La víspera de Navidad había llegado, y el frío invierno cubría el mundo mugle con un manto de nieve brillante. Draco Malfoy se encontraba en su casa, su vientre extremadamente grande recordándole constantemente la vida que crecía en su interior. En la otra habutacion un Harry Potter dormilón luchaba contra el llamado de la cama, mientras Draco intentaba despertarlo.
La mañana se presentaba fría y tranquila. Draco había planeado una salida especial, y a pesar de las dificultades para despertar a Harry, finalmente lograron prepararse y dirigirse hacia el Callejón Diagon. Draco sabía que este día sería diferente; un toque de normalidad en medio de su situación.
Caminaron juntos por el Callejón Diagon, la nieve bajo sus pies crujía mientras avanzaban hacia su destino. Draco tenía una razón especial para venir aquí. Había descubierto una pastelería que preparaba una tarta de manzana y zanahoria con crema de leche que volvía loco a su paladar y al de su bebé. Desde que había comenzado a comer esas tartas, Draco sentía una extraña conexión con George Weasley, algo que no podía entender del todo pero que lo reconfortaba.
Finalmente, llegaron a su destino: "El Rincón de las Maravillas". La cafetería los recibió con luces tenues que se reflejaban en las paredes de ladrillo y en los suelos de madera pulida. El aroma de café y pasteles recién horneados llenaba el aire, creando un ambiente acogedor y mágico. Las mesas estaban rodeadas de estantes llenos de libros antiguos y velas parpadeantes, añadiendo un toque de encanto a la escena.
En la entrada, pequeñas hadas danzaban entre las flores decorativas, añadiendo un destello de magia a cada movimiento. Draco entró a la cafetería, sintiendo cómo una chispa de emoción recorría su cuerpo al instante. La atmósfera mágica del lugar lo envolvía, haciéndolo sentir como si hubiera encontrado un refugio donde podía ser él mismo sin preocupaciones.
Con una sonrisa en el rostro, Draco se acercó al mostrador, listo para disfrutar de su tarta favorita. Sin embargo, su emoción se desvaneció cuando el barista le informó que no tenían esa tarta en particular. La frustración lo inundó, su ceño frunciéndose mientras intentaba procesar la noticia.
Harry, al notar la decepción en el rostro de Draco, intentó intervenir. "Draco, quizás podamos probar otra opción del menú. Seguro que hay algo igual de delicioso."
La respuesta de Harry no fue suficiente para calmar a Draco. Sintiendo cómo la ira crecía dentro de él, no pudo evitar que su enfado se reflejara en su expresión. Sus ojos brillaron con frustración mientras buscaba a Harry en busca de apoyo.
Antes de que Harry pudiera detenerlo, Draco alzó la voz y exigió hablar con el gerente. Las miradas de los demás clientes se posaron sobre ellos, pero Draco estaba demasiado enfadado para preocuparse por las miradas de los demás. La ira brotaba en sus palabras, resonando en toda la cafetería.
Harry, sintiéndose incómodo por el alboroto que Draco estaba creando, se acercó a él y le tomó del brazo, tratando de calmarlo. "Draco, por favor, no hagamos un escándalo. Podemos encontrar otra solución sin causar más problemas."
Las palabras de Harry se perdieron en la tormenta de emociones que consumía a Draco.
Sin embargo, cuando la tensión alcanzó su punto máximo, Draco comenzó a sentir cómo las emociones lo abrumaban. Las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos, y su voz se quebró mientras luchaba por controlar sus sentimientos. La presión de su embarazo, las hormonas y la frustración se combinaron en un torrente abrumador de emociones.
A medida que las lágrimas corrían por su rostro, Draco soltó su pequeña maleta con un golpe de frustración, golpeando accidentalmente a Harry en el proceso. La maleta se estrelló contra el suelo con un sonido sordo, mientras las lágrimas caían libremente por las mejillas de Draco

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DRACO MALFOY
Fanficun celo inesperado, ara que Draco encuentre a su Alfa predestinado. +18