más.

Lucifer: existieron humanos que pensaron de la misma forma en la que lo haces tú, pensando que eran felices con lo que tenían, pero su realidad fue otra. Y eso me lleva a la tercera historia, la cual se remota al año de 1868, cuando conocí a un joven de nombre Vincent Van Gogh, era un niño de 15 años en ese momento, todas las noches hablaba sólo, pero en ocasiones lo escuché rezar, pero no le rezaba a mi padre... él me rezaba a mí.

Kim Tae-ri: ¿tú le diste el talento como pintor a Van Gogh?

Lucifer: las almas que elijo no son porque yo les doy algo, pensé que después de las primeras dos historias te abrías dado cuenta... que desilusión.

Kim Tae-ri se quedó pensando, era verdad lo que él le acababa de mencionar, en la historia del presidente de los Estados Unidos, no fue Lucifer quien manipulo las elecciones para que ganará la presidencia y en el caso de Hitler tampoco tuvo nada que ver con el odio que tuvieron los alemanes en contra de los judíos.

Kim Tae-ri: ¿por qué elegiste a Van Gogh?

Lucifer: porque era un claro ejemplo de que ustedes nunca son felices con lo que tienen, siempre quieren más, y eso a mí me divierte, ver como son ustedes mismos los que terminan destruyéndose y me entregan por completo su alma.

Kim Tae-ri: no entiendo...

Lucifer: el adolescente Van Gogh una noche me rezo, pidiendo que lo hiciera un gran pintor, uno famoso del cual el mundo recordará por mucho tiempo, a cambio me daría lo que yo le pidiera. Así que me mostré ante él, acepte su trato, le dije a donde tenía que dirigirse y que ahí aprendería a ser uno de los mejores artistas, a cambio me daría su alma. Él se encontraba feliz, pensaba que en ese lugar aprendería a ser un gran pintor, pero, no era así, yo lo elegí porque sabía que él sería famoso sin ayuda de nadie, era un don con el que había nacido, sin embargo, también sabía que no sería sencillo para él lograrlo. Las cosas comenzaban a salirle mal, no se estaba convirtiendo en lo que deseaba, aunque no con la rapidez que esperaba y se arrepintió del trato que había hecho conmigo. Incluso comenzó a hacer cosas para anular el convenio, o al menos eso era lo que esperaba... pero eso es completamente imposible, ya que no se puede romper un trato conmigo.

Kim Tae-ri: ¿qué fue lo que hizo?

Lucifer: se convirtió en un misionero evangelista, - comenzó a reír en cuento lo dijo, - era divertido verlo sufrir, ver todo lo que trabajaba, pero, su alma ya era mía. Sufría de ataques de irá, no podía controlarse, al grado que trató de lastimar con una navaja a la mujer que se supone amaba y por arrepentimiento se cortó un pedazo de su oreja y se la envío a su amada como muestra de arrepentimiento. Se estaba volviendo loco o al menos eso es lo que él y todos a su alrededor pensaban.

Kim Tae-ri: ¿lo volviste loco?

Lucifer: yo no lo hice, él llegó a la locura por que se encontraba lleno de culpas, incluso pensaba que hablaba conmigo cuando yo ni siquiera me encontraba ahí, pero, algunos de mis ángeles negros me lo informaban, de cómo su estado iba empeorando, la gente decía que había perdido la cordura por completo y el 29 de julio de 1890 se disparó en el pecho en medio de un campo. Murió dos días después, y dejó una nota que decía: "Yo arriesgué mi vida por mi obra, y mi razón destruida a medias".

Kim Tae-ri: ¿eso qué significa?

Lucifer: que perdió todo por lograr salvar algo que él creía más importante, no se dio cuenta de lo talentoso que era, de cómo la gente lo admiraba, pensaba que era un total fracaso, y comenzó a ser violento con las personas que lo amaban, la gente pensaba que estaba loco porque hablaba sólo, pero, no había perdido la razón por completo. Porque sabía que SÍ había hablado con alguien que nadie más excepto él, pudo ver.

Kim Tae-ri: La codicia de lograr ser alguien que el mundo no pudiera olvidar, lo hizo que perdiera todo lo que realmente valía la pena.

Lucifer: ¿tú lo crees?

Kim Tae-ri: ¿te hace feliz haberte llevado su alma?

Lucifer: obtuvo lo que deseaba y yo también. Ambos ganamos. Él sigue siendo recordado sin importar los años que han transcurrido.

Kim Tae-ri: no me gustan tus historias.

Lucifer: lo sé... a ustedes les gusta solamente las historias donde mi padre y mis hermanos hacen un "maravilloso" trabajo, y yo aparezco en las historias con un final trágico.

Kim Tae-ri: dime la siguiente historia.

Lucifer: lo haré pronto... muy pronto.

LUCIFERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora