Música para tus oídos

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El verano estaba llegando a su fin, y la caída de las hojas de todos los árboles comenzaba a darle la bienvenida al otoño, Kim Tae-ri no había visto a Lucifer por dos meses, y en lugar de sentir alivio, comenzaba a preguntarse si estaría haciendo algún trato con algún pobre humano para poder obtener su alma a base de engaños. Salió de sus pensamientos cuando su jefe le habló.

Ro Woon: ¿tienes planes para esta noche?

Kim Tae-ri: ¿no te parece que eres muy grande para invitarme a salir?

Ro Woon: no te estoy invitando a salir, no seas mal pensada, además soy tu jefe.

Kim Tae-ri: tranquilo, solo era una broma... y no, no tengo planes para esta noche. ¿Por qué?

Ro Woon: me regalaron un boleto para un concierto que se presentara en el teatro local, es un homenaje a Ludwin Van Beethoven ¿lo quieres?

Kim Tae-ri: ¿por qué tú no quieres ir?

Ro Woon: porque yo ya tenía un compromiso y no lo voy a cancelar, además es solo un boleto, no podría llevar a mi acompañante, y no conozco a nadie más que le guste hacer actividades sola, como a ti.

Kim Tae-ri: debería sentirme ofendida por lo que acabas de mencionar, sin embargo, tienes toda la razón, creo que me gusta un poco la soledad.

Ro Woon: te gusta porque no conoces el mundo exterior.

Kim Tae-ri: ¿acaso mi bisabuela y tú se pusieron de acuerdo para decirme eso?

Ro Woon: claro que no, simplemente que no deberías de estar desperdiciando tu vida en un lugar como este, deberías salir más y conocer el mundo.

Kim Tae-ri: ya escuché eso muchas veces, y no te preocupes, estoy segura de que algún día saldré de este lugar como todos ustedes lo desean. Ahora ¿me darás ese boleto?

Ro Woon: sabía que aceptarías, toma, espero que disfrutes de ese concierto.

Kim Tae-ri: yo espero que sí.

Al terminar su turno en el trabajo, llegó a casa y le dio la noticia a su bisabuela sobre el concierto al que asistiría, se dio un baño, se puso un vestido rojo que casi nunca usaba, unas zapatillas del mismo color, se hizo una coleta sencilla pero que la hacía lucir elegante, tomo su bolso y salió de ahí rumbo al teatro local, que no estaba a más de dos cuadras de su casa.

Cuando llegó pudo ver que mucha gente se había dado cita en ese lugar, todos muy elegantes, y lo más importante, todos iban acompañados. Se apresuro a entrar, un ballet le acompaño a su asiento, aunque le pareció muy raro, ya que junto a ella había una butaca vacía. Imaginó que alguien más llegaría ahí sin acompañante, al menos ya no sería la única sola.

Saco su celular para matar el tiempo, aún faltaban 20 minutos para que el concierto comenzará, así que se puso a visualizar sus redes sociales, pero las voces de las personas a su alrededor la hicieron levantar la mirada. Todos saludaban a alguien con mucha alegría, y se colocaron alrededor de aquella persona con la intención de estrechar su mano.

Su sorpresa fue enorme que incluso se puso de pie, al darse cuenta de que a quien estaban saludando era a Lucifer. No podía creer lo que estaba mirando en ese momento ¿cómo era posible eso? Y entonces sus nervios crecieron al ver como ese ser la miraba directamente a ella y comenzó a caminar en su dirección. Quedando frente a frente. Él lucía un hermoso esmoquin negro, sus zapatos perfectamente boleados brillaban tanto como un vestido de lentejuelas.

Lucifer: ¿esperaste mucho tiempo? Te queda perfecto ese color.

Kim Tae-ri: ¿qué haces aquí?

Lucifer: lo mismo que tú, vengo a disfrutar del concierto ¿nos sentamos?

LUCIFERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora