cap 15

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Después de un parto complicado que mantuvo a Draco al borde de la extenuación, finalmente el llanto del bebé llenó la habitación del hospital, anunciando su llegada al mundo. Draco estaba agotado pero al mismo tiempo lleno de una dicha indescriptible al sostener a su bebé en sus brazos. La emoción lo invadió al ver los rasgos rojos característicos de los Weasley en el cabello del pequeño, así como sus ojos azules que parecían reflejar un universo de posibilidades. Los labios rosados del bebé se movieron en su sueño, y Draco no pudo evitar sonreír, sintiéndose abrumado por la responsabilidad y el amor que ya sentía por su hijo.

Después de unos días en el hospital, Draco finalmente regresó a casa con su bebé, acompañado por George. Los días que pasaron en casa de Harry eran como un sueño. Las noches de insomnio se mezclaban con risas y momentos tiernos mientras Draco y George aprendían a cuidar de su bebé juntos. La forma en que George lo ayudaba, con paciencia y ternura, llenaba a Draco de gratitud y un sentimiento de fortaleza.

Sin embargo, a pesar de la magnificencia de esos días, Draco todavía sentía inseguridades. El recuerdo del parto difícil seguía fresco en su mente, y las preocupaciones como padre primerizo lo asaltaban en momentos de tranquilidad. Además, la idea de regresar a la casa de los Weasley todavía le causaba un nudo en el estómago. El temor al rechazo y la incertidumbre sobre cómo sería aceptado su bebé por la familia de George lo mantenían dubitativo.

Draco se encontraba en una lucha interna constante. Sabía en su interior que los Weasley no eran malas personas, pero el temor arraigado de un posible rechazo hacia su bebé, similar al que él había experimentado en el pasado, le llenaba de aprensión. El inminente cumpleaños de la señora Weasley creaba una tensión adicional en el ambiente. Aunque George nunca le había mencionado directamente el evento, Draco había captado fragmentos de conversaciones cuando dejaba a George con Scorpius a solas. Sus palabras susurradas al bebé sobre el cumpleaños de su madre resonaban en su mente, creando un nudo de ansiedad en su pecho.

Desde la entrada de la habitación, Draco observaba en silencio cómo George sostenía con sumo cuidado y ternura a su pequeño Scorpius. El bebé descansaba tranquilamente en sus brazos mientras George le hablaba en voz baja, casi como un susurro. Su voz era suave y cariñosa, y Draco podía sentir el amor que fluía en cada palabra. Ver a George interactuar con su bebé de esa manera despertaba sentimientos encontrados en Draco, despertando su culpa y su propio deseo de superar sus miedos.

George continuó hablando con el bebé en sus brazos, compartiendo sus pensamientos y emociones con sinceridad. "Escorpius, este fin de semana es el cumpleaños de mi madre", murmuró George con un tono afectuoso. "Ella está ansiosa por conocerte." Draco notó cómo George revelaba la complejidad de sus sentimientos. "Papa Draco tenía sus razones para odiar a mi familia, pero yo logré que me amara", dijo, y una sonrisa nostálgica iluminó su rostro.

Las palabras de George continuaron fluyendo en un susurro constante mientras arrullaba a Scorpius. Mencionó a Fred, su gemelo, y la idea cómica de que Fred podría haberse hecho pasar por él para conocer al bebé. La sonrisa en el rostro de George era un reflejo de los recuerdos y la conexión profunda que compartía con su familia. "Un día podrás conocer la Madriguera", dijo con ternura en su voz, mirando al bebé. "Espero que te guste tanto como a mí. Y no te preocupes, la familia de papa ya no es tan pobretona como antes"

La mirada de George se posó amorosamente en Scorpius mientras continuaba hablando, su voz llena de cariño. "Papá nunca permitirá que te avergüences del apellido Weasley", afirmó con convicción. "Mi querido Scorpius, te daré la vida que se merecen tanto tú como Draco."

Draco sentía una oleada de culpa y pesar mientras escuchaba las palabras de George. Era un recordatorio doloroso de lo mucho que George amaba a su familia y cuánto deseaba que su bebé fuera parte de ella. Sabía que su propia inseguridad estaba causando dolor a George y afectando la posibilidad de que Scorpius conociera a sus abuelos y tíos. Sus ojos se llenaron de lágrimas, y mientras luchaba contra sus propios miedos, sabía que debía superarlos por el bien de su familia y por el amor que compartía con George y su precioso bebé.

DRACO MALFOYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora